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Prevalencia De Factores De Riesgo Cardiovascular En Deportistas Amateurs

weres1 de Julio de 2012

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN

FACULTAD DE MEDICINA

Pasantía Rural de Fernández – Santiago del Estero

Protocolo de Investigación

“Frecuencia de Factores de Riesgo cardiovascular en deportistas amateur de la ciudad de Fernández”

ANDRES WERENITZKY

Abril-Octubre 2012

INTRODUCCIÓN

En nuestra sociedad, cada vez son más las personas que incluyen entre sus aficiones la práctica de actividades deportivas de media y alta intensidad. En los últimos años hemos asistido a lo que, al menos aparentemente, ha sido la irrupción de numerosos fallecimientos asociados a causas cardíacas entre deportistas profesionales y amateurs o aficionados, que practicaban especialidades deportivas de cierta exigencia física en el momento de su muerte, lo cual nos ha llevado a un estado de alarma sobre el riesgo de la práctica deportiva. actividad deportiva no profesional o aficionada expone a los participantes a exigencias físicas que pueden desencadenar episodios de falla cardiovascular y otras lesiones, dada la ausencia de un control médico previo al inicio de las mismas. Es frecuente observar en los grupos participantes de torneos en áreas denominadas “amateur”, eventos que pueden conducir al óbito o dejar secuelas físicas que deterioran la calidad de vida del individuo en estudio. (1)

Por encima de los 35 años las personas que practican deportes competitivos pueden sucumbir por complicaciones de enfermedad coronaria, frecuentemente causada por la ateroesclerosis u otras. La isquemia miocárdica y el infarto de miocardio son los responsables de la mayoría de las muertes súbitas en personas de esta edad (80%) y constituye el hallazgo mas frecuente. Las enfermedades cardiovasculares (ECV) se encuentran en los primeros lugares como causa de muerte a nivel mundial en adultos y primera causa de años de vida potencialmente perdidos tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo. Argentina no está exenta. Según el estudio de la OMS, los trastornos cardiovasculares van primeros, siendo responsables del 42% de las muertes. El número de personas expuestas crece año a año y si no se toman medidas para mejorar la salud cardiovascular y continúa la tendencia actual se estima que para el año 2020 se perderá, un 25% mas de años de vida sana debido a estas afecciones, lo que la convierte en uno de los principales problemas de salud pública. (2)

Según datos suministrados por el Ministerio de Salud del año 2010, en Argentina, se produjeron 97.107 defunciones por afecciones cardiovasculares en ambos sexos, correspondiendo 25.916 de ellas a causas prevenibles o modificables. Siendo el grupo etario de 35-70 años de edad el más afectado. Gracias a estudios epidemiológicos y ensayos clínicos, el conocimiento de su fisiopatología y de los factores de riesgo que los producen, los eventos cardiovasculares se han convertido en una enfermedad potencialmente curable y evitable (3,4).

El factor de riesgo cardiovascular es una característica o atributo del individuo sano cuya presencia se asocia a una probabilidad mayor de desarrollar una enfermedad de esta índole en un futuro más o menos lejano. En la actualidad, se conocen más de 206 de ellos, pero solo unos pocos resultan útiles para la prevención cardiovascular. Debido al aumento de la prevalencia de estos factores de riesgo se espera que en el futuro, el problema sea más grave (5, 6).

La mayoría de las enfermedades cardiovasculares se relacionan con factores modificables del estilo de vida. La evidencia científica ha demostrado en forma inequívoca, que la modificación de estos factores reduce ampliamente la mortalidad y morbilidad en todas las etapas de la vida, especialmente en aquellas personas que sabiéndolo o no, padecen enfermedad cardiovascular. Estos pueden clasificarse por su gravedad e importancia, en mayores y menores; o por la susceptibilidad que tienen para ser modificados, en modificables o no (7,8).

Denominando Factores de riesgo mayores aquellos que se relacionan directamente con la presencia de enfermedades vasculares: edad, sexo, antecedentes familiares, HTA, Diabetes, hábito de fumar e hipercolesterolemia. Los menores son aquellos que contribuyen al riesgo, sin embargo, no se ha establecido una relación directa: alimentación, estrés, alcoholismo. (8)

Factores de riesgo modificables son aquellos sobre los cuales pueden ejercerse acciones de prevención y control con el fin de modificarlos. Se destacan, tanto, por el exceso de riesgo que supone su presencia, como por su frecuencia y su utilidad: Hipertensión Arterial, Diabetes, Obesidad, Sedentarismo, Estrés, el hábito de fumar, alcoholismo y alimentación alta en lípidos. Los No modificables son aquellos factores que siempre están presentes en el sujeto, y que, por la imposibilidad de modificarse a pesar de las acciones que sobre éstos se realicen, carecen de interés desde el punto de vista preventivo. Ellos son: la edad, el sexo, la raza y antecedentes familiares (9).

