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LA ATENCION EN URGENCIAS UNA MIRADA DESDE EL PRIMER NIVEL DE ATENCION

robdi6926 de Septiembre de 2013

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LA ATENCION EN URGENCIAS

UNA MIRADA DESDE EL PRIMER NIVEL DE ATENCION

ROBERT DIDIER SUÁREZ AGUDELO

UNIVERSIDAD CES

FACULTAD DE MEDICINA

DIVISION POSGRADOS ÁREA DE SALUD PUBLICA

MEDELLIN

2009

LA ATENCION EN URGENCIAS

UNA MIRADA DESDE EL PRIMER NIVEL DE ATENCION

ROBERT DIDIER SUÁREZ AGUDELO

Asesor

HERNÁN GARCIA CARDONA

Trabajo de Grado para optar el título de Posgrado en Gerencia de IPS

UNIVERSIDAD CES

FACULTAD DE MEDICINA

DIVISION POSGRADOS ÁREA DE SALUD PUBLICA

MEDELLIN

2009

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ¡Error! Marcador no definido.5

MARCO TEORICO 6

Diferencias conceptuales 6

Esfuerzos para el servicio 8

Infraestructura saturada 8

Ausencia de normatividad 9

Valoración preliminar 10

Tropiezos de tipo administrativo 11

La perspectiva ética, moral y legal 12

OBJETIVO GENERAL 12

Objetivos específicos 12

METODOLOGÍA 13

DISCUSIÓN 14

Concepto y organización de las urgencias hospitalarias. 14

Planes operativos de urgencias 15

Estructura funcional 16

Atención al paciente 18

•Jefe de urgencias: 20

•Responsable clínicos 20

•Médicos Internos: 20

Enfermeros jefe: Realizan actividades en consulta y observación. 21

•Auxiliares: Colaboran en la ejecución de las ordenes médicas y las instrucciones de los jefes de enfermería. 21

Conocimientos: 21

Habilidades: 21

Actitudes: 21

Otros servicios de urgencias del área de influencia del hospital. 21

• Los servicios de atención prehospitalaria: Bomberos, cruz roja, defensa civil, etc. 22

• Las instituciones prestadoras de salud de referencia para el hospital: (Tanto generadores como receptores de remisiones). 22

Calidad asistencial 22

De registro de sucesos (centinela): Mide un proceso o resultado grave o indeseable para el normal transcurrir de la atención, a menudo es evitable, su frecuencia de aparicion es baja pero con efectos graves en el paciente y su familia, y a menudo ameritara investigación individual de caso. 23

De índice: 23

CONCLUSIONES 25

Anexo 1 26

Guía para las patologías en relación con la prioridad 26

Anexo 2 28

Criterios generales de ingreso en el área de observación 28

Anexo 3 32

Funciones del personal del área de urgencias 32

Anexo 4 41

Formación y mapa de competencias del personal de la sección de urgencias del servicio de cuidados críticos y urgencias 41

Anexo 5 46

Indicadores básicos de la unidad de urgencias 46

BIBLIOGRAFIA 51

LEGISLACION 51

ARTICULOS DE REVISTAS Y PERIODICOS 52

ARTICULOS DE LA INTRANET 53

LIBROS 53

INTRODUCCION

Mucho se ha discutido y se ha escrito sobre el significado real del concepto de urgencia. La cual tiene connotaciones diferentes desde el punto de vista del actor interesado, ya que por ejemplo un cólico del lactante puede ser catastrófico para la madre, emergente para el padre, doloroso para el bebé, rutinario para el personal de salud que hace su atención inicial, un “R102” para el facturador y una fuente de glosa para el pagador, pero, estamos en el momento justo de nuestra reforma en salud (Ley 100 de 1993) de cerrar las brechas conceptuales que existen entre todos los actores del sistema, sin pretender que el concepto medico se unifique en toda la población, pero también evitando que se torne en una torre de Babel donde cada quien interpreta y toma partido, y ganancia, según su conveniencia.

Existe consenso que la urgencia es un concepto médico y así lo establece la Resolución 5261 de 1994: “En todo caso es el médico quien define esta condición (urgencia) y cuando el paciente utilice estos servicios sin ser una urgencia deberá pagar el valor total de la atención”. Ahora, el problema reside en lograr que tanto aseguradores, prestadores y usuarios cierren filas en torno a ese primer concepto médico, que técnicamente se puede resumir en catalogar una urgencia en salud como toda aquella situación patológica que precisa de una atención priorizada, rápida, cualificada y con dotación adecuada.

