ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Plan De Seguridad Escolar

joselito17917 de Noviembre de 2013

6.537 Palabras (27 Páginas)707 Visitas

Página 1 de 27

JUSTIFICACION

(Se puede reducir la Justificación)

Año tras año, producto de los riesgos del medio, la humanidad escribe nuevas y dolorosas páginas sobre las consecuencias de los eventos adversos que provocan

emergencias y desastres.

El desarrollo tecnológico actual no ha sido suficiente para poder, al menos, mitigar las pérdidas de vidas humanas, los daños en la ecología, la infraestructura y los servicios que sufren los países a causa de los desastres. Por el contrario, parece que “se ha producido un enorme y constante aumento del número de pérdidas provocadas por catástrofes naturales...” (STOP-DISASTERS, pág. 3, 1993)

Los países de América Latina, especialmente los más pobres son con frecuencia, afectados de manera negativa, por el resultado del impacto de eventos como terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas y huracanes y por los altos índices de vulnerabilidad que sufren.

La situación de riesgo en que se encuentran numerosas comunidades, es la que explica la razón por la cual ha habido tantos muertos, millones de personas afectadas y graves pérdidas materiales en esta Región.

Un ejemplo de esta situación, es el desastre ocurrido en cuatro países de Centroamérica en el año 1998, en que la fuerza del Huracán Mitch, se asoció con la incapacidad que existía en las poblaciones para resistir y mitigar las posibles consecuencias de su impacto y así se provocó una destrucción tal, que tendrá que invertirse mucho y durante mucho tiempo, para poder recuperar y superar la situación económica y social existente antes del evento.

Los centros educativos no son la excepción entre las instituciones que se ven afectadas por eventos adversos de distinto origen. Esto los ha convertido, también, en víctimas de las amenazas del medio y de su propia vulnerabilidad. El colapso de los edificios en que funcionan dichos centros educativos, la poca preparación del personal y de los(as) alumnos(as) para evitar los riesgos y proteger sus vidas, ha ocasionado muchas muertes en las escuelas y colegios. Solamente en el terremoto de Armenia (Antigua URSS) “... más de 6.000 profesores y alumnos perdieron la vida bajo los escombros de instituciones de enseñanza”. Igualmente en Filipinas, después de tres semanas del terremoto de 1990, los daños producidos en la estructura escolar se calcularon en 56 millones de dólares...” (STOP-DISASTERS, pág. 6, 1993)

En nuestro continente, centenares de edificios donde operan centros educativos son reparados o tienen que construirse totalmente por causa de los desastres, pero, lo más lamentable de todo esto, es la pérdida de vidas de alumnos(as), del personal, padres y madres de familia. Lo ocurrido en la escuela Santa Catalina de El Salvador, no se olvida aún.

En esta institución, por el colapso de parte de su edificación, a consecuencia del terremoto de 1986, murieron varias decenas de personas de su comunidad educativa, caso similar ocurrió, en 1997, producto del terremoto en Cariaco, Venezuela y en los sismos que se 02/05 -2- produjeron, nuevamente en El Salvador, en el año 2001.

Hay amenazas, a las que están expuestas las comunidades, que perdurarán por milenios, como los volcanes o los fallamientos locales, responsables de las erupciones y los sismos respectivamente y por otra parte se mantienen los altos niveles de vulnerabilidad que parecen no bajar, significativamente, en el mediano plazo, a pesar de los esfuerzos de gobiernos y de los organismos nacionales e internacionales que tratan de disminuirla. Dadas estas condiciones, debemos reconocer, con preocupación, que tendremos riesgos por muchos años más.

Entre los factores de vulnerabilidad, posibles de modificar, está la poca organización local para enfrentar los riesgos y los desastres, el escaso conocimiento sobre el origen y las consecuencias de estos, así como la débil definición y ejecución de medidas pertinentes de prevención, mitigación del riesgo, así como de preparación para casos de emergencia.

Estas debilidades, comunes en las naciones menos desarrolladas, más el grave inconveniente de que la educación sobre los riesgos y los desastres no se considera en muchos países parte de la formación que deben recibir los estudiantes en los centros educativos, han generado, en los últimos años, reacciones dirigidas a cambiar esta situación, entre otros, las de algunos organismos que poco a poco van orientando sus esfuerzos hacia el campo educativo, como medio para promover la prevención, la mitigación y la preparación

para casos de emergencia y desastre.

