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Mitos Y Realidades De Las Hienas


Enviado por   •  7 de Marzo de 2014  •  3.937 Palabras (16 Páginas)  •  478 Visitas

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Adaptación y desarrollo

11. Mitos y realidades de las hienas

Admito libremente que la hiena manchada, la que se ríe, no es el animal más hermoso que imaginarse pueda.

Aun así, difícilmente podría ser merecedora de la lamentable reputación que le fue impuesta por parte de

nuestros ilustres antecesores. Existen tres mitos acerca de las hienas que fueron los que inspiraron los

comentarios, llenos de repugnancia, de los textos primitivos.

En primer lugar, las hienas eran consideradas animales carroñeros. En su Historia natural, Plinio el Viejo

(23-79 d.C.) se refería a ellas diciendo que eran el único animal que excavaba las tumbas en busca de

cadáveres (ab uno animali sepulchra erui inquisitione corporum). Conrad Gesner, el gran catalogador de la

historia natural del siglo XVI, contaba que se atiborran glotonamente al encontrar un cadáver, que sus panzas

se hinchan quedando tensas como un tambor. Después buscan algún lugar estrecho entre dos árboles o dos

piedras, y se estrujan para atravesarlo, expulsándose los restos de sus comidas simultáneamente por ambos

extremos.

Hans Kruuk, que pasó años estudiando las hienas manchadas en su hábitat natural (las llanuras del África

oriental), ha trabajado mucho por anular estos antiguos mitos (véase su libro The Spotted Hyena, University

of Chicago Press, 1972). Nos informa de que las hienas comen carroña cuando tienen oportunidad de hacerlo.

(La mayor parte de los carnívoros, incluyendo al noble león, se atiborrarán encantados de la carne muerta

gracias al esfuerzo de algún otro carnívoro.) Pero las hienas manchadas viven en clanes de caza compuestos

por hasta ochenta animales. Cada clan controla un territorio y mata la mayor parte de sus alimentos

(fundamentalmente cebras y ñúes) en persecuciones comunales nocturnas.

Como segundo insulto, las hienas eran generalmente consideradas como híbridos. Sir Walter Raleigh las

excluyó del Arca de Noé dado que creía que Dios sólo había salvado purasangres. Las hienas fueron

reconstituidas tras el Diluvio por la unión antinatural de un perro y un gato. De hecho, las tres especies

actuales de hienas forman una familia propia en el seno del orden Carnívoros. Sus parientes más próximos

son los mustélidos (las comadrejas y sus afines).

10. Similitud entre los genitales del macho y de la hembra en la hiena manchada. Hilera superior,

aspectos del pene del macho. Hilera inferior, aspectos similares del clítoris de la hembra (de Harrison

Matthews, 1939).

Como borrón final, y falso, en su cartilla, y con la mayor de las injusticias, muchos escritores antiguos

afirmaban que las hienas eran hermafroditas, siendo portadoras de órganos tanto masculinos como femeninos.

Los bestiarios medievales, en su continuo intento de extraer deducciones morales de la depravación de las

bestias, se concentraron en esta supuesta ambivalencia sexual. Un documento del siglo XII, traducido por T.

H. White, declaraba:

podría parecer que este artículo representa otro borrón en la reputación de la rueda (aunque no sea así).

Deseo plantear otra cuestión que parece ponerle límites a la rueda. Buena parte de la tecnología humana

surgió recreando el buen diseño de los organismos. Si el arte es el reflejo de la naturaleza y si las ruedas son

un invento de tanto éxito, ¿por qué los animales andan, saltan, vuelan, se arrastran, nadan y nunca ruedan (al

menos no sobre ruedas)? Bastante malo es que las ruedas, como artefacto humano, no sean siempre

superiores al trabajo de la naturaleza. ¿Por qué ésta, tan variopinta en sus actividades, ha pasado también por

alto la rueda? ¿Acaso es la rueda un mecanismo poco eficaz para desplazarse, después de todo?

En este caso, las limitaciones están en los animales, no en la eficacia de la rueda. Una vulgarización de la

evolución, que aparece en multitud de narraciones populares, presenta a la selección natural como un

principio perfeccionador, tan preciso en su funcionamiento, tan libre de trabas en su actuación, que los

animales acaban encarnando un juego de planos de ingeniería para una forma óptima (véase el ensayo 11). En

lugar de sustituir el antiguo «razonamiento a partir del diseño» (la idea de que puede demostrarse la

existencia de Dios a través de la armonía de la naturaleza y la sabia construcción de los organismos), la

selección natural pasa a ocupar el antiguo papel de Dios como principio perfeccionador.

Pero la prueba de que ha sido la evolución, y no el fiat de un agente racional, la que ha construido los

organismos yace en las imperfecciones que registran una historia de descendencia y refutan la creación a

partir de la nada. Los animales no pueden desarrollar multitud de formas ventajosas porque los esquemas

estructurales heredados se lo impiden. Las ruedas no presentan defectos como modo de transporte; estoy

convencido de que a muchos animales les iría mucho mejor con ellas. (La única criatura lo suficientemente

inteligente como

...

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