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Influencia Del Ejercicio Fisico En Personas Que Padecen Cardiopatia Isquemica

gotimara15 de Febrero de 2014

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1. INTRODUCCIÓN

La carga de las enfermedades cardiovasculares es muy preocupante en el ámbito mundial, tanto para los/las pacientes, como para las instituciones de atención sanitaria. Los programas de rehabilitación cardiaca pretenden mejorar la salud de las personas con cardiopatía isquémica mediante terapias de ejercicio o terapias integrales.

La importancia de la medición de la Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS) en la cardiopatía isquémica radica en la magnitud del problema de esta enfermedad en términos epidemiológicos y de asistencia sanitaria, así como en los aspectos psicológicos relacionados con ella.

La evaluación de la CVRS en cardiopatía isquémica aporta un resultado final de salud que se centra en la persona, no en la enfermedad; en cómo se siente el paciente, independientemente de los datos clínicos. Así, la CVRS valora el efecto que la enfermedad tiene sobre las personas en su contexto individual, familiar y social. La CVRS se considera una medida útil y un importante complemento para las medidas fisiológicas y biológicas tradicionales. Por ello, según Thompson et al. (2003), debería jugar un papel importante como principal resultado de medición.

Las dimensiones más importantes de la CVRS son el funcionamiento social, físico, y cognitivo; la movilidad y el cuidado personal; y el bienestar emocional, sin olvidar que la CVRS está sometida a determinantes económicos, sociales y culturales, según afirman Soto et al. (2004).

Las intervenciones no quirúrgicas, como las intervenciones de ejercicio, pueden tener un efecto positivo en la CVRS, aunque el tamaño de dicho efecto es generalmente pequeño. Esto puede explicarse mediante la revisión Cochrane, 2008, cuyo objetivo era determinar la efectividad del ejercicio sólo o como parte de un programa de rehabilitación cardiaca sobre la morbi-mortalidad, la CVRS y factores de riesgo. Esta revisión concluye que no hay una clara diferencia entre el beneficio de una intervención de ejercicio solo o una intervención de rehabilitación cardíaca integral. Además, resalta que la población estudiada está compuesta predominantemente por hombres, y todos ellos de edad mediana, es decir, una población muy seleccionada. En cuanto a la CVRS, los autores destacan que de 11 ensayos clínicos 4 usaron medidas de auto informe no validado y que, en definitiva, un número pequeño de ensayos informaron de la CVRS como un resultado.

La combinación de la magnitud del problema de la cardiopatía isquémica y el impacto de la enfermedad en la vida social, familiar y laboral del que la padece, junto a los factores psíquicos asociados a su evolución, hacen de la medida de la CVRS en la cardiopatía isquémica un aspecto fundamental a tener en cuenta. Hasta la fecha, no existen estudios previos que evalúen el efecto de un programa de ejercicio físico supervisado sobre la CVRS en una población con cardiopatía isquémica no seleccionada y con una medición más completa.

1.1. CARDIOPATÍA ISQUÉMICA (CI)

1.1.1. Definición de cardiopatía isquémica

La CI es la enfermedad cuyo origen radica en la incapacidad de las arterias coronarias para suministrar el oxígeno necesario al músculo cardiaco.

La causa más frecuente de la alteración de las arterias coronarias es la ateroesclerosis (endurecimiento y engrosamiento anormal de la pared de las arterias), un proceso lento de formación de colágeno y acumulación de lípidos y células inflamatorias que forman placas de ateromas. Estas placas provocan el estrechamiento (estenosis) de las arterias coronarias disminuyendo así el flujo de sangre que la arteria puede transportar al miocardio (1;2).

Por esto, la CI es también denominada enfermedad de las arterias coronarias, o puede adquirir otros nombres como ateroesclerosis, enfermedad coronaria, endurecimiento de las arterias, cardiopatía coronaria, enfermedad isquémica del corazón o estrechamiento de las arterias (3).

Cuando la llegada de la sangre a las células del miocardio se dificulta, la cantidad de oxígeno que llega al miocardio será insuficiente y es entonces cuando se manifiesta la CI. Este proceso empieza en las primeras décadas de la vida, pero no presenta síntomas hasta que la estenosis de la arteria coronaria se hace tan grave que causa un desequilibrio entre el aporte de oxígeno al miocardio y sus necesidades. En este caso se produce una isquemia miocárdica o una oclusión súbita por trombosis de la arteria, lo que provoca una falta de oxigenación del miocardio que da lugar al síndrome coronario agudo (1;2).

1.1.2. Causas

Algunas investigaciones indican que la enfermedad de las arterias coronarias comienza cuando ciertos factores lesionan o causan daño a las capas internas de las arterias coronarias. Estos factores son: el hábito de fumar, la acumulación de ciertas grasas y colesterol en la sangre, la presión arterial alta y un elevado nivel de azúcar en la sangre debido a resistencia a la insulina o a la diabetes (3).