A pesar del enorme avance de los conocimientos científicos en el diagnostico y tratamiento de la enfermedad cardiovascular, se han obtenido pobres resultados en la prevención de la misma. La muerte por Infarto Agudo de Miocardio y los Accidentes Cerebrovasculares ocurren frecuentemente en forma súbita, antes de que cualquier intervención médica sea posible y, muchas de las intervenciones terapéuticas, puedan en este momento resultar inaplicables, inefectivas o paliativas (10).

La práctica regular de una actividad física disminuye significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares, durante el ejercicio y al finalizar el mismo. Sin embargo, el deporte comporta riesgos para el organismo al someterlo a un estrés físico y psíquico al que hay que adaptarse. La intensidad con que se realiza puede conducir a excesos o a efectos deletéreos. Para disminuir en lo posible este riesgo y beneficiarse de los efectos positivos del ejercicio físico sobre la salud, es conveniente una valoración de la capacidad física previa a la práctica deportiva (11).

El riesgo cardiovascular durante un entrenamiento físico depende de las condiciones de cada sujeto y del nivel de intensidad de la práctica. Así, debemos preguntarnos si en el la actividad física «más es mejor» o si «más ya es demasiado». Se ha demostrado que quienes practican un deporte con exigencias a nivel amateur alcanzan intensidades de esfuerzo de un mismo costo energético que las de corredores profesionales. Sin embargo, es importante reconocer que el efecto del ejercicio intenso sobre el sistema cardiovascular aún no es bien conocido por los especialistas, generando controversia entre la comunidad científica (12).

El Riesgo Cardiovascular (RCV) se define como la probabilidad de desarrollar una Enfermedad Cardiovascular (enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular o arteriopatías periféricas) en un período de tiempo definido. La importancia de valorar el RCV es que permite identificar 3 grupos de riesgo: bajo (si es menor al 10%), moderado (entre10 y 20%) y alto (superior al 20%), priorizar las actividades de prevención cardiovascular y definir la intensidad con la que deben ser tratados los factores de riesgo cardiovasculares (13).

Los esfuerzos inhabituales, sobretodo si son intensos, pueden favorecer el desarrollo de infarto miocárdico y/o la muerte súbita. Los principales mecanismos involucrados guardan relación con los cambios hemodinámicos y electrofisiológicos que se producen durante el ejercicio, que pueden ser distintos según el tipo de ejercicio realizado. La actividad deportiva induce una serie de adaptaciones morfológicas y funcionales en el corazón humano directamente relacionadas con el tipo, duración, intensidad del entrenamiento, y los años de práctica deportiva. Durante el ejercicio físico y, por el estrés que genera la competición, se produce un aumento de catecolaminas circulantes, exagerando las respuestas de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, con el consiguiente incremento de la contractilidad y en consecuencia, el consumo de O2 miocárdico. Por otra parte, la estimulación simpática puede, por sí sola, favorecer la aparición de arritmias o agravar una situación de isquemia miocárdica subyacente. Su expresión clínica dependerá de factores genéticos, metabólicos, humorales y, en gran medida, del tipo de entrenamiento. En aquellos deportes en los que predomina el ejercicio dinámico con participación de grandes masas musculares, existe un aumento del consumo de O2, condicionando una sobrecarga de volumen sobre el ventrículo izquierdo. Por el contrario, los deportes con predominio del ejercicio estático o explosivo apenas aumentan el consumo de O2 y originan escasas modificaciones en la morfología cardiaca, donde los cambios hemodinámicos están más relacionados con fluctuaciones en la presión arterial. De acuerdo con estas consideraciones, las diferentes especialidades deportivas pueden ser clasificadas en virtud de sus componentes dinámico y estático que serán, en definitiva, los que determinarán el tipo de demanda cardiovascular y, por tanto, la idoneidad o aptitud para la práctica de cualquier actividad deportiva (14,15).

OBJETIVOS

1. Describir la frecuencia de factores de riesgo cardiovasculares en deportistas amateurs de la ciudad de Fernández.

2. Determinar la distribución de los factores de riesgo según edad. .

3. Valorar el riesgo cardiovascular global individual

4. Conocer y estimar el estado de aptitud y salud en deportistas amateur en competencia en la población en

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