LA INVESTIGACIÓN GEOMÉTRICA DE LAS FORMAS EN LA ARQUITECTURA DE ANTONI GAUDÍ
Verónica Sánchez MecaTrabajo27 de Marzo de 2019
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REFERENTES NATURALES Y CULTURALES EN LA OBRA DE GAUDÍ
CONTEXTO HISTÓRICO
Antonio Gaudí nació a mediados del siglo XIX en Reus, Tarragona, en el seno de una familia humilde.
Decidido a estudiar arquitectura, se trasladó a Barcelona a los 17 años, dónde estuvo trabajando como colaborador destacado en distintos estudios de arquitectos barceloneses.
Descubrió en Barcelona un amplio conjunto de monumentos históricos, especialmente de arquitectura gótica del siglo XIV, despertando su interés por las soluciones estructurales y espaciales de las catedrales medievales.
Gaudí vivió en un periodo de grandes transformaciones en el campo de la ciencia y de la técnica, pero su sentido pragmático y analítico hay que atribuirlo a dos referentes principales:
- Sus orígenes artesanos. Puesto que tanto su padre como sus abuelos eran caldereros que trabajaron directamente las planchas de cobre en el yunque. Observó como los materiales planos se convertían en varios volúmenes geométricos y aprendió que las formas simples, combinadas y articuladas entre sí, daban lugar a otras más complejas y con propiedades y efectos distintos a las originales.
- La Naturaleza. Estuvo muy vinculado al paisaje de su infancia en el Camp de Tarragona. Gaudí fue un hombre sencillo, enemigo de las ideas abstractas que supo ver la realidad de las cosas sin prejuicios ni deformaciones profesionales.
REFERENTES CULTURALES
INFLUENCIA ORIENTAL
En sus inicios, Gaudí buscó el exotismo en el Lejano Oriente, especialmente en la arquitectura de la India, Persia y Japón, a través de la literatura inglesa y el estudio de los teóricos de la arquitectura historicista, como Walter Pater o John Ruskin.
Durante su época de estudiante Gaudí tuvo la oportunidad de contemplar una colección de fotografías sobre Egipto, la India, el arte persa, maya, chino y japonés, así como los monumentos islámicos españoles, los cuales le dejaron una profunda huella y le sirvieron de inspiración para muchas de sus obras.
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De los artes nazarí y mudéjar tomó múltiples soluciones estructurales y ornamentales que aplicó con algunas variantes y libertad estilística a sus obras. Es seguramente aquí donde Gaudí observaría la técnica y también el diseño geométrico pero por supuesto filtrándolo a través de su pensamiento y visión personal y con su incorporación marcaría para siempre su estilo.
Un aspecto a destacar que Gaudí toma del arte islámico es la indefinición espacial, la concepción del espacio sin límites estructurados. Este espacio adquiere un sentido secuencial, fragmentado, a través de pequeños tabiques o huecos, que crean separación sin suponer espesas barrera que delimiten un espacio uniformemente cerrado.
Es muy probable que también Gaudí tomase nota de las técnicas cerámicas observadas monumentos de China, y otros países orientales donde también se utilizó la cerámica vidriada, ya que ésta parece tener origen en China. Gaudí emplea con gran profusión la decoración en azulejo cerámico, así como los arcos mitrales, cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula.
Esta corriente es apreciable en obras como el Capricho de Comillas, el Palacio Güell, la Finca Güell o la Casa Vicens.
Es evidente que la arquitectura de Gaudí, en una primera época, tiene mucho de neomudejarismo y orientalismo, e incluso algo de neoclasicismo, y que, posteriormente, incluyó elementos neomedievales. Pero a pesar de ello, Gaudí se distingue de sus contemporáneos porque aún manejando un vocabulario conocido aporta soluciones propias y repertorios originales.
NEOGOTICISMO
El estilo que más influyó en Gaudí fue el arte gótico, corriente de moda en el momento debido principalmente a la obra teórica y restauradora del arquitecto francés Viollet-le-Duc.
Gaudí creía que el gótico era el más estructural de los estilos históricos. Se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asume de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. Después de estudiar las estructuras góticas, concibió la manera de perfeccionar aquellas soluciones medievales
Estudió con profundidad el gótico catalán, balear y rosellonés, así como el leonés y el castellano llegando al convencimiento de que era un estilo imperfecto, a medio resolver, pese a la eficacia de sus soluciones estructurales. En sus obras elimina la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados excesivos.