La misma Resolución citada define en su artículo 9º. el término “Urgencia” como la alteración de la integridad física, funcional y/o psíquica por cualquier causa con diversos grados de severidad, que comprometen la vida o funcionalidad de la persona y que requiere de la protección inmediata de servicios de salud, a fin de conservar la vida y prevenir consecuencias críticas presentes o futuras. Y en el artículo 10 se desglosa en que consiste la atención de urgencias.

Es un hecho que hasta el 90% de las atenciones de urgencias de los primeros niveles en Colombia corresponden a eventos que pueden ser manejados por otras áreas: Consulta externa, prioritaria, atención domiciliaria, o, aun mas, son eventos de carácter social, policial, judicial, donde cada vez mas el concepto anteriormente mencionado de urgencia se desvirtúa y se torna en una herramienta política o en una exigencia legal.

MARCO TEORICO

Diferencias conceptuales

En fechas recientes se han evidenciado los problemas graves que tiene el sistema de Seguridad Social en Salud para afrontar el hecho de la falta de comunicación de sus actores en cuanto a interpretación de la normatividad y del establecimiento de políticas regulatorias claras en la atención de urgencias, lo que a la postre deriva en hechos mal llamados “paseos de la muerte” donde los limbos del aseguramiento se hacen evidentes en un país que se precia de ser un Estado social de derecho y en el que la gente aun se muere no por falta de medios, sino por falta de acceso a ellos.

Es por esto que desde los inicios de la implantación de la Ley 100 de 1993, la atención de urgencias se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las instituciones prestadoras de servicios de salud.

Las normas constitucionales y legales imponen a clínicas y hospitales la obligación de brindar atención de urgencias a todo aquel que lo solicite, sin importar su gravedad y sin condicionarla a requerimientos económicos o contractuales. Estas disposiciones, acordes con los postulados de protección del derecho a la vida e integridad personal, pretenden humanizar los servicios asistenciales evitando situaciones absurdas e inaceptables de pérdida de vidas humanas a las puertas de las instituciones de salud.

El cumplimiento de esta normatividad, cuya verificación ocupa un importante porcentaje del tiempo y de la disponibilidad de los funcionarios de los organismos de control y vigilancia, se ha convertido en un problema constante para los prestadores. No por la validez de su contenido, que nadie discute, sino por las dificultades que derivan de su cumplimiento.

Es un hecho notorio el crecimiento inmanejable de las consultas que se atienden en los servicios de urgencias, por ejemplo las E.S.E.s de primer nivel de la zona de Urabá ven con preocupación este problema. La razón de este incremento depende de múltiples factores: uno es, sin duda, la certeza que tienen los pacientes de que en tales servicios se les debe atender sin exigirles pago previo o condicionante alguno; otro aspecto se debe a que la consulta externa de los aseguradores no les responde con la rapidez que su condición requiere; un tercer elemento, porque se sabe que con una sola visita a un servicio de urgencias se logra la resolución del problema sin que se deba acudir a nuevas citas para toma de exámenes, entrega de resultados y lectura, definición de tratamiento, entre otros aspectos, y, finalmente, por la compleja situación económica de los trabajadores que temen pedir permiso en horas hábiles para acudir al médico o simplemente no pueden abandonar sus actividades informales en trámites de solicitud de citas, porque cada minuto dedicado a la burocracia impacta su productividad en detrimento del sustento diario.

Por estas razones se presentan enfrentamientos en varios escenarios que comienzan en la inicial atención donde las expectativas de los usuarios ante su propio dolor, padecimiento o necesidad de atención a menudo chocan con la concepción meramente técnica del médico de turno o el encargado de triage en el servicio de urgencias, que cataloga su padecimiento en una clasificación de prioridades que por lo general no es entendible para el usuario, lo que genera una inconformidad con la entidad que presta el servicio, con las consiguientes consecuencias en la calificación de su satisfacción con el servicio. En un segundo escenario tenemos los enfrentamientos internos en los prestadores que tienen personal técnico-asistencial, que fue formado en la academia para la atención sin contraprestación, y el personal administrativo que día a día ve como algunos pagadores hacen todo lo posible por objetar las atenciones, amparados en contratos, legislación, pertinencia, etc, pero sabiendo siempre que el único fin es la contención a ultranza del coste médico, este enfrentamiento intestino tiene

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