LEY 20529

Las expectativas de nuestra sociedad, sobre la educación y el nivel de escolaridad a alcanzar son altos, y la mayoría de los estudiantes desea alcanzar estudios superiores. El acceso a la educación, luego de pasar por la enseñanza media, se traduce en el deseo de muchos jóvenes, de avanzar más que sus padres. Ya que es la única herencia que pueden dejar a sus hijos.

Por esto, los establecimientos escolares, municipalizados, subvencionados o particulares, adquieren un gran valor, dado por la propia comunidad. Por tanto, se espera de ellos, el máximo en calidad y equidad.

Es importante destacar la intervención en el proceso de aprendizaje, el profesor o profesora quien desempeño un trabajo metodológico arduo y constante. Ahora también hay aquellos que dicen ser profesores y solo fueron transmisores de información, pero como distinguirlos. Es por esto, que el Estado asegura el cumplimiento de los Principios y fines de la Educación a través de la Agencia de Calidad de la Educación y la Superintendencia de Educación, en conformidad con la Ley.

A continuación nombrare tres aspectos de la Ley, que considero tienen directa relación con el ejercicio docente en nuestra sala de clases.

Primero, Logros de aprendizaje, ajustados al curriculum vigente en cada nivel, evaluados por el SIMCE.

Este instrumento, temido por algunos colegas, porque también nos evalúa. Aún así, creo debemos verlo como un agente reductor de fracasos escolar, entendiendo esto como el no logro de objetivos de aprendizaje. El SIMCE, como herramienta estandarizada, nos permite ver la puesta de las capacidades y la relación, que hicieron con otras áreas de aprendizajes, nuestros estudiantes.

Cuando hay un trabajo consciente de las estrategias y herramientas que disponemos los docentes, entonces los resultados que esperamos nos pueden ratificar ese buen desempeño o por el contrario, debemos cambiar drásticamente porque estaríamos dejando en desventaja a ese alumno o alumna. Por tanto es necesaria la evaluación de los aprendizajes. El cambio ocurre desde dentro hacia fuera, es decir, desde nuestra aula.

Segundo, evaluación de los profesionales de la educación- Es fundamental que se exija a todos los docente del país someterse a la evaluación. Con el propósito de mejorar la educación en nuestra comunidad. Sí, se debe medir la calidad del docente, quedando en evidencia su buen desempeño. Ya estamos acostumbrados a ser evaluados y retroalimentados por nuestros Jefes

de UTP. Entonces, estamos preparados para ese proceso de evaluación. Y si tenemos debilidades en nuestro quehacer, hay entidades como las ATEs, que apoyaran el desarrollo o crecimiento de nuevas herramientas para el ejercicio docente. Colegas seamos críticos de nuestra labor docente, actualicemos nuestras metodologías seamos un profesional de la educación.

Tercero, los indicadores de calidad educacional integrales como la convivencia escolar.

Hemos conocido hechos dramáticos donde alumnos y/o alumnas son victimas de bullying y el dolor que les causa, a veces llevándolos al suicidio. Nuestra labor como educadores es ser parte de los problemas de convivencia escolar, siendo numerosos los casos que se repiten

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