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PRUEBAS DIAGNOSTICAS PARA VIRUS DE INMUDIFICENCIA HUMANA (HIV) EN BANCO DE SANGRE

Eri ElizabethApuntes21 de Enero de 2017

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PRUEBAS DIAGNOSTICAS PARA VIRUS DE INMUDIFICENCIA HUMANA (HIV) EN BANCO DE SANGRE

Elaborado por:

ERIKA ELIZABETH YUNGA YUNGA

Presentado a:

DR. MARCELO CHIRIBOGA

CARRERA DE LABORATORIO CLINICO E HISTOTECNOLOGICO

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

2016

INTRODUCCIÓN  

     El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), perteneciente a la familia Retroviridae, es causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), cuyo periodo de incubación es prolongado, generando la enfermedad después de varios años después de su contagio.

     El VIH puede transmitirse por las relaciones sexuales vaginales, anales u orales con una persona infectada; a través de la sangre y los hemoderivados en individuos que comparten agujas y jeringas contaminadas para inyectarse drogas y en quienes reciben transfusiones de sangre o derivados igualmente contaminados. Asimismo, puede transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia.

     Existen dos tipos del VIH, VIH-1 y VIH-2. El primero de ellos es el causante de la mayoría de infecciones por VIH en el mundo pues este es más virulento e infeccioso que el VIH-2. El VIH-2 es menos contagioso y por ello se encuentra casi exclusivamente en los países de África occidental.

     Para el diagnóstico definitivo de la infección por el VIH en hemocomponentes en Bancos de Sangre, únicamente se puede establecerse por métodos de laboratorio, es decir por pruebas serológicas tanto por el método directo que detectan al propio virus o alguno de sus componentes, como proteínas o ácidos nucleicos, o por el método indirecto reconocen los anticuerpos específicos producidos por el sistema inmunitario como respuesta a la infección vírica del HIV.

CONTENIDO

La producción de anticuerpos contra el VIH ocurre después de un período inicial de intensa replicación viral, con altos niveles de ARN y antígeno P24; se asume que, como en todas las infecciones virales, primero aparece la inmunoglobulina M y, luego, la G. Las pruebas para detección de anticuerpos contra el VIH se dividen en: pruebas de tamizaje o presuntivas, las cuales poseen una alta sensibilidad y buena especificidad, y las pruebas confirmatorias, cuya característica es la alta especificidad.

Las pruebas para la detección de anticuerpos pueden clasificarse de la siguiente manera, según su generación: pruebas de primera generación, que usan lisados virales como antígeno y que se acompañan de alta frecuencia de falsos positivos; pruebas de segunda generación, que usan proteínas recombinantes del VIH, péptidos sintéticos o ambos como antígenos; pruebas de tercera generación, que usan péptido/proteína recombinantes; y pruebas de cuarta generación, que se basan en la detección simultánea de anticuerpos y complejos inmunes antígeno P24/anticuerpo y tienen una alta sensibilidad y especificidad.

En los bancos de sangre, el uso de pruebas de laboratorio de tercera y cuarta generación para VIH, han ayudado a detectan anticuerpos tipo IgG e IgM; las de cuarta además detectan la proteína p-24 del VIH que aparece antes que los anticuerpos tipo IgM.

El algoritmo disponible para las pruebas de hasta tercera generación, se puede detectar hasta el 60% de las infecciones por VIH-1 y 2 en las muestras de sangre utilizadas en banco de sangre para el tamizaje respectivo, mientras que la prueba de cuarta generación puede detectar un porcentaje importante de 95% de infecciones tempranas, con anticuerpos negativos y solamente p-24/VIH positivo. (Jaramillo, 2012)

Los métodos establecidos para la detección de anticuerpos específicos para HIV en banco de sangre son las pruebas de screening y las pruebas por métodos directos diseñadas con un máximo de sensibilidad para detectar todas las muestras positivas, pues permiten asegurar la positividad ya que este  ensayo realizado de forma secuencial obtiene resultados excelentes en cuanto a exactitud y reproducibilidad y tienen más del 99% y 95% de sensibilidad y especificidad, siendo de gran ayuda en los bancos de sangre. (Castillo, 2010)

