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La toma de terreno producida por los habitantes del zanjón de la aguada dio origen a la población la victoria, fue un hito que marco la constitución de este movimiento social.


Enviado por   •  24 de Mayo de 2016  •  Trabajos  •  2.179 Palabras (9 Páginas)  •  327 Visitas

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       Introducción

en el periodo del siglo XX en nuestro país estaban sucediendo una serie de cambios tanto culturales como sociales, debido al fomento de la industrialización y las fuertes influencias norteamericanas traídas por la invención de los primeros medios masivos de comunicación,lo que llevo a generar grandes migraciones a santiago por lo que la población aumento radicalmente y donde la mayoría de estas familias generaron un movimiento social producidas por la acción organizada de estos pobladores.

Las tomas de terreno comienzan a finales de la década de 1950como movimiento social pero a finales de 1960 y principios de 1970 pasa a ser una fuerte arma de lucha de aquellos sectores que deseaban cambiar el sistema establecido.

La toma de terreno producida por los habitantes del zanjón de la aguada dio origen a la población la victoria, fue un hito que marco la constitución de este movimiento social.

 

Antecedentes históricos y teóricos.

        Al aumentar las  migraciones hacia Santiago llevaron

a  la formación de innumerables poblaciones, construidas sobre la base de desechos como latas, cartones y maderos viejos, así es como emergen con total rapidez y gran magnitud las denominadas poblaciones callampas; llamadas así por las condiciones en que vivían.

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 Los barrios marginales de la periferia de Santiago fueron excluidos de los servicios públicos como fruto de una política de segregación urbana, los cuales presentaban condiciones de vivienda, seguridad y salubridad deplorables. El espacio urbano periférico comúnmente era loteado por empresarios que construían conventillos o rancheríos y luego los alquilaban a familias pobres de la ciudad. Los conventillos, una doble hilera de habitaciones pequeñas e insalubres que compartían un pequeño callejón en común, se convirtieron en el centro de la polémica cuestión social. Las malas condiciones higiénicas potenciadas por el hacinamiento, la falta de agua potable y alcantarillado, como también por la precariedad de la construcción, fue un factor que ayudó a la propagación de enfermedades infecciosas y a una forma de vida que era considerada como inmoral por la administración del estado.

Estos barrios no sólo eran insalubres sino que también peligrosos. Las condiciones de seguridad eran mínimas, y la policía por lo general no entraba a ellos. Para la sociedad esto no hacía más que confirmar la imagen que tenían de un mundo popular sumergido en indignidad e inmoralidad y en la que pobres y delincuentes eran sinónimos. Sin embargo la sociedad se mostró incapaz de responder con propuestas efectivas que aliviaran las condiciones de vida de las clases populares. Excluidos del poder político y de los beneficios de la modernización económica, los pobres se vieron también excluidos de la vida urbana, segregada y despreciada por los administradores del país.

Por esta razón durante el siglo XX una de las principales preocupaciones del Estado fue buscar una solución al inevitable asunto de la habitación popular que padecía de problemas tales como el barro, el hacinamiento, el frío, la falta de agua, luz, alcantarillado, equipamiento comercial, educacional, de salud y recreación.

En este contexto, se estableció en el año 1954  la Corporación de la Vivienda (CORVI) que logró construir la población San Gregorio en La Granja y la José María Caro en San Miguel. Posteriormente, el gobierno de Eduardo Frei Montalva implementó la denominada "OPERACIÓN SITIO" a través de esta  los pobladores tomaban créditos para adquirir terrenos básicamente urbanizados, es decir: letrinas, calles ripiadas, soleras, pilones de agua potable y tendido eléctrico. No obstante, por la lentitud del proceso de construcción de viviendas y el aumento explosivo de las necesidades habitacionales, estas iniciativas no lograron contener las siempre crecientes ocupaciones de terreno de los pobladores sin casa. De estas tomas la más conocida y famosa fue la ocurrida el 30 de octubre de 1957. Las familias que realizaron esta acción provenían de un conjunto de poblaciones callampas instaladas a orillas del Zanjón de la Aguada, tradicional lugar de miseria desde los tiempos del intendente Benjamín Vicuña Mackenna. Allí vivían, hacinadas en una franja de cinco kilómetros de largo y 125 metros de ancho, unas 35.000 personas que formaban diez poblaciones las cuales habían realizado innumerables gestiones para adquirir un sitio. Dos incendios gigantescos ocurridos en octubre de 1957 precipitaron la ocupación de la chacra La Feria. En esta fecha cerca de 1.200 familias provenientes del llamado "Cordón de la Miseria" del Zanjón de la Aguada se tomaron los terrenos de la chacra La Feria, constituyéndose en la primera toma organizada por terrenos de Chile y América Latina. Los mismos futuros pobladores lotearon los terrenos, definieron los espacios públicos y los construyeron; conformaron comités de vigilancia, encargados de controlar la delincuencia y dar seguridad a la población; e incluso crearon un periódico interno, La Voz de La Victoria.

Las calles de la población fueron bautizadas con nombres de personas o hechos relacionados con las problemáticas sociales, como "Carlos Marx", "Cardenal Caro" (en honor al Cardenal que intercedió frente al entonces Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo, para evitar el desalojo de la naciente toma) Es asi que esta toma de terrenos sirvió de modelo a pobladores de otros sectores de la capital para organizar la demanda de viviendas.

 La reacción de las autoridades fue ordenar el desalojo, pero la intervención del arzobispo José María Caro permitió la permanencia definitiva de los ocupantes que bautizaron la población con el nombre de La Victoria.

La Victoria fue un foco de oposición a la dictadura de Augusto Pinochet, al alojar grupos de la izquierda política de Santiago. Fue epicentro de numerosas tomas de terrenos, protestas, e incidentes con la policía. Durante uno de los enfrentamientos entre pobladores izquierdistas y militares en 1984, a causa de una protesta de los primeros contra el régimen militar, el sacerdote francés André Jarlan murió por una de las balas disparada estratégicamente hacia la casa del sacerdote debido a que Jarlán era una persona con sentido comunitario y apoyaba a la organización de las personas para mejoras en los términos sociales, lo que por supuesto era contradictorio a una dictadura militar.

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