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Ideas fuerzas del siglo XIX

mireya240128 de Junio de 2015

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CLASE 7: Ideas fuerzas del siglo XIX

Síntesis: En esta clase comenzamos a estudiar el mundo de las ideas que predominaron en Europa, a partir de 1850. Analizaremos aquellas ideas que tendrán una notable influencia en el mundo desde fines del siglo XIX y durante la primera mitad del Siglo XX. Ellas son: el liberalismo político, el nacionalismo y el imperialismo. También pasaremos revista a los distintos proyectos que trataron de resolver el tema de las desigualdades sociales. Veremos las respuestas dadas por los partidos socialistas, anarquistas, comunistas. También nos detendremos en la posición que adoptó la Iglesia frente a estos problemas.

Interrogatorio: ¿Cuáles son las principales características del liberalismo político?, ¿ Cuáles eran las ventajas que ofrecía a un sistema político contar con una constitución?, ¿Qué diferencia a los movimientos monárquicos-parlamentarios de los constitucionales?, ¿Cuáles son sus coincidencias?, ¿ Cuál fue el medio político que se usó para resolver pacíficamente los enfrentamientos sociales?, ¿Cuáles fueron los elementos que contribuyeron a la elevación de la cultura política de amplios sectores sociales?, ¿Qué función cumplieron los partidos políticos?, ¿Cuál era la situación de los partidos políticos en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania?, ¿ Qué diferencias existen entre los nacionalismos conservadores y los de raíz liberal-democrático?, ¿ Qué relación se puede establecer entre nacionalismo y patriotismo?, ¿ Qué características tuvo el nacionalismo en Francia, Alemania e Italia?, ¿ A qué denominamos "nacionalismo lingüístico"?, ¿ Qué característica tuvo el nacionalismo imperialista en Gran Bretaña, ¿ Compare el modelo expansionista de Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña? , ¿Cómo pudieron estos movimientos contar con el apoyo de grandes mayorías? ¿A qué denominamos xenofobia?, Qué importancia tuvo la escuela en la formación de estos movimientos?,¿ A qué se llamó causa de Estado? ¿ Qué características tuvieron las ideologías contestarías?

Desarrollo:

El liberalismo político

El liberalismo, como fenómeno histórico se manifiesta como un tipo de mentalidad característica de la Europa moderna, más precisamente de la Europa atlántica, y supone una serie muy variada de acciones, comportamientos y pensamientos que denotan una actitud abierta, tolerante y crítica frente a los principios inmutables establecidos por la tradición o la costumbre y concluye estableciendo fórmulas más racionales para la explicación del mundo y desechando cualquier principio de autoridad no comprobado.

Para los liberales que vivieron en el siglo XIX, la defensa de los derechos individuales era el común denominador de sus programas: en sus luchas se oponían a toda fuerza que pudiera contrarestar o limitar la libertad económica, ya sea para fabricar, comerciar o ampliar el mercado; la libertad para pensar y expresarse sin censuras; y la libertad para elegir el gobierno apropiado a los intereses de cada uno y poder votar las leyes deseadas.

Para poder lograr este estado los individuos debían restringir la libertad del soberano y del Estado. Y para obtener ambas cosas ya sea tanto la vigencia de los derechos de cada uno como la limitación del poder estatal, se hacía indispensable una Constitución.

Este documento se convertía así en el garante del ejercicio de esos derechos y a su vez ponía un límite al poder de los gobernantes.

El otro objetivo que los unía era el reclamo por la participación en la administración del Estado y en la redacción de las leyes a través de asambleas legislativas.

Así, pues, los dos puntos principales de su programa, la obtención de las libertades políticas y la participación en la dirección del Estado, se cumplirían si se lograba la aprobación y aceptación por parte de todos los integrantes de la sociedad de una Constitución. Por eso todos los movimientos liberales europeos de este período la reclamarán y centrarán en su obtención el triunfo de sus luchas.

Pero si bien la Constitución era un punto de unión y concentración de fuerzas sociales y políticas contra el absolutismo, en el pensamiento liberal de esta época podemos distinguir muchos matices, de acuerdo con cada región y momento histórico. Así tenemos, por ejemplo, a los monárquicos-constitucionales que, en la firme defensa del principio monárquico, admitían una constitución; los manárquicos-parlamentarios que consideraban a las asambleas legislativas como el soporte político del Estado e incluso pensaban que el nombramiento de los ministros del ejecutivo debía ser una atribución de ellas.