Cuando hay lesiones, el organismo pone en marcha un proceso curativo. El exceso de tejidos grasos libera compuestos que promueven este proceso, haciendo que la placa se deposite en el lugar en que las arterias se lesionaron. El depósito de placa en las arterias coronarias puede comenzar en la niñez. Con el tiempo, la placa puede estrechar o bloquear completamente algunas de las arterias coronarias reduciendo el flujo de sangre rica en oxígeno que llega al músculo cardíaco (3;4).

La placa también se puede romper, lo cual hace que las plaquetas sanguíneas se unan unas con otras y formen coágulos en los lugares en que la placa se rompió. Esto estrecha las arterias aún más y empeora la angina o causa un infarto (3;4).

1.1.3. Sintomatología

Un síntoma frecuente de la CI es la angina, la cual se presenta cuando el músculo cardíaco no recibe suficiente sangre rica en oxígeno. La angina se percibe como un dolor o presión que aprieta el pecho, aunque el dolor también puede sentirse en los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda. Tiende a empeorar con la actividad y desaparece con el reposo. El estrés emocional también puede desencadenar el dolor. Otro síntoma frecuente de la CI es la dificultad para respirar.

Este síntoma se presenta si la enfermedad causa insuficiencia cardíaca. El corazón de una persona con insuficiencia cardíaca no puede bombear suficiente sangre por el cuerpo, entonces en los pulmones se acumula líquido que dificulta la respiración (1;3).

La intensidad de estos síntomas varía. Los síntomas pueden volverse más intensos a medida que la placa sigue estrechando las arterias coronarias. Algunas personas que tienen CI no presentan signos ni síntomas. Esto se conoce como CI asintomática. Es posible que no se diagnostique hasta que la persona muestre signos y síntomas de infarto, insuficiencia cardíaca o arritmia (1;3).

1.1.4. Principales factores de riesgo

La Asociación Americana del Corazón (AHA: American Heart Association) ha identificado varios factores de riesgo cardiovascular basándose en investigaciones que confirman que dichos factores incrementan el riesgo de CI o ataque cardiaco (5). Algunos factores de riesgo no son modificables, otros sin embargo, pueden ser modificados, tratados o controlados mediante cambios en los estilos de vida o tratamientos farmacológicos.

1.1.4.1. Factores de riesgo no modificables (5)

• Edad: Al envejecer aumenta el riesgo de sufrir CI, y se ha observado una mayor prevalencia en personas mayores de 65 años. A medida que una persona envejece hay factores genéticos o de estilo de vida que pueden ocasionar depósitos de placa en las arterias. Para cuando la persona esté en la edad madura o tenga edad avanzada, se habrá acumulado suficiente placa como para causar signos o síntomas.

• Sexo: los hombres tienen mayor riesgo de ataque cardiaco que las mujeres, y sufren ataques siendo más jóvenes. Tras la menopausia, que es cuando la tasa de mortalidad de las mujeres incrementa, estas diferencias se igualan.

• Herencia (incluyendo la raza): la mayoría de las personas con antecedentes familiares de CI prematura tienen uno o más factores de riesgo. El riesgo de CI es mayor entre algunas razas, parte de ello es debido a que en esas razas la tensión arterial es mayor (Ej. los/las afroamericanos/as en comparación con los/las caucásicos/as), también lo es la tasa de obesidad y la diabetes (Ej. Indios/as americanos/as, mejicanos/as, hawaianos/as nativos/as).

1.1.4.2. Factores de riesgo modificables (5)

• Inactividad: la falta de actividad física es un factor de riesgo para la CI. La actividad física regular, ya sea moderada o vigorosa, ayuda a prevenir las enfermedades coronarias. Cuanto más vigorosa es la actividad física mayores son los beneficios, aunque la actividad física moderada aporta similares beneficios si se realiza regularmente y a lo largo del tiempo. La actividad física ayuda a controlar el colesterol en sangre, la diabetes, la obesidad y ayuda también a disminuir la tensión arterial en algunas personas.

• Hipercolesterolemia: si aumentan las cifras de colesterol total en sangre, sobre todo del LDL (lipoproteína de baja densidad) por encima de los 100mg/dL, el riesgo de CI también aumenta.

• Tabaquismo: el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria aumenta 2-4 veces en personas fumadoras frente a las no fumadoras. Además, no permite que llegue suficiente oxígeno a los tejidos del cuerpo. La exposición al humo del tabaco de personas no fumadoras hace que incremente su riesgo de CI.

• Presión arterial alta: la hipertensión incrementa la carga de sangre del corazón, haciendo que el corazón aumente su volumen. La

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