Placenta Y Malformaciones Congenitas
kim151530 de Abril de 2013
4.391 Palabras (18 Páginas)756 Visitas
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA “LUIS RAZETTI”
CATEDRA DE HISTOLOGÍA
Profesora: Astrid Mon
Alumnos: Burbano Kimberly
Valdivieso Ronny
PLACENTA Y MALFORMACIONES GENÉTICAS
Para sobrevivir y crecer durante la vida intrauterina el embrión ha de mantener una relación en esencia parasitaria con el cuerpo de la madre, para adquirir el oxígeno y los nutrientes, y eliminar los desechos. También tiene que evitar que el sistema inmunológico de su receptora lo rechace como un cuerpo extraño. La placenta y las membranas extraembrionarias que rodean al embrión y sirven como interfase entre el embrión y la madre cumplen estos exigentes requisitos.
Ya desde las primeras semanas del desarrollo embrionario se empiezan a formar el corion frondoso y la decidua basal que en conjunto forman la placenta.
Vellosidades del corion. Dr. Azañero Carlos, trabajo de la placenta
La placenta posee dos componentes: una porción fetal que se desarrolla del corion y una porción materna formada por el endometrio, que en la mujer embarazada se denomina decidua.
El término decidua se aplica a la capa funcional del endometrio de una mujer embarazada e indica que se desprende durante el parto. La presencia de las células deciduales constituyen el rasgo característico de la decidua.
Ellas son células del estroma endometrial que contienen grandes cantidades de glucógeno y lípidos, por tanto, a la observación microscópica se ven grandes y pálidas. Se sugiere que ellas podrían:
(a) proporcionar nutrición al embrión y
(b) proteger al tejido materno contra la invasión descontrolada del sincitiotrofoblasto.
Se identifican tres regiones de la decidua según su relación con el sitio en que se implanta el embrión.
1. La parte ubicada por debajo del embrión, y que forma el componente materno de la placenta, es la decidua basal.
2. La porción superficial que envuelve al embrión es la decidua capsular (llamada también refleja).
3. Todo el resto de la mucosa uterina es la decidua parietal (llamada también vera).
Conforme crece el embrión, la decidua capsular hace protrusión hacia la cavidad uterina y llega a fusionarse con la decidua parietal. Hacia la 22ª semana, la decidua capsular degenera debido a una reducción en la irrigación sanguínea y desaparece como capa aislada.
Desarrollo y estructura de la placenta
La unidad estructural básica de la placenta es la vellosidad coriónica. El desarrollo de un centro de citotrofoblasto dentro del sincitiotrofoblasto resulta en la formación de una vellosidad coriónica primaria la cual está presente en la superficie de todo el saco coriónico. Conforme crece el saco, las vellosidades coriónicas relacionadas con la decidua capsular se comprimen y su abastecimiento sanguíneo se reduce; posteriormente, estas vellosidades coriónica empiezan a degenerar produciendo una zona escasa de vellosidades, relativamente lisa, razón por la cual se la conoce como corion liso (corion leve). Al mismo tiempo, las vellosidades coriónicas relacionadas con la decidua basal aumentan en número, se ramifican profusamente y crecen en tamaño. Esta zona se conoce como corion frondoso. A medida que las vellosidades coriónicas primarias se desarrollan adquieren un núcleo de tejido mesenquimático, denominándose ahora, vellosidades coriónicas secundarias, que comienzan a aparecer alrededor del día 15° de gestación. Posteriormente, cerca del día 21° de gestación, se originan vasos sanguíneos en el tejido mesenquimático, denominándose ahora: vellosidades coriónicas terciarias Los espacios comprendidos entre las vellosidades coriónicas reciben el nombre de espacios intervellosos (lagunas trofoblásticas). Estos espacios llenos de sangre derivan de las lagunas que se desarrollan en el sincitiotrofoblasto, al comenzar la 2a semana.
Durante la subsiguiente erosión por el trofoblasto, estos espacios aumentan de volumen a expensas de la decidua basal.
Los espacios se interconectan a través de los sacos intervellosos. Todos los espacios limitan por el lado fetal con la placa coriónica y por el lado materno con la decidua basal.
El componente FETAL de la placenta está formado por el corion frondoso, el cual está conformado por:
a) la pared del corion, a menudo llamada placa coriónica, y
b) las vellosidades coriónicas que de él se originan y proyectan en los espacios intervellosos.
El componente MATERNO de la placenta lo forma la decidua basal.
Conforme las vellosidades coriónicas producen erosión en la decidua basal, dejan varias zonas cuneiformes de tejido decidual llamadas tabiques deciduales (septos placentarios).
