Industrias petroquímicas
Daiver SalcedoEnsayo23 de Enero de 2019
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INTRODUCCION
En el contexto general de la actividad industrial, las instalaciones petrolíferas y petroquímicas constituyen un sector de importancia estratégica. A partir de materias primas naturales (petróleo, gas natural, carbón, etc.) y mediante variados procesos físico-químicos, se obtiene en tales instalaciones una gran diversidad de productos fundamentales para el desarrollo económico de la sociedad actual.
La propia naturaleza de las sustancias manejadas (inflamables, explosivas, reactivas, tóxicas), las características de los procesos utilizados (presiones y temperaturas elevadas), así como el gran volumen de los inventarios normalmente involucrados en este tipo de instalaciones, determinan la existencia de riesgos con un elevado potencial de pérdidas en caso de accidentes.
En la presente Instrucción Técnica se analiza el riesgo de pérdidas por incendio o explosión en instalaciones petrolíferas y petroquímicas, así como las medidas básicas de control de dicho riesgo.
Los aspectos contenidos en la Instrucción Técnica recogen la experiencia acumulada por ITSEMAP y, por lo general, están de acuerdo con los criterios establecidos por otras organizaciones internacional mente reconocidas.
Se consideran dentro del alcance de aplicación de la presente Instrucción Técnica, aquellas instalaciones industriales en las que se manejan, procesan y/o almacenan sustancias petrolíferas o petroquímicas.
Los riesgos analizados corresponden a los que se derivan de la naturaleza inflamable o explosiva de las sustancias involucradas, sin que se consideren aquellos debidos a sus características tóxicas.
EL FUEGO
En todo proceso de combustión hay liberación de energía, representada por una serie de reacciones entre los radicales libres O (oxígeno), C (carbono), H (hidrógeno) y OH (Oxidrilo), estas reacciones en cadena tanto ramificadas como no ramificadas pueden llamarse la vida del fuego y materialmente están representadas por la llama.
INCENDIO
Se define como un tipo de fuego, el cual se caracteriza por que escapa al control de la mano del hombre.
SISTEMA DE DEFENSA CONTRAINCENDIOS
Los sistemas para defensa contra incendios (DCI) constituyen la herramienta destinada a minimizar los daños, una vez que se ha producido el siniestro por haber fallado las medidas preventivas consideradas hasta ahora. Ello hace que su diseño requiera una atención adecuada a cometido tan importante: de su eficacia dependen vidas y bienes en situaciones que puedan ser de riesgo catastrófico.
MEDIDAS DE PROTECCION CONTRA INCENDIOS
Las medidas de prevención y lucha contra incendios de los combustibles sólidos pulverulentos coinciden, en gran parte, con las examinadas en la Instrucción Técnica 00.21 Incendio de combustibles sólidos disgregados en estado no pulverulento, aplicable a los productos disgregados en general. Sin embargo, a aquellas consideraciones deben añadirse algunas más, peculiares de los polvos.
Los polvos de productos combustibles que no se encuentran dispersos en una nube, si entran en combustión y existe el suficiente comburente para mantenerla, desarrollarán un incendio semejante al del producto disgregado no pulverulento.
Es el caso del polvo que está acumulado en capas, montones, silos o cualquier otro tipo de depósito, la velocidad de propagación del incendio será la correspondiente a la naturaleza del producto y su propagación tendrá lugar entre partículas individualizadas. Como la cantidad de polvo por unidad de volumen es mucho mayor que en una nube explosiva, el incendio de un cierto volumen de producto liberará mucho más calor que la explosión de una nube del mismo tamaño, aunque la duración de la emisión del calor será mucho más larga.
Desarrollo del incendio
El incendio de los polvos acumulados puede adoptar dos modalidades: con llama y con brasa; .Ello depende de las características del polvo (contenido de volátiles), la geometría del depósito y la facilidad de acceso de aire.
Las fuentes de ignición pueden ser las mismas que han sido citadas como iniciadoras de la explosión y, además, la combustión espontánea (I.T. OO.21Incendio de combustibles sólidos disgregados en estado no pulverulento.
