ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Medicina Del Trabajo


Enviado por   •  15 de Octubre de 2013  •  7.302 Palabras (30 Páginas)  •  244 Visitas

Página 1 de 30

HISTORIA DE LA MEDICINA

Orígenes de la medicina

Para hablar de los orígenes de la medicina, es preciso hacerlo antes de los rastros dejados por la enfermedad en los restos humanos más antiguos conocidos y, en la medida en que eso es posible, de las huellas que la actividad médica haya podido dejar en ellos.

Mark Armand Ruffer (1859-1917), médico y arqueólogo británico, definió la como paleo patología la ciencia de las enfermedades que pueden ser demostradas en restos humanos de gran antigüedad.

En cuanto a los primeros tratamientos médicos de los que se tiene constancia hay que hacer mención a la práctica de la trepanación (perforación de los huesos de la cabeza para acceder al encéfalo). Existen hallazgos arqueológicos de cráneos con signos evidentes de trepanación datados en torno al año 3000 a. C en los que se postula la supervivencia del paciente tras la intervención.

En general, las sociedades nómadas, recolectoras y cazadoras, no poseen la figura especializada del sanador y cualquier miembro del grupo puede ejercer esta función, de manera principalmente empírica.

En cambio, las sociedades asentadas, que han abandonado patrones trashumantes y comienzan a aprovechar y modificar el entorno en su provecho, tienden a especializar a un miembro del grupo en funciones de brujo, chaman o sanador, con frecuencia revestido de algún poder o influencia divina.

Estos sanadores suelen ocupar una posición social privilegiada y en muchos casos se sub- especializan para tratar diferentes enfermedades, como se evidenció entre los aztecas, entre los que podía encontrarse el médico chaman (ticitl) más versado en procedimientos mágicos, el teomiquetzan, experto sobre todo en heridas y traumatismos producidos en combate, o la tlamatlquiticitl, comadrona encargada del seguimiento de los embarazos.

Por otra parte, las sociedades primitivas suelen considerar al enfermo como un «impuro», especialmente ante procesos patológicos incomprensibles, acudiendo a la explicación divina, como causa de los mismos.

El enfermo lo es porque ha transgredido algún tabú que ha irritado a alguna deidad, sufriendo por ello el «castigo» correspondiente, en forma de enfermedad.

La evolución de la medicina en estas sociedades arcaicas encuentra su máxima expresión en las primeras civilizaciones humanas: Mesopotamia, Egipto, América precolombina, India y China. En ellas se expresaba esa doble vertiente, empírica y mágica, característica de la medicina primitiva.

Mesopotamia

El principal testimonio de la forma de vida de las civilizaciones mesopotámicas se encuentra en el códigp de Hammubari, una recopilación de leyes y normas administrativas recogidas por el rey babilónico Hammubari, tallado en un bloque de diorita de unos 2,50 m de altura por 1,90 m de base y colocado en el templo de Sippar. En él se determinan a lo largo de trece artículos, las responsabilidades en que incurren los médicos en el ejercicio de su profesión, así como los castigos dispuestos en caso de mala praxis.

De todas esas tablillas unas 800 están específicamente dedicadas a la medicina, y entre ellas se cuenta la descripción de la primera receta conocida. Lo más llamativo es la intrincada organización social en torno a tabúes y obligaciones religiosas y morales, que determinaban el destino del individuo. Primaba una concepción sobrenatural de la enfermedad: esta era un castigo divino impuesto por diferentes demonios tras la ruptura de algún tabú.

De este modo, lo primero que debía hacer el médico era identificar cuál de los aproximadamente 6000 posibles demonios era el causante del problema.

Para ello empleaban técnicas adivinatorias basadas en el estudio del vuelo de las aves, de la posición de los astros o del hígado de algunos animales. A la enfermedad se la denominaba shêrtu. Pero esta palabra asiria significaba, también, pecado, impureza moral, ira divina y castigo.

Cualquier dios podía provocar la enfermedad mediante la intervención directa, el abandono del hombre a su suerte, o a través de encantamientos realizados por hechiceros.

Durante la curación todos estos dioses podían ser invocados y requeridos a través de oraciones y sacrificios para que retirasen su nociva influencia y permitiesen la curación del hombre enfermo. De entre todo el panteón de dioses Ninazu era conocido como «el señor de la medicina» por su especial relación con la salud.

El nombre genérico para el médico era asû, pero pueden encontrarse algunas variantes como el bârû, o adivinador encargado del interrogatorio ritual; el âshipu, especializado en exorcismos; o el gallubu, cirujano-barbero de casta inferior que anticipa la figura del barbero medieval europeo, y que encuentra homólogo en otras culturas.

En el Museo de Louvre puede contemplarse un sello babilónico de alabastro de más de cuatro mil años de antigüedad con una leyenda en la que se menciona el primer nombre conocido de un médico: ¡Oh, Edinmungi, servidor del dios Girra, protector de las parturientas, Ur-Lugal-edin-na, el médico, es tu servidor! Este sello, empleado para firmar documentos y recetas, representa dos cuchillos rodeados de plantas medicinales. .

La invasión Persa del año 539 a. C. marcó el final del imperio babilónico, pero hay que retroceder de nuevo unos tres mil años para hacer mención a la otra gran civilización del Próximo Oriente antiguo poseedora de un lenguaje escrito y de una cultura médica notablemente avanzada: la egipcia.

Antiguo Egipto

Durante los tres mil años largos de historia del Antiguo Egipto se desarrolló una larga, variada y fructífera tradición médica.

HERÓDOTO llegó a llamar a los egipcios el pueblo de los sanísimos, debido al notable sistema sanitario público que poseía, y a la existencia de «un médico para cada enfermedad» (primera referencia a la especialización en campos médicos.

En la Odisea de Homero se dice de Egipto que es un país «cuya fértil tierra produce muchísimos fármacos» y donde «cada hombre es un médico». La medicina egipcia mantiene en buena medida una concepción mágica de la enfermedad, pero comienza a desarrollar un interés práctico por campos como la anatomia, la salud publica o el diagnóstico clínico que suponen un avance importante en la forma de comprender el modo de enfermar.

El clima de Egipto ha favorecido la conservación de numerosos papiros con referencias médicas redactados con escritura jeroglífica (del griego hierós: ‘sagrado’, y glypho: ‘grabar’) o hierática:

Los papiros de Ramesseum (1900 a. C.),

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (47.7 Kb)  
Leer 29 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com