Modelo Conductista De Ayer A Hoy

Modelo conductista: entre ayer y el hoy

Para hablar del modelo conductista se hace necesario destacar que unos de los aspectos más importantes que dicho modelo aporta a la educación es, sin duda, la relevancia que ofrece al estudio del aprendizaje y la aplicación de las metodologías de enseñanza.

El conductismo se fundamenta en las reacciones que los humanos tienen frente a los diferentes estímulos que se les presentan, teniendo en cuenta la influencia del ambiente en la se encuentra el estudiante.

Al analizar el modelo conductista, de hecho queremos destacar algunos propósitos que nos van a permitir establecer, aunque de una manera somera, la pertinencia de dicho modelo, esto con el fin de hacer un análisis comparativo de la razón de ser del modelo susodicho, partiendo del pasado y su aplicabilidad en el presente, reforzado ello por aportes de diversos investigadores que se han encargado del estudio del tema.

La importancia de este trabajo radica en ver la evolución o cambios que ha sufrido el modelo que, como sistema, excluye de su metodología todos los procesos de la consciencia al considerar la conducta como único objeto de la Psicología. Así lo preconiza B. F. Skinner, psicólogo norteamericano quien formuló un sistema conceptual basado en sus análisis experimentales del comportamiento, a fin de explicar los fenómenos psicológicos que se dan tanto en el hombre como en los animales. A Skinner se le reputa como el padre del conductismo.

Anteriormente (el ayer) el modelo conductista obedecía a un tipo de educación para la formación de un hombre determinado, en el cual prevalecía la Psicología, dado que esta ciencia estudia el comportamiento humano. El hombre era formado por objetivos y necesidades de la sociedad capitalista. Dicho de otra forma, el hombre así educado era un instrumento del sistema económico en el que los medios de producción y distribución de los bienes de consumo son poseídos y controlados por la empresa privada. Ello no deja de ser una especie de alienación o cosificación del hombre.

Para los conductistas el aprendizaje es la obtención de nuevas conductas o comportamientos. Este proceso se halla representado por un reflejo condicionado, esto es, por la relación asociada que existe entre la respuesta y un estímulo que la provoca.

El postulado principal del modelo conductista es que el ser humano está determinado por su entorno y que la única manera de entender su comportamiento es a través del estudio de sus conductas observables.

Dado que en el pasado reciente las ideologías educativas obedecían a una concepción eminentemente capitalista, sus políticas de enseñanza no podían estar divorciadas del tipo de hombre de la sociedad prevalente, “ya que las relaciones maestro – alumno; alumno – alumno; administrador-profesor; administrador-alumno, configuran una práctica social al interior de la institución altamente significativa, donde circulan intereses políticos, económicos, sexuales, sociales, ideológicos y racionales”, explica Tyler; este autor, además, agrega que “el modelo por objetivo, tiende a sistematizar, a medir, a cumplir, a manipular, a prever, a evaluar, a clasificar y a proyectar cómo se va a comportar el alumno después de la instrucción”.

Al retomar dicho modelo en la actualidad (el hoy) vemos que ya no es aplicable a la realidad social que actualmente vivimos, puesto que los avances de la ciencia y la tecnología están prefigurando un nuevo tipo de hombre y, en consecuencia, una nueva visión de la educación aplicable a las necesidades de los seres humanos.

El hombre como tal no actúa bajo un condicionamiento sino que es un ser que se educa para satisfacer sus propias exigencias y no las que la sociedad le imponga.

Claramente, para muchos, la insuficiencia de este modelo se halla en su inflexibilidad y en el hecho de excluir la comprensión

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