LA SENSACION DE LA JUSTICIA
christian84142Tesis17 de Noviembre de 2014
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1.- INTRODUCCION.-
Este libro trata sobre realizar los valores de los abogados y de guiar a los nuevos jóvenes que están incursionando a la carrera de cómo debe ser un verdadero abogado. Es un libro que tiene mucha vigencia en la actualidad y aun es muy utilizado como referencia por abogados.
2.- OBJETIVOS: GENERALES Y ESPECIFICOS.
Objetivo Genera
Hace Contrastante referencia en cuanto a diferencia entre el termino arriba empleados, abogado y licenciado en derecho que si bien en nuestra actualidad se emplean cual sinónimos, están los mismos distante de serlos ya que el segundo es un estudioso de las leyes con una cedula que le permite el ejercicio del oficio, muestras que el primero es un complementado de este al ser el primero más un ministerio de justicia encargado de velar por la justicia que no es sino la búsqueda final del derecho.
Objetivo Especifico
En este trabajo encontraremos básicamente la moral de los que lleva a ser un gran abogado y en el cual nos basaremos como modelo para que en un futuro el abogado que seremos pueda ser grande desde la forma de actuar mover y desenvolverse.
3.- DESARROLLO DEL TEMA.
Señala que en las profesiones la ciencia no es más que un ingrediente, tienen más influencia la conciencia, el hábito, la educación, el engranaje de la vida, miles de elementos que reunidos integran un hombre, el cual, por su oficio se distingue de los demás
En el Abogado la rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos. Primero es ser bueno; luego, ser firme; después, ser prudente: la ilustración viene en cuarto lugar; la pericia, en el último.
LA FUERZA INTERIOR
En éste capítulo hace hincapié en que una persona debe fiar en su fuerza interior cualquiera sea su oficio. La fuerza que en sí mismo no la encuentre no la hallará en parte alguna.
Señala que el abogado va a afrontar continuamente el peso de la injusticia, frente a estas agresiones, la única receta es: confiar en sí, seguir los dictados que uno mismo se imponga y desatender lo demás.
Dice que en otros oficios actúan dos componentes un elemento psicológico del profesional y otro elemento material y externo, por ejemplo; el alma y la física, el alma y la economía, el alma y la fisiología; sin embargo en la Abogacía actúa el alma sola y nada más que de ella. No se diga que operan el alma y el Derecho.
También señala que el abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en éste punto deberá cambiar de oficio.
LA SENSACION DE LA JUSTICIA
La justicia no es fruto de un estudio, sino de una sensación; saber el Derecho no garantiza ser abogado, sino conocer la vida. El derecho positivo está en los libros, pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte. Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las leyes, será un desventurado ganapán.
El momento de la consulta para un abogado es un instante decisivo para su conciencia; el licenciado en derecho después de oír la consulta se limitará a preguntarse "¿qué dice la ley?", con esto corre el riesgo de equivocarse, sin embargo las preguntas introspectivas y más importantes, deben ser estas otras: "¿Quién es ese hombre que me consulta? ¿Qué se propone íntimamente? ¿Qué haría yo en su caso? ¿A quién dañará con sus propósitos? En una palabra: ¿Dónde está lo justo?" Resueltas estas preguntas, el apoyo legal será cosa secundaria.
La sensación de la justicia es muy importante, porque el abogado al atender una consulta no percibe la sensación de lo justo y lo injusto y cree encontrar la razón en el estudio de los textos, se expone a tejer artificios legalistas ajenos al sentido de la justicia.
LA MORAL DEL ABOGADO
Suele sostenerse que la condición predominante de la Abogacía es el ingenio. Por fortuna, ocurre todo lo contrario. La Abogacía no se cimenta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia.
Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima - aunque sea equivocadamente- que la pretensión de su tutelado es justa, y en tal caso al triunfar el cliente triunfa la justicia, y nuestra obra no va encaminada a cegar sino a iluminar.
También señala que hay que ser refractario al alboroto, soportar la amargura de una censura caprichosa e injusta. Debajo de la toga hay que llevar una coraza, abogado que sucumba al qué dirán debe tener su hoja de servicios manchada con la nota de cobardía.
Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo trance. Como se dice comúnmente, el transeúnte que se detenga a escuchar los ladridos de los perros, difícilmente llegará al término de su jornada.
