Hominizacion
EmelinQuevedo12 de Noviembre de 2013
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La ciencia de la evolución
La evolución de los seres humanos
Por Ardea Skybreak
Con toda seguridad en los próximos años se descubrirán muchas cosas que detallarán la compleja historia de la evolución homínida, pero la trayectoria general se puede resumir de la siguiente manera:
Todos los seres humanos que viven en la actualidad pertenecen a la especie Homo sapiens, que es parte de la familia Hominidae (los "homínidos"), la familia biológica a la que pertenecen los humanos, las especies que quedan de simios africanos (gorilas y chimpancés) y los simios asiáticos (orangutanes, con los cuales no estamos muy emparentados). Los seres humanos no descienden directamente de los chimpancés ni de los gorilas, pero hace millones de años teníamos una especie antepasada común: una de las muchas especies de simios que evolucionaron en el continente africano y que probablemente vivía en los árboles, comía frutas y hojas de los bosques, y era similar a los gorilas y chimpancés de la actualidad. Los chimpancés y los seres humanos son parientes tan cercanos que del 98 al 99% de su código genético (ADN) es igual!
Comparando el ADN humano y de los chimpancés, los biólogos moleculares pueden calcular hace aproximadamente cuánto tiempo hace que se "separaron" (divergieron) de una especie antepasada común nuestra línea evolutiva y la línea de los chimpancés.
Por medio de esta técnica, sabemos que la separación inicial ocurrió hace un poco de más de 5 millones de años. Una línea a la larga llevó a la especie de chimpancés modernos. La otra línea a la larga llevó a la especie humana moderna. La rama de los homínidos empezó con la evolución de un rasgo radicalmente nuevo: el bipedalismo. Aunque nuestros primeros antepasados homínidos eran muy parecidos a los simios, se paraban y caminaban en dos piernas.
Los homínidos bípedos obviamente tuvieron mucho éxito: se extendieron y generaron varias especies adicionales (cada una con sus propias características, pero todas bípedas). A lo largo de los siguientes millones de años la línea homínida bípeda dio origen a una gran variedad de especies. Unas de ellas son antepasados en línea directa de nuestra especie moderna; otras son como ramas separadas del mismo árbol familiar y representan sendas evolutivas alternativas. Muchas de esas especies vivieron por cientos de miles de años o más, y algunas tuvieron sus propias especies descendientes; pero en última instancia todas se extinguieron.
Sabemos que nuestra especie, Homo sapiens, es la "más joven" de todas las especies homínidas pues se separó de sus antepasados hace solamente 200,000 años. Hoy, todas las otras especies homínidas han desaparecido, pero hace 40,000 años había dos o quizá tres especies homínidas en el planeta:
1) nuestra propia especie, Homo sapiens , que evolucionó en África hace unos 200,000 años y empezó a extenderse por diferentes partes del mundo hace unos 50,000 años.
2) Homo neanderthalensis (los neandertales) en Europa y en el Medio Oriente, que era una especie humana diferente según indica el análisis molecular. Se cree que Homo neanderthalensis y Homo sapiens tuvieron un antepasado homínido común hace unos 600,000 años .
Sabemos que poblaciones de Homo erectus empezaron a migrar de África hace más de un millón de años, y se cree que las especies de Homo neanderthalensis de Europa y del Medio Oriente evolucionaron de esas poblaciones migrantes de Homo erectus. Cuando el Homo sapiens moderno evolucionó un poco más adelante (hace unos 200,000 años) de descendientes africanos de Homo erectus, se extendió rápidamente y empezó su propia migración de África hace unos 50,000 años. Cuando llegó a Europa y el Medio Oriente coincidió (por miles de años) con poblaciones de neandertales. No sabemos cuánto se relacionaron estas dos especies humanas. Sabemos que aunque los neandertales tenían muchas herramientas de piedra, las poblaciones de Homo sapiens tenían herramientas "más avanzadas" y más complejas en diseño conceptual y ejecución técnica. Se han encontrado herramientas de Homo sapiens en sitios arqueológicos de neandertales, lo que indica que quizá los neandertales trataron de adoptar la tecnología más avanzada. No sabemos si los neandertales encontraron condiciones ambientales a las que no se pudieron adaptar o si las poblaciones de Homo sapiens tuvieron un papel más directo en su extinción (apoderándose de los alimentos y otros recursos o atacándolos). Pero sí sabemos que hace unos 35,000 años la especie Homo sapiens "reemplazó" totalmente a la especie neandertal.
