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LA CULTURA CIENTÍFICA ¿OPCIÓN O MITO?


Enviado por   •  26 de Febrero de 2015  •  4.341 Palabras (18 Páginas)  •  196 Visitas

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LA CULTURA CIENTÍFICA ¿OPCIÓN O MITO?

RESUMEN

El propósito de este trabajo es opinar sobre la posibilidad del desarrollo de los pueblos llamados subdesarrollados, pero desde una óptica neutral. Hemos elegido como plataforma de análisis “El Mito de la Caverna”. Como una conexión con otros tiempos, para ventilar el problema de la educación –que al parecer no ha cambiado a pesar del tiempo– dentro del tema que se viene discutiendo como opción desde hace ya mucho. Se centra en la posibilidad de la llamada “Cultura Científica”.

Palabras Clave: Opción o ilusión, necesidad o mito, el lado oscuro de la ciencia, cultura Científica.

INTRODUCCIÓN

El desarrollo tecnológico y sus particulares circunstancias obligan la necesidad de comprender el hilo conductor de los hechos, de nuestro derrotero como individuos y como sociedad. En este contexto, se impone la obligación de preguntarse sobre los nuevos retos de la educación y la necesidad de reflexionar, continuando –quizás– con la inveterada costumbre griega con su polis, como una invitación a encontrarse con viejas y nuevas preguntas.

En la actualidad vivimos en una sociedad técnicamente desarrollada; en una era de la información donde el combustible principal que quemamos son las matemáticas. Y, sin embargo, a medida que el papel de las matemáticas crece más y más en relación con el pasado , se oculta la realidad cada vez más de la vista, formando un universo invisible que soporta gran parte de nuestras vidas. Esto, ha hecho que la preocupación por la cultura científica y tecnológica alcance en nuestros días unas dimensiones nunca antes registradas. Se ha planteado la necesidad de promover una cultura de ciencia socialmente apropiable y de hacerla accesible a los ciudadanos creando nuevos desafíos en la sociedad del conocimiento.

Existe, además, un debate sobre la necesidad de una alfabetización científica que prepare a ciudadanos y ciudadanas para la toma de decisiones. En la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el siglo XXI, auspiciada por la UNESCO y el Consejo Internacional para la Ciencia, se declara: “Para que un país esté en condiciones de atender a las necesidades fundamentales de su población, la enseñanza de las ciencias y la tecnología es un imperativo estratégico (…) Hoy más que nunca es necesario fomentar y difundir la alfabetización científica en todas las culturas y en todos los sectores de la sociedad, (...) a fin de mejorar la participación de los ciudadanos en la adopción de decisiones relativas a la aplicaciones de los nuevos conocimientos” (Declaración de Budapest, 1999). Igualmente, podemos mencionar también, los National Science Education Standards, auspiciados por el National Research Council (1996) para el logro de la educación científica de los ciudadanos y ciudadanas estadounidenses del siglo XXI, en cuya primera página podemos leer: “todos necesitamos ser capaces de implicarnos en discusiones públicas acerca de asuntos importantes que se relacionan con la ciencia y la tecnología”. Etc., etc…..

En este contexto, nuestra opinión se concentra en preguntarnos si ¿lo que hemos avanzado es significativo?; es decir, ¿hemos pasado de las ideas a la acción? o ¿nos hemos metido en una burbuja, moda o tendencia generalizada? ¿Mito o solución para el desarrollo de los pueblos?

Esto impone la necesidad de una más adecuada comprensión académica de las complejas relaciones ciencia-tecnología-sociedad. Es así como nos vemos en la imperiosa oblogación de reflexionar, con la inveterada costumbre griega con su polis, como una invitación a encontrarse con viejas y nuevas preguntas.

Nosotros creemos que las simplificaciones del conocimiento científico (símbolos y formas ) y los libros textos , se han con vertido en un obstáculo, al igual que las sombras del mito de las cavernas de Platón.

La llamada “cultura científica plantea nuevos retos para la educación. Esto significa, quizá, “prestar mucha más atención de lo que es habitual en la educación científica a los aspectos culturales, sociales, morales y emotivos (...) y a los actitudinales y axiológicos” , pero ello no debe entenderse como la incorporación de “otros factores”, distintos de la naturaleza de la ciencia (NdC), sino como la superación de una distorsión de dicha NdC, que presenta el trabajo científico como una actividad descontextualizada, ajena a intereses y conflictos.

Platón compara el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza (como personas). La exposición del conocido mito de la caverna la utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al “conocimiento”.

Para Platón una tarea intelectual importante, tal vez la más importante del hombre, consistía en distinguir la apariencia de la realidad.

Hoy nos enfrentamos con el problema para distinguir el conocimiento científico (el lado oscuro de la ciencia: libros texto, lenguaje, signos y formas) de la cultura científica (opción educativa para el desarrollo).

En nuestra opinión: Las divulgación científico-didáctica de los libros textos reformulados y proceso discursivo intralingual en la enseñanza están totalmente abstraídas de la realidad. Por otro lado, los modos simplificadores del conocimiento científico (en lenguaje primario), mutilan, más de lo que expresan, aquellas realidades o fenómenos de lo que intentan dar cuenta, si se hace evidente que producen más ceguera que elucidación, surge entonces un problema: ¿cómo encarar a la complejidad de un modo no-simplificador?

De todos modos la cultura científica no puede entenderse de inmediato. Esto es un reto para los docentes: volver visible lo invisible.

Tenemos que darle luz al conocimiento actual para su entendimiento y y utilidad práctica, a su vez, sacar a los estudiante esclavos, como los de la caverna. Pero, ¿Cómo? ¿Qué hacer? ¿Ampliar o adaptar la literatura para cumplir con los sueños de los que están aún debatiendo? ¿Volveremos a caer en el problema lingüista (del proceso discursivo intralingual)?

Por otro lado, los estudiantes de ciencias y de ingeniería también se encuentran esclavizados por la falta de cursos sociales y humanísticos. Es por eso que muchos los consideran ners o nerdos .

Un ejemplo de solución lo encontramos siguiendo a José Antonio López Cerezo cuando nos dice: podemos entender la divulgación científica como un proceso de transferencia de conocimiento, desde

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