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Esta corriente se observa en el Colegio de las Teresianas, el Palacio Episcopal de Astorga, la Casa Botines y la Casa Bellesguard, así como en la cripta y el ábside de la Sagrada Familia.
Gaudí se interesó por el historicismo, pero siempre miró hacia aquello que intuía que renovaría el arte y la arquitectura. Por ello convirtió el gótico en la semilla de unas investigaciones que le permitirían definir un
Cúpula de Palacio Güell. sistema estructural propio de arcos
equilibrados y sin contrafuertes.
MODERNISMO
Después de estas influencias iniciales, Gaudí desemboca en el modernismo en su época de mayor esplendor, en los años situados entre los siglos XIX y XX. Es el período de las construcciones más atrevidas, más modernas y más personales.
En sus inicios, el modernismo encuentra la inspiración en la arquitectura historicista, ya que para los artistas modernistas la vuelta al pasado supone una reacción contra las formas industriales impuestas por los nuevos adelantos tecnológicos producidos con la Revolución Industrial.
Algunos rasgos esenciales del modernismo serán: un lenguaje anti-clásico heredero del romanticismo, con tendencia a un cierto lirismo y subjetivismo; la vinculación de la arquitectura con las artes aplicadas y los oficios artísticos, creando un estilo remarcadamente ornamental; utilización de nuevos materiales, creando un lenguaje constructivo mixto y rico en contrastes; fuerte sentimiento de optimismo y fe en el progreso, que produce un arte exaltado y enfático, reflejo del clima de prosperidad del momento, sobre todo en la clase burguesa.
Aunque es normal situar a Gaudí entre los grandes modernistas de su época, también hay quien opina, debido a la rotundidad de sus formas, que está más próximo al expresionismo. El arquitecto Chueca Goitia lo define como << El único arquitecto expresionista español y uno de los más grandes de Europa >>.
Tenemos que reconocer que Gaudí vive inmerso en el contexto de los modernistas y que muchos de los elementos formales de esta corriente están presentes en su obra, especialmente aquellos relacionados con lo sinuoso y lo curvilíneo.
Quizá lo más adecuado sea posicionar a Gaudí siguiendo el consejo de su discípulo Cèsar Martinell y hablar del “gaudinismo” como un estilo propio.
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ESPÍRITU RELIGIOSO
Fue un hombre con una visión particular del mundo, del hombre y de su relación con el creador, lo que le lleva a tener en sus obras multitud de simbología religiosa. En la mayoría de sus obras aparecen símbolos religiosos aún cuando no se trata de obras específicamente religiosas.
La obra que determinó su vida espiritual fue La Sagrada Familia a la que aplicó un alto contenido simbólico, tanto en arquitectura como en escultura, dedicando a cada parte del templo un significado religioso. Se concibió como una ofrenda, a fin de expiar las ofensas hechas por los hombres a Dios.
REFERENTES NATURALES
Finalmente, desemboca en su etapa más personal, con un estilo naturalista, individual, orgánico, inspirado en la naturaleza, en el que realizará sus obras maestras. En esta etapa pudo desarrollar con entera libertad sus ideas sobre la arquitectura.
Las decoraciones de la Alhambra de Granada, los arcos de Poblet, las rocas de Montserrat, las formas de los frutos y los árboles, la torsión de los troncos y los huesos..., toda esta serie de elementos se convirtió en referente natural que explica muchos detalles de su obra. Gaudí hacía pasar la inspiración por el tamiz de una creatividad personal inagotable.
De la naturaleza aprendió que lo orgánico no tiene líneas rectas, que las formas naturales no tienen continuidad y que responden a una geometría interna. Desarrolló entonces, una arquitectura basada en la estructura de la realidad, uniendo las formas geométricas, en forma tridimensional, a las formas naturales, la estática y al mismo tiempo, la estética. Se sirvió del arco parabólico, del paraboloide hiperbólico y del helicoidal.
Arcos de Poblet.
La práctica artesanal, que desarrolló en él el gusto por lo manual, le enseñó la disciplina del oficio, las técnicas básicas de lo constructivo y, sobre todo, el pasar del plano al espacio.
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