Estos septos o tabiques poseen en su centro tejido endometrial y están cubiertos por células trofoblásticas (cito y sincitiotrofoblasto). Los tabiques deciduales dividen la parte fetal de la placenta en áreas irregulares convexas denominadas cotiledones, visibles sólo después del alumbramiento, por la superficie decidual de la placenta. Es común encontrarse con 15 a 20 cotiledones, revestidos por una capa delgada de decidua basal y de trofoblasto. Los surcos que separan los cotiledones corresponden a los tabiques deciduales.
La superficie fetal de la placenta no presenta cotiledones, sin embargo, en ella son visibles vasos sanguíneos de diferentes calibres denominados vasos coriónicos, que convergen hacia el cordón umbilical El saco amniótico crece algo más rápido que el saco coriónico y sus paredes pronto se fusionan para formar la membrana amniocoriónica.
Esta membrana se fusiona posteriormente con la decidua capsular y luego, al desaparecer ésta, aquella se fusiona con la decidua parietal. Con frecuencia la membrana amniocoriónica protruye en el canal cervical, colaborando en la dilatación del cuello del útero y es esta membrana la que se rompe durante el parto, permitiendo el escape del líquido amniótico. Una ruptura prematura de la membrana amniocoriónica puede conducir a un parto prematuro.
Todo el corion frondoso (porción fetal de la placenta) está unido a la decidua basal (porción materna de la placenta) mediante una cubierta o envoltura citotrofoblástica. Además, algunas vellosidades coriónicas llegan a unirse firmemente a la decidua basal, a través de unas uniones llamadas vellosidades de anclaje ó fija.
Circulación placentaria
La placenta proporciona una gran superficie en la que se intercambian materiales a través de la membrana placentaria (de origen fetal), interpuesta entre las circulaciones fetal y materna.
Circulación placentaria fetal: La sangre desoxigenada sale del feto por las arterias umbilicales hacia la placenta. Al llegar a la placa coriónica, las arterias se dividen varias veces en una disposición radial, antes de penetrar en las vellosidades. Los vasos sanguíneos forman un extenso sistema arterio-capilarvenoso dentro de las vellosidades, lo cual acerca la sangre fetal con la materna, permitiendo unintercambio de productos metabólicos y gaseosos. Normalmente NO hay mezcla de sangre fetal y materna, sin embargo, en ocasiones, pequeñas cantidades de sangre fetal pueden entrar a la circulación materna, atravesando pequeñas hendiduras en la membrana placentaria, esto explica la eritroblastocis fetal.
La sangre fetal oxigenada continúa ahora por las venas, que confluyen en una única vena llamada vena umbilical, la cual transcurre por el cordón umbilical hacia el interior del feto, llevando sangre oxigenada.
Circulación placentaria materna: La sangre en el espacio intervelloso está temporalmente fuera del sistema circulatorio materno; entra en el espacio intervelloso a través de 80 a 100 arterias endometriales espiraladas.
El caudal que sale de estos vasos es pulsátil e impulsado en torrentes tipo chorro por la presión arterial materna y fluye hacia la lámina coriónica. La sangre corre con lentitud alrededor de las vellosidades, permitiendo el intercambio de productos con la sangre fetal. La sangre materna, por último, se dirige hacia la decidua basal en donde entra en las venas endometriales.
El espacio intervelloso de una placenta a término contiene cerca de 150 ml. de sangre, la cual es renovada 3 a 4 veces por minuto. El rango de flujo sanguíneo útero-placentario aumenta durante el embarazo, desde 50 ml. Por minuto en la 10ª semana hasta 500 a 600 ml. Por minuto antes del nacimiento. Las contracciones uterinas intermitentes, que se presentan antes del parto, disminuyen el flujo de sangre úteroplacentario, pero sin llegar a detenerlo completamente. Es así como la transferencia de oxígeno al feto disminuye durante las contracciones uterinas, pero nunca llega a detenerse completamente.
Membrana placentaria
A menudo tiende a llamársele "barrera placentaria", sin embargo, este es un término inapropiado, debido a que hay muy pocos compuestos endógenos y exógenos que son incapaces de atravesar la membrana placentaria.
La placenta actúa como una verdadera barrera cuando la molécula tiene cierto tamaño, configuración y carga.
Esta membrana está constituida por tejidos fetales que separan la sangre materna de la fetal.
Hacia la 20ª: semana, está formada por 4 capas
* el sincitiotrofoblasto
* el citotrofoblasto
* el núcleo de tejido conectivo de la vellosidad
* el endotelio del capilar fetal
A microscopía electrónica, se ven muchas microvellosidades en la superficie del sincitiotrofoblasto, lo cual permite aumentar el área de intercambio entre la sangre fetal y la materna.
Después
...