La Inquisicion
NOCHEobscura30 de Junio de 2013
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300 Años de Sangre y Mecanismos
"Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar" – Arthur Schopenhauer
México cumbre de costumbres y tradiciones, de coloridos y festejos, todo este enigma, detalle y colorido se vio opacado por la sombra de la “Santa Inquisición”. Tras la conquista de la antigua Tenochtitlán, surge la imposición de la religión católica en la comunidad azteca, descartando sus creencias e ideales, es decir, mantener el catolicismo muy por encima de las antiguas creencias aztecas.
Pero, antes de comenzar, en realidad ¿qué es la Santa Inquisición? De a cuerdo a diferentes fuentes a ésta se le define como:
“Aquellas instituciones dedicadas a la supresión de la “herejía” bajo el cargo de la Iglesia Católica”
Es decir, la Santa Inquisición eran distintas “instituciones” dedicas a castigar la herejía y la blasfemia.
Entendiendo que la herejía es la negación total o parcial de las “leyes” religiosas preestablecidas y ¿de qué manera se castigaba tal pecado? Muy sencillo, la mayoría de las veces se castigaba con la pena de muerte o en su defecto algún tipo de tortura, las cuáles, eran implementadas poco a poco con mecanismos “novedosos” ¿creados para qué? Para torturar de manera más eficiente a las personas.
Originada en 1184 al sur de Francia en Languedoc con el propósito de castigar a los herejes y blasfemos, y supuestos practicantes de “brujería”, debido al impacto que la Santa Inquisición causo en la comunidad y la manera en la que el miedo controlaba a las grandes poblaciones, El Real Gobierno Español decidió formular una Inquisición formal fundada por el Papa Sixto IV con la finalidad de combatir las prácticas judías en Sevilla, eventualmente Roma y Portugal decidieron implementarla bajo el nombre de “Congregación del Santo Oficio”.
Más tarde con la conquista del “Nuevo Mundo”, España trajo la Santa Inquisición a los América con la finalidad de revocar y eliminar todas las creencias politeístas. La Santa Inquisición fue impuesta en 1520 antes de la caída de la gran Tenochtitlán y duraría hasta 1820:: 300 años de Sangre y Mecanismos,
¿Qué se investigará?
Partiendo de las premisas ya establecidas, nos enfocaremos el tema principal de la presente investigación: “El Origen de la Santa Inquisición tras la Caída de la Gran Tenochtitlán”
Justificación
Con el objetivo de aumentar el conocimiento histórico del lector, expondremos los orígenes de la Santa Inquisición en nuestro país. Él por qué, el cómo, son cuestiones que se abarcarán en el siguiente texto, además de incluir las técnicas que se utilizaron para castigar la herejía, para uno que otro curioso.
Objetivo General:
Conocer y comprender el origen de la inquisición en México.
Condición Metodológica:
Nuestro objetivo con la realización del presente trabajo se llevará a cabo, gracias a la utilización de la investigación documental, es decir, apoyándonos en todo tipo de libros, documentos, investigaciones previamente realizadas por otros autores e inclusive recurriendo a una de las herramientas de información con mas poder y arraigo en la actualidad: Internet.
Antecedentes Históricos
Como mencionamos la Santa Inquisición fue utilizada para castigar a los herejes y blasfemos, con el fin de integrar a la religión católica como la religión por excelencia. Para iniciar ¿cómo comenzó la Santa Inquisición? La Santa Inquisición tuvo su creación por medio de la bula papal “Ad abolendam”, emitida a finales del siglo XII por el Papa Lucio III como un instrumento para combatir la herejía albigense en el sur de Francia.
Existieron tribunales de la Inquisición pontificia en varios reinos cristianos europeos durante la Edad Media. En la Corona de Aragón operó un tribunal de la Inquisición pontificia establecido por dictamen de los estatutos “Excommunicamus” del Papa Gregorio IX en 1232 durante la época de la herejía albigense; su principal representante fue Raimundo de Peñafort. Con el tiempo, su importancia se fue diluyendo, y a mediados del siglo XV era una institución casi olvidada, aunque legalmente vigente.
Los Reyes Católicos decidieron introducir en España la maquinaria inquisitorial, debido a las siguientes razones:
• La Inquisición permitía a la monarquía intervenir activamente en asuntos religiosos, sin la intermediación del Papa.
• Debilitar la oposición política local
• Acabar con la poderosa minoría judeoconversa.
• Financiación económica. Puesto que una de las medidas que se tomaba con los procesados era la confiscación de sus bienes.