EL SECRETO PROFESIONAL
El secreto profesional para el ejercicio de la abogacía es muy importante y señala el autor que la única manera de guardar un secreto es no diciéndoselo a nadie, aunque sea de entera confianza.
Todos sabemos que el abogado está obligado a guardar el secreto y sabemos muy bien que él no guardarlo es un delito.
No se considera a la abogacía como una carrera ni un oficio sino un ministerio y como tal hay que contemplarla sin que le alcance ninguna otra regulación.
También señala que el abogado, en lo que se refiere al secreto profesional puede encontrarse en tres grandes conflictos: conflicto con su propia conveniencia, conflicto con el interés particular ajeno y conflicto con un grave interés social.
LA CHICANA
El significado de la palabra chicana en el diccionario es: triquiñuela, enredo, artería, mentira, embuste. Asimismo en cualquier libro de ética forense se encuentra la condenación más terrible de la chicana y las sanciones más severas contra los chicaneros, lo mismo se encuentra en muchas otras legislaciones.
LA SENSIBILIDAD
El abogado actúa sobre las pasiones, los sentimientos, las ansias, los apetitos en que se consume la humanidad, entonces no puede un abogado ser frío de alma, tampoco puede ser muy emocionable. Si su corazón es ajeno a todo ello su cerebro no lo entendería, el abogado atiende casos de una familia arruinada, el hombre a las puertas del presidio, el matrimonio disociado, la ingratitud del hijo, todo eso es el campo de operaciones. Cómo puede acompañar a los combatientes, quién no sepa del dolor, ni comprenda el entusiasmo, ni ambicione la felicidad. Únicamente los inhumanos pueden ver inalterables todo eso, sin inmutarse siquiera.
EL DESDOBLAMIENTO PSIQUICO
Según el profesor Ángel Majorana, el desdoblamiento psíquico es el fenómeno por virtud del cual "el abogado se compenetra con el cliente de tal manera, que pierde toda postura personal”, mientras que el autor de presente libro piensa que el desdoblamiento psíquico no ha de interpretarse en el sentido que lo hace Ángel Majorana, diciendo: "el abogado no soy yo, sino mi cliente", sino en el de la duplicidad de personalidades, "hasta tal punto soy mi cliente, practicando un doble renunciamiento, y desde tal punto soy yo mismo. Usando facultades irrenunciables".
LA INDEPENDENCIA
Las profesiones liberales se caracterizan porque se ejercen con libertad. Esto da lugar a que el derecho del cliente a ser atendido nazca el del profesional a ser respetado y consiguientemente a que la conveniencia del uno vaya en prestigio del otro.
El cliente tiene derecho a reclamar el servicio, pero no a imponer su criterio.
Para trabajar con total independencia el abogado debe huir cuidadosamente de los siguientes peligros: del pacto de cuota litis (son los convenios que condicionan los honorarios a una participación en el resultado del juicio); de la mujer a quien se ama; de la familia; del sueldo y de la política.
EL TRABAJO
El trabajo del abogado es personalizado, en la cual la inteligencia es insustituible, pero más importantes son la conciencia y el carácter, estas dos cualidades son las más cotizadas en esta profesión, por ejemplo un sabio adusto (tosco) será peligroso como Abogado, porque apegará a la intransigencia, y en su mano se enredarán las cuestiones; otro ilustrado y despierto, pero de escasa pulcritud, constituirá un verdadero peligro para la sociedad.
LA PALABRA
Quien no fíe en la fuerza del verbo, ¿en qué fiará? El verbo es todo: estado de conciencia, emotividad, reflexión, efusión, impulso y freno, estímulo y sedante, decantación y sublimación... Donde no llega la palabra brota la violencia.
Por la palabra se enardecen o calman ejércitos y turbas; por la palabra se difunden las religiones, se propagan teorías y negocios, se alienta al abatido, se doma y avergüenza al soberbio, se tonifica al vacilante, se viriliza al desmedrado. Unas palabras, las de Cristo, bastaron para derrumbar una civilización y crear un mundo nuevo.
EL ESTILO FORENSE
En este capítulo es autor señala que los abogados no nos damos la menor importancia a nosotros mismos. Hacemos de nuestra profesión como si fuera una cosa insignificante, trivial, anodina, insustancial. La abogacía es una profesión para ser amada,
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