LA MEDICINA CIENTIFICA Y EL SIGLO XIX MEXICANO

LA MEDICINA CIENTIFICA Y EL SIGLO XIX MEXICANO

FERNANDO MARTINEZ CORTES

TERCERA EDICIÓN 2003

MÉXICO, D.F.

El doctor Fernando Martínez Cortes es un internista y alergólogo. Fue director del Hospital General de México y en la Academia Nacional de Medicina y en la UNAM creo diversos proyectos de la historia de la medicina, nos ofrece es esta colección La Ciencia para todos (núm.45), un libro muy interesante que nos habla del avance de la medicina científica moderna.

Con el título de “La Medicina Científica y El Siglo XIX Mexicano” nuestro autor nos brinda información de los científicos que apoyaron de hacer de la medicina una ciencia exacta y como a poco se empezó a considerar y ver las complejidades de estudiarla.

Este libro trata sobre la medicina científica moderna. Examina, desde México, hasta lo que sucedió en el ámbito científico-medico de los países más adelantados. También se ocupa de las repercusiones internas o mexicanas de ese movimiento y de algunas aportaciones que hicieron este puñado de médicos mexicanos.

I. La medicina se estaba volviendo científica

Empezamos por la fundación en 1833 de la institución de enseñanza médica que llevara el nombre de Establecimiento de Ciencias Médicas. Los protagonistas de la anécdota son, nada menos, Napoleón y el astrónomo Pierre-Simon Laplace (1738-1822). Se cuenta que el sabio Laplace le pidió a Napoleón que la Academia de Ciencias de Paris admitiese en su seno a los médicos, esto fue con el fin de que si al codearse con verdaderos hombres de ciencia se les pegara algo. Entrando el siglo XIX, Bichat vive una verdadera revolución de la medicina. En primer lugar, Phillipe Pinel, autor de la Nosographie philosophique [Nosografía Filosófica] sus ideas las tomo como ejemplo Bichat al crear su Anatomía General, también en el influyo el filosofo Etienne Bonnot de Condillac. Aquí se crea un triangulo en el cual las obras y pensamientos se ligan; dice que las ideas simples de Condillac son las enfermedades simples de Pinel y los tejidos simples de Bichat.

II. La clínica se volvió científica gracias al signo físico

Para que la medicina se vuelva científica, ha dicho Bichat en 1801, es necesario agregar, a una acuciosa observación del enfermo, el conocimiento de donde en realidad asienta el mal. “Pero era necesario algo mas para que la medicina fuera una ciencia útil: descubrir el sitio y naturaleza del mal en vida del paciente, gracias a “signos ciertos y seguros”, expresión debida al bretón Laennec. A esto contribuyeron varios ilustres médicos, aquí citaremos nada mas a Jean Nicolás Corvisart y al propio René Theophile Hyacinthe Laennec. Para llegar al descubrimiento del sitio de la enfermedad hicieron varias investigaciones y observaciones en una de ellas que hizo Laennec llego a la invención del estetoscopio de aquí en adelante hubo un avance muy grande, por medio de este aparato el clínico pudo ver lo que pasaba en el interior del tórax.

III. Como vio el doctor Manuel Eulogio Carpio la medicina científica en el mundo y qué hizo por ella en México

Cuando Laennec era profesor de medicina clínica en el hospital La Charité, dice Roger Kervran, que entre los alumnos extranjeros se encontraba un mexicano. Era nada menos que el médico veracruzano Manuel Eulogio Carpio entonces simple bachiller, traduce al español y publica un librito, el articulo Pectoriloquo. Los principios de Carpio fueron en la cirugía “se formo en el estudio privado”, aplicando lo viejo y lo nuevo. Se tuvo que inmiscuir en la política, quizá porque vino al mundo en un tiempo de agitación y revueltas. Cuando era joven recibió su título de bachiller. Carpio analizo la medicina extranjera y mexicana encontrando en varios escritos información para sus trabajos. Pasa por varias etapas y en una de estas es cuando lleva el estetoscopio a México para su utilización por los médicos mexicanos.

IV. El Establecimiento de Ciencias Médicas

Cuando México luchaba para convertirse en nación frente a enemigos de dentro y

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