La Violencia

El concepto de Violencia hoy en día

Durante el transcurso de la historia, nos hemos visto envuelto en innumerables fenómenos de protestas o de rebeldía. Estos fenómenos son recurrentes, se podría decir que cada sociedad construye sus propias contradicciones y en consecuencia construye sus propias Tensiones.

Si nosotros miramos la historia del chile contemporáneo y observamos la irrupción de la Cuestión social, (fenómeno propio de fines del siglo XlX y principios del siglo XX , en un contexto en el cual los trabajadores carecían de derechos), podemos ver que una de las expresiones que incorpora la reivindicación de derechos tanto económicos, laborales y políticos por parte de la clase trabajadora, es precisamente la protesta y más aún la huelga y en algunos casos acompañando de ellos, él motín, la asonada o el levantamiento popular.

Es así como nace el concepto de violencia en las manifestaciones, como un fenómeno que afecta al conjunto de una sociedad que, ignorando lo que es en teoría este concepto, se deja llevar por la apariencia en práctica de la violencia.

Pero en la práctica de la acción popular, más que preguntarse si aquellas personas que utilizan el método de protestas son criminales, o son delincuentes por el hecho de expresar su ira irrumpiendo en una lógica puramente sistémica, hay que cuestionarse el ¿por qué? Esta sociedad abarca por más de dos siglos la actitud de gente que desesperada por no poder participar soberanamente y ciudadanamente en el sistema, se ve en la obligación de participar en acciones directas de manifestación.

Las explosiones de violencias no surgen como una táctica por parte de partidos políticos ni nada por el estilo, sino más bien es una acumulación de ira que a través del tiempo aumenta a medida que el sistema neoliberalista que nos rige, actúa sobre la población y más específicamente sobre las clases dominadas por parte de la clase dominante. Es así, como la base de la pirámide de clases sociales se ve envuelta en el llamado “tipo de violencia” donde no les queda más que actuar en una forma de autodefensa frente a la represión que efectúan las instituciones de resguardo y orden público.

El concepto de “violencia” se presta para mucha tergiversación, cuando se habla de violencia, lo que el común de la sociedad asocia, es un modelo de gente que sin razón alguna se ve envuelta en una ira que se transforma en una acción de golpe, de pelea o de agresión, pero debemos ver este concepto más allá de la acción callejera.

No es extraño ver en las últimas movilizaciones estudiantiles una forma de autodefensa más bruscas y violentas, la que ha llegado a cuestionarse incluso por los mismos estudiantes y trabajadores, pero ¿a qué se debe esto? ¿Es acaso el producto de una impotencia de la sociedad? Es específicamente en el conflicto estudiantil, donde se ve la mayor lucha social en estos días, donde el estudiantado fue, es y será capaz de sacrificar hasta un año de estudio para poder recibir un cambio en el derecho constitucional y de bien común como lo es una educación digna e igualitaria.

Pero estos en vez de ser escuchados, son amenazados, mediante el marco jurídico-legal que criminaliza la protesta callejera y la condena como una de las causas de caos en lo que respecta a manifestaciones estudiantiles.

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