El 1 de noviembre de 1478 el Papa Sixto IV promulgó la bula “Exigit sinceras devotionis affectus”, por la que quedaba constituida la Inquisición para la Corona Española.
Pero, ¿Cómo se inició la Santa Inquisición en México?
La Santa Inquisición en México inició desde los primeros momentos en que los españoles pisaron tierras americanas. Los primeros casos de que se tienen documentados de tácticas inquisitorias en contra de blasfemos promulgadas por Hernán Cortés en 1520, es decir antes de la caída de la gran Tenochtitlán.
Aunque, por otro lado existen indicios de actividades inquisitoriales contra herejes desde 1522, realizadas al parecer, por Frailes que desde entonces ya se encontraban en México, quizás actuando con poderes directos del Papa.
Tres años después de consumada la Conquista de la Nueva España, fray Martín de Valencia, franciscano evangelizador, fue nombrado por Pedro de Córdoba comisario de la Inquisición en México. Aunque los franciscanos no tenían ni bula ni permiso para ejercer ese oficio que era y había sido siempre privilegio exclusivo de los dominicos. Ese primer inquisidor ejerció suavemente el empleo, hasta que a la muerte de Córdoba, llegó de España fray Vicente de Santa María, un dominico.
En 1535 el inquisidor general de España y arzobispo de Toledo, Alfonso Manrique, expidió el título de inquisidor apostólico al primer obispo de México, Juan de Zumárraga. Aunque este no creyó prudente establecer aún la Inquisición en México, cometió el tremendo error de formar proceso a un indio, señor principal de Texcoco, bautizado ya con el nombre de Carlos y nieto de Netzahualcóyotl, a quien acusó de seguir sacrificando víctimas a sus dioses. El inquisidor apostólico lo mandó a quemar vivo en la plaza pública el 30 de noviembre de 1539 para convertirlo en la primera víctima del Santo Oficio en la Nueva España. Zumárraga recibió regaño y castigo porque en las disposiciones reales y las reglas del Santo Oficio, se estipulaba que no se podían ejercer rigor ni pena contra los cristianos nuevos de la raza india.
Sin embargo, no fue hasta 1571 que el doctor Moya de Contreras, inquisidor mayor de la Nueva España estableció en México el Tribunal de la Fe, este año, se considera oficialmente, como el del establecimiento del Santo Oficio en México.
Fray Tomás de Torquemada, pariente de Juan de Torquemada, el ilustre fraile que se ocupó de la historia indiana de México, fue uno de los más crueles inquisidores de España, Fue él quien desarrolló las reglas más crueles y estrictas para el Santo Oficio, reglas que se siguieron al pie de la letra en México. Entre sus disposiciones estaba que el secreto de los testigos fuera inviolable, que se adoptara el tormento y la confiscación de bienes, que en un corto período de gracia los acusados se denunciaran a sí mismos y abjuraran de sus errores, que se recibieran las denuncias de padres contra hijos y de hijos contra padres y que se permitiera la separación del derecho común y del orden de proceder en todos los tribunales conocidos.
Luis González Obregón calcula que se pronunciaron 51 sentencias de muerte en los 235 o 242 años en los que funcionó en México el Santo Oficio, pero esta puede ser una conjetura: Llorente dice, por ejemplo, que sólo en 1481 hubo 21 mil procesos y hasta quienes sostienen que la Inquisición no quemó a nadie en tierras mexicanas. Sin embargo, es muy probable que todos se equivoquen o que el más aproximado en sus cálculos sea González Obregón ya que, por ejemplo, en el caso contra Luis de Carvajal, uno de los más célebres de México, murieron ocho personas, siete de ellas en la hoguera y una en el garrote vil.
Las penas impuestas a los reos de delitos que no se castigaban con la muerte eran generalmente “el auto, vela, soga y mordaza y abjuración de Levi”, y a veces también el destierro. Eran de rigor, eso sí, 100 o 200 azotes. Entre los delitos figuraban no sólo el renegar de Dios, de sus santos y la Virgen, sino también el amancebamiento, la fornicación y la sodomía.
La indumentaria denunciaba al reo y así lo segregaba: a los judaizantes, por ejemplo, se les condenaba a llevar un hábito penitencial amarillo con dos aspas coloradas de San Andrés: es lo que llamaban el San benito.
Remataba el atuendo un gorro de papel en forma cónica, color azafrán. Para indicar que un preso iba hacia las cárceles del Santo Oficio se decía que “se lo habían llevado en la calesita verde”.
Durante la Colonia al edificio de la Inquisición, después la Escuela de Medicina,
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