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INFORME DE PASANTIAS


Enviado por   •  8 de Julio de 2015  •  3.979 Palabras (16 Páginas)  •  181 Visitas

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUACACION UNIVERSITARIA

COLEGIO UNIVERSITARIO DE CARACAS

PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN ADMINISTRACIÓN

TRAYECTO 3, TRIMESTRE 0, SECCION 2

ASIGNATURA: Gestión Ecológica Ambiental

FACILITADOR: PARTICIPANTES:

YANEZ JOSE Campos Gaudhy C.I

Paz Maholi C.I:18.934.269

Monasterios Luiggi C.I 20.007.585

Vásquez Kattyana C.I: 16.663.344

Sánchez Juliana C.I

CARACAS, JULIO 2015

INDICE

INTRODUCCIÓN

La Ecología es una ciencia que estudia las relaciones de los organismos con su medio. Esta ciencia tuvo importancia práctica desde el origen de la humanidad. Para sobrevivir en la sociedad primitiva, todos los individuos necesitaron conocer el ambiente que los rodeaba. La civilización tuvo su principio con el fuego y otros instrumentos que permitieron al hombre modificar el ambiente

.

Debido a los avances tecnológicos, el hombre parece depender cada vez menos del medio natural para sobrevivir; esto ha ocasionado que se olvide la continua dependencia de la humanidad respecto de la naturaleza. Asimismo, los sistemas económicos de todas las ideologías políticas fomentan la apreciación de las cosas que construye el hombre para satisfacer principalmente al individuo, pero dan poca importancia a los bienes y servicios de la naturaleza que benefician a todos como sociedad.

Sin embargo, la civilización sigue dependiendo del medio natural no sólo por su necesidad de energía y materiales, sino por ciertos procesos vitales, como los ciclos del agua y el aire.

En Venezuela la Ciencia es un proceso de organización relativamente reciente. Antes de 1950 la investigación académica en ciencias naturales se concentraba en facultades de Medicina, Agronomía e Ingeniería Forestal en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad de los Andes (ULA), y es después de 1958, con cambios políticos profundos y con el impulso generado desde asociaciones no gubernamentales como la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (AsoVAC) que comienza definitivamente el accionar científico con la creación de un centro de investigación creado durante el gobierno militar (1948-58), el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC), disponía de infraestructura apropiada para investigación científica de frontera, aunque su planta de investigadores estaba desligada del entorno nacional. Este instituto sirvió de base para un experimento desconocido en el país, como era la promoción de la actividad científica mediante la formación de investigadores y la provisión de los medios necesarios para que se llevase a cabo en condiciones de competitividad en el área internacional.

Dentro de este contexto el desarrollo de la ecología comienza de manera titubeante, desde la tradición de las ciencias naturales (botánica, zoología, climatología) que tenían ya una base desarrollada a partir de los estudios de grandes naturalistas que recorrieron buena parte del territorio hasta finales del siglo XIX. Durante la primera mitad del siglo XX las ciencias naturales continúan su desarrollo laborando en la documentación de la diversidad biológica, contribuyendo a la resolución de los grandes problemas de las enfermedades tropicales, y elaborando las bases cartográficas de vegetación, hidrografía y geología.

La era de los exploradores y naturalistas

Venezuela ha sido un destino de destacados naturalistas desde tiempos de la colonia, aunque no fue objeto de expediciones prolongadas destinadas a la prospección de recursos naturales como la expedición botánica de José Celestino Mutis a Colombia financiada por la Corona española, ni de esfuerzos florísticos de la magnitud de la Flora Brasiliensis de Carl Friedrich Philip von Martius y colaboradores, patrocinada por los emperadores de Brasil y Austria y el rey de Baviera.

El primer explorador científico del territorio venezolano fue un discípulo de Carlos Linneo, Pehr Löfling, incorporado a la Expedición de Límites al Orinoco enviada en 1754 para trazar los confines entre los dominios españoles y portugueses en América. El viaje de Humboldt y Bonpland -realizado 45 años después- y la posterior publicación de sus resultados, con descripciones de numerosas especies animales y vegetales nuevas para la ciencia, atrajeron a muchos otros naturalistas en una verdadera fiebre exploradora prolongada a lo largo del siglo XIX. Uno de los más influyentes fue Karl Moritz cuya permanencia de casi 25 años en Venezuela fue determinante para que durante un largo período nuestro país fuese visitado por contingentes de coleccionistas alemanes y de otros lugares de Europa. Entre las expediciones más importantes por la riqueza de las colecciones y las contribuciones teóricas a las ciencias naturales destacan las de Humboldt y Bonpland entre 1799 y 1800, Schomburgk entre 1839 y 1844, Linden y sus colaboradores en 1841y 1845, Spruce en 1853 y Chaffanjon entre 1885 y 1887 (Huber y Wurdack 1982, Texera 1991). Son relevantes igualmente los aportes de Karsten derivados de sus visitas de 1844 hasta 1847 y 1848 a 1852 (Alert 1999) y de Fendler, radicado en el país de 1853 a 1857 (Todzia 1989, Smith y Todzia 1989).

Fueron muy pocas las figuras nacionales que se ocuparon de analizar la naturaleza venezolana en aquellos tempranos tiempos. Destaca entre ellos José María Vargas a partir de 1825 por su contribución al conocimiento científico de muchas plantas autóctonas, de las que tomó muestras representativas que se encuentran depositadas en importantes herbarios

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