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TEMA: Factores externos que influyen en las conductas antisociales en menores de la Preceptoría Juvenil Regional de Reintegración Social de Chimalhuacán en el año 2015.

JUSTIFICACIÓN.

Los actos ilícitos no son únicos de los menores, y es que los distintos cambios de comportamiento se deben a factores físicos, psicológicos y emocionales que éstos sufren durante la etapa de la adolescencia, conllevando a generar un impacto en los distintos contextos sociales en que se encuentra inmerso el menor. La conducta del adolescente es el resultado de aspectos internos propios de él, que tiene que ver principalmente con la personalidad, la moral, el aspecto espiritual, familiar y la educación, lo cual determina que un menor adquiera determinados hábitos y costumbres, conductas que al rebasar los límites que establece la ley, se convierten en delictivas.

Los actos ilícitos cometidos por menores es un fenómeno cada vez más habitual, puesto que hoy en día es cada vez más común escuchar que los menores delinquen, que en varias ocasiones puede dejar asombrados a muchos. La pregunta que nos hacemos es ¿Por qué el menor delinque? Y es que llegar a entender la realidad del delincuente que aún no ha llegado a la madures, a veces intriga, sin embargo muy pocas veces se toma en cuenta que al existir desintegración familiar, aislamiento social, maltrato infantil, violencia, desamparo, pobreza y marginación, aumenta la probabilidad de que el adolescente presente conductas antisociales.

La adolescencia desde el aspecto social es un periodo de desequilibrio con mayores problemas en las relaciones padre-hijo, influencia máxima de los compañeros y punto máximo de los problemas de la conducta y la depresión. Es aquí donde se puede observar una problemática, ya que los adolescentes presentan un enfrentamiento con el medio adulto, puesto que tienden a cuestionar, discutir y rebasar los límites de la autoridad, tanto jurídicamente como en los distintos medios, principalmente en el hogar con los padres y en la escuela con los profesores.

Se reconoce la existencia de ciertas conductas y/o comportamientos de riesgo para el menor, y es que debe saberse que éstas pueden influir de manera positiva o negativamente en todo el proceso de desarrollo de los adolescentes, y llevarlos a ciertas situaciones de vulnerabilidad. Es por esto que las conductas antisociales son una realidad actual, que cada vez se hace más presente y que supone una preocupación mayor para la sociedad, puesto que de no ser atendidas en tiempo y forma, llegan a ser el precedente de los actos ilícitos. Por tanto se hace necesaria una investigación que determine los factores externos principales y más concurrentes que influyen en estas conductas antisociales, las cuales alejan al menor de tener una mejor calidad de vida y un bienestar social en sus diferentes contextos, y que en determinados momentos puedan

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