Un buen ejemplo de esto es el de la ONU que incluyó, entre los objetivos de la declaración DEL DECENIO INTERNACIONAL PARA LA REDUCCION DE LOS DESASTRES NATURALES, algunas pautas tendientes a promover la educación en este delicado campo y que aún están vigentes. Así se expresa, claramente, en la meta “e” de esa declaración “Elaborar... actividades de educación y formación adaptadas al tipo de riesgo y al lugar de que se trate...” (IDNDR/DIRDR, 1992).

La educación, por su notable influencia en las personas, permite que éstas puedan

formarse para percibir, interpretar y reaccionar positivamente ante los factores que dan origen al riesgo. Además, puede promover los cambios necesarios para que las comunidades actuen de manera pro-activa y no reactiva, como sucede, con frecuencia, en que la participación comunal se da cuando el evento adverso y sus consecuencias se han consumado.

También la educación facilita la posibilidad de formar una persona capaz de enfrentar sus propios riesgos y emergencias, y de integrarse eficaz y eficientemente, a la organización comunal para apoyar el desarrollo de programas orientados a la prevención y la mitigación del riesgo, así como a la preparación para enfrentar situaciones adversas. La actividad formativa en los centros educativos, es un medio que permite la sistematización de la enseñanza y el aprendizaje sobre el riesgo y el desastre a los(as) alumnos. Su edad y disposición de tiempo para estudiar son propicios para asimilar, con mayores posibilidades de éxito, nuevas formas de percibir la realidad y también para lograr la formación de actitudes y conductas más adecuadas y efectivas frente a los peligros a que están expuestos. Esta virtual de la educación es reconocida tanto por los organismos nacionales como los internacionales, quienes han ido invirtiendo más recursos en la capacitación y la educación de las actuales y futuras generaciones. En este sentido, los programas educativos que actualmente se ejecutan, en el área de la gestión del riesgo y el desastre, están promoviendo la educación de los estudiantes a partir de la capacitación y del entrenamiento que se está dando a los docentes y a otros agentes educativos para que contribuyan en la formación de los alumnos, a partir del diseño y la ejecución de planes de seguridad en los centros educativos. El desarrollo de estos planes ha demostrado que en pocos meses es posible lograr en las alumnas y los alumnos, cambios de conducta positivos ante los riesgos existentes y ante los posibles emergencias, con base en la información, la capacitación y el entrenamiento recibidos.

PONGA EN MARCHA EL PROCESO DE SEGURIDAD ESCOLAR

A continuación se presenta una serie de gestiones, que a manera de PASOS ordenados en secuencia lógica, facilitarán el proceso de desarrollo del plan y la preparación de las actividades que responderán a cada uno de esos pasos.

MOTIVAR

a. Descripción:

Este primer aspecto o paso es clave para el éxito del PSE. Si se fracasa en esta tarea es posible que el plan no se pueda ejecutar en el centro educativo. Si el plan se acepta a medias, no se podría asegurar ningún éxito significativo en su ejecución. Este primer paso incluirá todas aquellas actividades de información, promoción y estímulo de la motivación necesarias para convencer a las autoridades educativas de la región o del circuito escolar, al director, al maestro, a los alumnos y a los padres de familia, sobre la importancia de que el centro educativo dedique esfuerzos a la reducción, de riesgos y a la preparación para casos de emergencias o desastres.

b. Objetivos:

Al cumplirse con ese paso será posible que:

• Las autoridades educativas acepten y apoyen y se involucren en la realización del PSE en los centros educativos a su cargo.

• El director del centro educativo se comprometa a asumir el PSE como parte de sus responsabilidades y como parte del plan general de trabajo del plantel.

• Los docentes y los otros miembros del personal acepten el PSE y se comprometan a participar activamente en su diseño y ejecución.

• Los alumnos se interesen por participar en una actividad educativa escolar en la que van a aprender y a obtener mayor seguridad.

• Los padres y madres de familia respalden la propuesta y se comprometan a apoyarla.

• Las autoridades comunales y especialmente las responsables de la atención de emergencias se comprometan a participar en el PSE.

c. Recomendaciones:

Para cumplir este paso será necesario que quienes promuevan el PSE en la institución realicen actividades (reuniones, entrevistas) entre otros, en las cuales expongan los riesgos a que está expuesto el centro educativo, así como la importancia de que la institución se prepare para evitar o afrontar posibles emergencias. El apoyo que se pueda lograr de las autoridades locales responsables de las emergencias (bomberos, cruz roja, policía, etc.) y

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (46 Kb)
Leer 26 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com