3) descendientes de Homo erectus en el sur y el este de Asia: estas poblaciones también son descendientes evolutivos de las primeras poblaciones de Homo erectus que migraron de África hace más de un millón de años, mucho antes de que evolucionara Homo sapiens. Sabemos que llegaron a China y Java. También sabemos por el registro fósil que, como el Homo erectus africano del que descendieron, hacían una variedad de herramientas de piedra y usaron el fuego. Sobrevivieron en Asia cientos de miles de años hasta hace unos 30,000 años. No sabemos si Homo sapiens se relacionó con esas especies asiáticas de Homo erectus ni cómo pudo ser esa relación, pero sí sabemos que los últimos descendientes de Homo erectus asiático se extinguieron más o menos al mismo que el Homo sapiens moderno llegó a esas regiones.
De modo que tras salir de África hace unos 50,000 años, nuestra especie moderna de Homo sapiens reemplazó a todas las otras especies humanas dondequiera que fue. Hace 35,000 años era la única que quedaba.
Como hemos visto, la historia general de nuestra línea homínida se caracteriza por un patrón como de "arbusto" de múltiples especies y una sucesión de episodios de especiación y extinción. Este es un patrón común en la evolución de especies biológicas: una especie suele empezar cuando aparece una "novedad" evolutiva significativa (como el bipedalismo en una línea de simios) en una población pequeña que ha quedado aislada en materia reproductora de su grupo ancestral. Si la nueva especie no se extingue en poco tiempo, suele pasar por un proceso de radiación adaptiva: las poblaciones aumentan y se extienden a distintos lugares y después generan varias especies de descendientes en una o más olas de diversificación evolutiva. Muchos científicos creen que tales episodios múltiples de especiación suceden especialmente en épocas de cambios y trastornos ambientales.
Con el tiempo, sin embargo, el ritmo de especiaciones de una nueva línea evolutiva tiende a amainar y se reduce el ritmo de generación de nuevas especies. Con frecuencia se presenta la analogía de que un nuevo "arbusto" evolutivo al principio crece mucho y se ramifica, pero con el tiempo se achica por extinciones de especies.
Este patrón evolutivo, que se observa en la evolución de plantas y animales, también es el patrón de nuestra propia evolución: en la cúspide de la diversificación homínida (entre hace 2 y 3 millones de años) había una media docena de especies: unos de los últimos Australopithecines "gráciles", unos Australopithecines "robustos" y dos o tres especies de nuestro género Homo . Pero ese arbusto evolutivo se ha podado y solo queda una especie homínida: el Homo sapiens .
No es fácil establecer a partir de los fósiles los distintos grados de parentesco entre las especies homínidas ni definir las características de cada una, pero se pueden observar ciertos patrones generales: está bastante claro que se dieron dos coyunturas especialmente significativas (desde nuestra perspectiva) en el desarrollo del "arbusto" homínido; la primera fue el surgimiento de los primeros homínidos bípedos de una línea de simios africanos, que dio inicio a la línea homínida hace de 5 a 10 millones de años.
La segunda fue el gran aumento del tamaño del cerebro y capacidades relacionadas que acompañó el surgimiento de la primera especie homínida con ese patrón característicamente humano de desarrollo biológico "más lento", que lleva a que las crías nazcan poco desarrolladas y requieran un largo tiempo de cuidado materno, con el beneficio (desde nuestra perspectiva) de que el cerebro sigue creciendo y desarrollándose mucho después del nacimiento. Este cambio crucial (asociado con una capacidad de aprendizaje mucho mayor de lo que era posible anteriormente) es lo que para mí es el segundo gran salto de la evolución homínida, el que realmente distinguió al nuevo género Homo de los homínidos Australopithecines anteriores. Este cambio vino acompañado de otra serie de cambios anatómicos y de desarrollo, que de conjunto hicieron que estos homínidos fueran menos parecidos a los simios bípedos y más parecidos a los humanos modernos, por ejemplo: cuerpo más alto con brazos más cortos y piernas más largas; cara más aplanada y cráneo abovedado; cambios del tamaño, la forma, el crecimiento y el desarrollo de los dientes; mucho menos dimorfismo sexual (menos diferencia de tamaño entre machos y hembras); y un cambio de la posición de la laringe hacia abajo en la garganta, lo que permite a los seres humanos emitir mucho más sonidos vocales que los simios modernos (y probablemente muchos más que los primeros homínidos). Este cambio de la posición de la laringe, junto con el desarrollo posnatal del cerebro característico de los homínidos posteriores, pudo haber sido muy importante para el desarrollo de un lenguaje humano más extenso, con las implicaciones resultantes para la comunicación y coordinación social.
Una posible conexión
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