Pepino de Mar Diversidad en relación con la biogeografía

Diversidad en relación con la biogeografía

Los cohombros de mar se encuentran en todos los medio marino, desde las aguas inter-mareales y poco profundas hasta fondos abisales. Encontrando la mayor diversidad de especies en el océano Índico y en la zona occidental del océano Pacífico (cita)

T.  ananas   se encuentra distribuida en toda la región del océano Indo-Pacifico, con excepción de Hawái, vive cerca a la costa a profundidades entre 5 y 30 m, sobre los fondos duros, machas de escombros y laderas de los arrecifes de coral (cita)

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Abarcando distintas zonas tales como  Madagascar, encontrándose  en la costa oeste del sur de Toliara a Nosy-be (Rasolofonirina.  2010).  Con presencia en Sudáfrica,  en el norte de la India, sureste de Australia, al norte de Japón y China, y el sureste de Palau, Guam, Tonga, Tuvalu y las Islas Cook.  Esta especie se puede encontrar en el Pacífico centro-occidental (Kinch et al. 2008) y en el Océano Índico y África, se halla en las Comoras, Mayotte (incluyendo Géiser Banks), Kenia y Seychelles. Es muy raro en la isla de Reunión (Conand 2008).

Diversidad en relación con la biogeografía.

Este phylum ha sido capaz de colonizar una gran cantidad de hábitats marinos como la zona intermareal, fondos lodosos, aguas profundas, arrecifes rocosos y de coral, entre otros (Ruppert & Barnes 1996).  Tal

diversidad se debe a las distintas adaptaciones que les han permitido establecerse como elementos indispensables para la fauna marina.

Se ha podido documentar que en arrecifes coralinos, los equinodermos alcanzan larga diversidad y biomasa (Jangoux, Lawrence 1989). Además de funcionar como consumidores primarios secundario e incluso depredadores en este ecosistema, tienen enorme relevancia ecológica, y están muy ligados a procesos de bioerosión, reclutamiento coralino y transferencia de energía en los ecosistemas arrecifales.

La distribución en el sustrato depende de muchos factores, entre ellos están:  la profundidad, (Pawson et al. 1999);  temperatura (Pérez, 1984), variando las abundancias entre zonas tropicales, templadas y polares;  salinidad (Hyman, 1955), encontrando holoturias en desembocaduras de ríos y zonas intermareales con cambios radicales de salinidad; luz (Pérez, 1984), ya que la mayoría de holoturoideos tienen fototropismo negativo, esto es que permanecen ocultos o semi-ocultos en grietas o cuevas durante el día y poseen una marcada actividad nocturna; rugosidad y complejidad del sustrato (Rooker et al. 1997), en principio, zonas rocosas con mayor rugosidad del sustrato albergan abundancias mayores de organismos; y alimento (Pérez 1984), zonas con mayor disponibilidad de materia orgánica presentan mayores densidades que otras con baja disponibilidad (Sibuet 1984).

La distribución espacial de las holoturias no es constante durante el año, manifestando diferencias en las abundancias entre estaciones, meses o incluso días (Zhou, 1996).  Algunos de estos cambios pueden ser producto de estrategias reproductivas, cambios en la disponibilidad de alimento, condiciones ambientales o al propio ciclo vital de la especie (Conand 1993).

En los medios marinos, por lo general, los cambios son acusados en el eje vertical que en el horizontal, ya que los diversos factores abióticos como temperatura, la luz, la presión, la densidad y el contenido en oxigeno o nutrientes entre otros varían con la profundidad. En el dominio bentónico, las variaciones del eje vertical pueden ir acompañada por una gran heterogeneidad en el plano horizontal, originadas por cambios en la topografía y naturaleza del sustrato, por variaciones locales de los factores abióticos, o incluso por los factores bióticos debido a la actividad de los organismos.  Esta heterogeneidad tanto vertical como horizontal determina una mayor biodiversidad en las comunidades bentónicas frente a la que presenta el dominio pelágico. Se estimas que las especies bentónicas presentan alta diversidad, pero también presentan una gran dependencia con respecto al plancton, y que es muy deficitario en producción primaria (Conand 1993).

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