PRUEBAS DE SCREENING 

Entre las pruebas de screening más utilizadas tenemos las técnicas inmunoenzimáticas (EIA) que son las más empleadas en banco de sangre debido a que su técnica es relativamente simple, con una alta sensibilidad, nivel de automatización y diseño para realizar un gran número de tests de forma simultánea. Anteriormente estas técnicas se basaron en la utilización de lisados víricos (ensayos de primera generación), que permitieron establecer el alcance de la epidemia de SIDA en los primeros años y establecer las primeras medidas preventivas en Bancos de Sangre. Posteriormente fueron sustituidas por EIA que utilizaban antígenos más específicos obtenidos por recombinación genética o mediante síntesis (ensayos de segunda generación) utilizando EIA indirectos o competitivos, dichas técnicas tenían una mejor especificidad, pero planteaban problemas de sensibilidad en el diagnóstico de la infección aguda, debido a que detectaban la seroconversión de seis a doce semanas después de producirse la infección. Con la tecnología en auge permitieron resolver estos problemas con la implementación de pruebas de tercera y cuarta generación en las que permitieron detectan en una misma prueba anticuerpos de distinta clase (IgG, IgM o IgA) mediante un diseño de tipo sándwich, utilizando como antígenos proteínas recombinantes o péptidos sintéticos específicos del VIH-1. De este modo se consigue reducir el periodo ventana a tres semanas.  (MSMGF, 2010)

Estas últimas pruebas utilizadas permitieron reducir en una semana el periodo ventana, estableciéndolo en dos semanas desde el inicio de la infección. Aunque estos ensayos tienen una excelente sensibilidad para la detección de casos. De cualquier modo, en la comparación con EIA de tercera generación en paneles de seroconversión demuestra una sensibilidad del 100% y una especificidad del 99,7-100%. (Rodriguez, 2011)

Las pruebas de cuarta generación, para detección simultánea de anticuerpos de HIV, también se han desarrollado nuevos métodos automatizados para detección, que aumentaron hasta 10 veces la sensibilidad con relación a los ELISAs de tercera generación. Estos nuevos métodos incluyen a la quimioluminiscencia (QS) y a la electroquimioluminiscencia (ELQ), con sus respectivos lectores. (Rodriguez, 2011)

Figura 1 Evolución de las pruebas de diagnóstico para HIV

[pic 1]

Por otra parte, los problemas que no se habían resuelto para la confirmación de ELISAs aún de tercera generación, siguen vigentes.

[pic 2]

El cribaje de donantes para estas pruebas de cuarta y tercera generación se determina en esta figura a continuación

[pic 3]

MÉTODOS DIRECTOS

 Están basados en la detección del virus o alguno de sus componentes. Incluyen Técnicas moleculares, Aunque el diagnóstico de la infección por el VIH debe establecerse mediante la detección de anticuerpos específicos del virus, puede ser conveniente la utilización de técnicas moleculares basadas en el reconocimiento de fragmentos del genoma del virus. Estas situaciones especiales se producen en casos de hipogammaglobulinemia, infección perinatal, infección silente o infección por variantes del virus que pueden escapar a la detección con las técnicas habituales serológicas, como son el VIH-2 y el subtipo O del VIH-1. (Castillo, 2010)

La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es el método de elección para el diagnóstico molecular de la infección por el VIH. Puede aplicarse directamente a la detección de ADN provírico a partir de células del paciente, o bien mediante una reacción de retrotranscripción previa (RT-PCR), realizada habitualmente en plasma, cuando la diana que se pretende localizar son las partículas de ARN vírico. Su utilización es imprescindible para el diagnóstico de VIH en los niños recién nacidos de madres seropositivas y en los pacientes con patrones serológicos atípicos.1 La conveniencia de utilizar técnicas moleculares en el screening de donantes es discutida, aunque es indudable que reduce aún más el periodo ventana previo a la seroconversión, de forma que podría diagnosticarse a un paciente infectado tan solo una semana después de su contacto con el virus. Con una aplicación diagnóstica enfocada a bancos de sangre se ha desarrollado recientemente un método basado en amplificación mediada por transcripción (TMA) que detecta de forma simultánea desde 100 copias/ml de VIH-1 y virus de la hepatitis C, con una sensibilidad y especificidad >99,5%.1

Para obtener los resultados más fiables y reproducibles las muestras de sangre deben ser recogidas preferentemente en tubos con EDTA mejor que en citrato y no deben utilizarse tubos con heparina, que es un potente inhibidor de la PCR.1 La separación del plasma debe realizarse antes de 6 horas, si bien pueden utilizarse tubos separadores de plasma (CPT, PPT) que, una vez centrifugados, mantienen estable el ARN vírico al menos 30 horas a 4ºC. 2

La cuantificación de la viremia plasmática, más conocida como carga viral, es una prueba esencial aplicada al seguimiento de los pacientes más que al diagnóstico de los mismos, ya que al medir el nivel de replicación del virus permite evaluar la eficacia del tratamiento antirretroviral, constituyendo un marcador predictivo de la infección de inestimable ayuda. Existen diversas técnicas con rendimiento similares, pero fundamentos diversos, de modo que encontramos técnicas de amplificación de secuencia, como la anteriormente referida PCR y el NASBA, y técnicas de amplificación de señal (bDNA). El nivel inferior de detección es de 50 copias utilizando procedimientos ultrasensibles. 2

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