El tamaño de las partículas influye notablemente en la velocidad de propagación del incendio y en su distribución a través de la masa. Si las partículas son muy finas, el incendio se extenderá sobre la superficie de la capa en contacto con el aire y, probablemente, entrará toda ella en combustión antes de que ésta se propague a las capas inferiores. Desde el punto de ignición origen del incendio se propagará éste a una velocidad que depende de sí es requerida o no la formación de brasa para que continúe su propagación. Si las partículas de polvo son más gruesas la propagación del incendio puede tener lugar simultáneamente por la superficie de la capa de polvo y con detenimiento. La lucha contra el incendio puede adoptar las mismas modalidades que en los incendios convencionales en varios aspectos, pero es preciso recordar el estado peculiar del combustible. Cualquiera que sea el método que se utilice, debe ponerse el máximo cuidado para evitar que una perturbación en el estado de reposo del polvo pueda dar lugar a la formación de una suspensión del mismo en el aire, pues si llega a formarse la nube de polvo en presencia de la importante fuente de ignición que es el incendio, sería fácil que sobreviniera una explosión.
Extinción del incendio
La Aceptación del daño que puede producir el incendio es una alternativa posible y hasta frecuente en el incendio de polvos, y en tal caso, se permitirá la combustión del producto hasta que el incendio se agote.
Sin embargo, la alternativa más frecuente será el intento de extinción, eligiendo el agente extintor más adecuado, en función de la naturaleza del polvo, su situación, presencia de otros equipos o materiales en las proximidades del incendio, disponibilidad de medios, etc.
Agua
El agente extintor de uso más frecuente es el agua, excepto en el caso de incendios de metales que reaccionan con ella (como el aluminio o magnesia) o en presencia de tensión eléctrica.
El agua actúa con eficacia en los incendios de polvos de origen vegetal y sintético (tales como plásticos), siempre aplicada en forma nebulizada o de fina pulverización.
Si la capa de polvo tiene una profundidad de más de 1 m, el agua no penetrará en la masa del polvo, sino que se embarrará la superficie y el resto del agua se perderá escurriendo sobre ésta. Es recomendable utilizar entonces aditivos humectantes con el agua.
Es muy importante desarrollar sin prisas el proceso de extinción aún a costa de la pérdida de material por su combustión. No debe intentarse remover ni extender el producto incendiado para aplicar más fácilmente el agua pulverizada, ya que puede sobrevenir su explosión.
La capa superficial puede colapsar en algunas zonas a causa de la posible formación de bolsas de aire en el interior de la masa incendiada. Quien realice la extinción no debe desplazarse sobre la superficie de polvo aunque en ella se haya logrado la extinción. Si es preciso, debe ir provisto de arnés o caminar sobre planchas extendidas sobre la superficie. Debe, en todo caso, probar la estabilidad de la superficie con barras que se introducirán suavemente en la masa de polvo.
Espuma física
La espuma física puede emplearse como agente extintor, pero tiene un uso muy limitado en este tipo de incendios, pues no puede penetrar en los depósitos de polvo y su acción sofocante, una vez extendida sobre la superficie del mismo, es pequeña, por la existencia de aire ocupando los huecos de la masa del polvo.
Polvo seco
El polvo seco también puede emplearse como agente extintor, pero siempre en circunstancias especiales. Su principal utilización está en los incendios de polvo de metales capaces de reaccionar con otros agentes extintores y, en general, muy reactivos. La aplicación suele ser manual, lo que significa que está limitada a incendios de pequeñas proporciones. Si se trata de un incendio de polvos de metales reactivos que tiene gran extensión, la mejor táctica es permitir su combustión manteniendo el control de la misma y tratando que los daños que puedan producir en su entorno sean mínimos, pero debe renunciarse a extinguirla.
Anhídrido carbónico y nitrógeno
El anhídrido carbónico, el nitrógeno, e incluso el vapor de agua, también pueden utilizarse como agentes extintores de incendios de polvos, con la excepción de los polvos de metales reactivos y siempre que no se produzcan turbulencias.
Son efectivos cuando la masa de polvo está confinada en un volumen cerrado al paso de gases (depósitos, silos, bodegas de buque, etc. Para asegurar una completa extinción, el gas o vapor debe mantenerse durante un largo período de tiempo, que puede ser de días o semanas, y son precisas aportaciones suplementarias de gas o vapor para compensar las pérdidas inevitables que tendrán lugar.
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