Ambos grupos coincidían con un régimen electoral restringido y por lo tanto excluían a una gran mayoría de los derechos políticos. Sólo la clase social que detentaba el poder económico y cultural era la única beneficiaria de este sistema político.

Ampliación de la participación política

Sólo después de la segunda mitad del siglo XIX, el liberalismo irá evolucionando lentamente hacia la democracia, sobre todo en Inglaterra, Francia y Estados Unidos en donde el desarrollo y consolidación de la industrialización y la urbanización hicieron posible la materialización del antiguo programa liberal.

Así fue como algunos liberales se democratizaron pues entendieron que sin el apoyo de los más amplios sectores de la sociedad era imposible pensar en un sistema político estable. Los caminos de este proceso de democratización fueron muy variados, según los distintos países, pero en la mayoría de ellos se pensó en la implantación del sufragio universal como solución para resolver pacíficamente los enfrentamientos sociales. Esta medida permitió que la mayoría comenzara a influir en la conducción política del Estado.

La implantación del sufragio universal se instauró en 1871 en Francia y Alemania. En Inglaterra y en Italia en 1912. En 1907 en Austria y en nuestro país el voto secreto, obligatorio y universal y el sistema de lista incompleta se hizo realidad en 1912 con la promulgación de la llamada Ley Sáenz Peña.

Fruto de una tenaz oposición a un “Régimen” que excluía a amplios sectores de la participación política, la ley estableció un universo electoral que incluía a todos los varones mayores de 18 años que figuraban en el listado de la conscripción militar y a los extranjeros naturalizados y excluía a las mujeres. Al establecer el carácter obligatorio del voto, la ley no privaba a ningún ciudadano del ejercicio de su derecho político, ya que se trataba de una obligación cívica. La representación de las minorías era asegurada por el sistema de lista incompleta, que reservaba un tercio de los cargos a la primera minoría.

Esta última medida permitiría en el futuro una mejor representación de todos los sectores sociales y el congreso será visto en adelante como una institución que garantiza y hace efectiva la democracia política.

No podía concebirse el sufragio universal sin un mínimo desarrollo cultural de los pueblos, y esto implicaba la existencia de un ciudadano que fuera consciente de sus responsabilidades sociales y políticas. La solución a esta problemática fue hallada en la difusión de la enseñanza. Para ello el Estado debía garantizarla a todos sus ciudadanos en forma gratuita, laica y obligatoria. A partir de 1880, después que la implantó Francia se extendió por toda Europa y se constituyó en elemento básico del desarrollo político de los pueblos europeos.

En la Argentina, la educación de las futuras generaciones fue un problema que estuvo presente en los gobiernos de los primeros presidentes. Sarmiento consideraba indispensable la difusión de la enseñanza primaria, sintetizando su pensamiento en la famosa frase “Educar al soberano”, como una forma de garantizar la formación del ciudadano, último responsable de las instituciones de la República.

La Ley 1420 del año 1884 fijó que la enseñanza sería gratuita y obligatoria para los niños y niñas de 6 a 14 años: gratuita debía ser para que sea obligatoria y obligatoria porque “ no puede existir en parte alguna el derecho de ser ignorante”. También estableció la neutralidad religiosa con el propósito de garantizar la libertad religiosa y de conciencia, otro de los principios claves del liberalismo.

Junto a la extensión del sufragio y a la difusión de la enseñanza, otro elemento que contribuyó a la elevación de la cultura política de otros sectores sociales fue la aparición de la prensa diaria. Los diarios comenzaron a publicar los debates parlamentarios, y así los problemas de gobierno dejaban de ser ajenos para la mayoría de la población. Los partidos políticos editaban sus propios periódicos donde exponían sus soluciones a los problemas más generales y de esta manera acercaron una serie de ideas que empezaron a ser manejadas por el hombre de la calle. Así se fue formando una “opinión pública” que, si no influyó decididamente en la marcha de muchos gobiernos todavía dirigidos por elites, por lo menos tuvo que empezar a ser tenida en cuenta.

En nuestro país, entre octubre de 1869 y enero de 1870 aparecieron La Prensa y La Nación, cuando acababan de conocerse los datos del primer Censo Nacional de Población: 1.877.000 habitantes. Del censo se desprende que más de 60.000 habitantes del puerto de Buenos Aires (una tercera parte) saben leer y escribir. Sarmiento, entonces presidente pensaba que “El diario es para los pueblos modernos lo que era el foro para los romanos”.

Al ser cada individuo un voto, los partidos políticos tradicionales

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