Procedimiento De Atencion A Un Anciano
jachodaniel29 de Noviembre de 2012
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MANUAL DE ATENCION DE ENFERMERIA GERIATRICA
INTRODUCCIÓN:
Los establecimientos geriátricos en nuestro país, como ocurre en todos los países del mundo, integran los sistemas gerontológicos de servicios al anciano y su familia. Más allá de que existan los de buen o mal nivel, son sumamente necesarios (entre un 1 % y un 3 % de nuestros ancianos requieren algún tipo de institucionalización) y por lo tanto, la solución no pasa por combatirlos, sino por generar modelos para que la población opte y los que gobiernan puedan calificar.
Hace apenas 10 - 15 años los médicos geriatras eran criticados por sus colegas cuando decidían instalar un establecimiento para mayores. Se decía en todas las jornadas y congresos de la especialidad que los ancianos deberían permanecer en los domicilios con sus familiares y se defendía hasta ciegamente una postura sin sustento. Todos bregamos porque nuestros mayores envejezcan en familia, pero cuando las enfermedades invalidantes y el deterioro, promueven la imposibilidad de continuar con una situación que desborda a un grupo familiar que ya no puede contener al anciano y que comienza a enfermarse, la institucionalización puede ser una de las opciones terapéuticas. Sin embargo, no debemos olvidar que es imprescindible que la incorporación de una persona mayor con autonomía mental a esta prestación implica un consenso, en el que necesariamente tienen que participar el anciano, la familia y el médico de familia del anciano y que este consenso, debe ser compatibilizado con el equipo del establecimiento prestador de los servicios.
La asistencia institucional.
Establecimientos geriátricos.
Unidades de psicogeriatría en establecimientos geríatricos.
El ingreso de un anciano a la media y larga distancia.
ESTABLECIMIENTOS GERIÁTRICOS
INTRODUCCIÓN:
Los establecimientos geriátricos en nuestro país, como ocurre en todos los países del mundo, integran los sistemas gerontológicos de servicios al anciano y su familia. Más allá de que existan los de buen o mal nivel, son sumamente necesarios (entre un 1 % y un 3 % de nuestros ancianos requieren algún tipo de institucionalización) y por lo tanto, la solución no pasa por combatirlos, sino por generar modelos para que la población opte y los que gobiernan puedan calificar.
Hace apenas 10 - 15 años los médicos geriatras eran criticados por sus colegas cuando decidían instalar un establecimiento para mayores. Se decía en todas las jornadas y congresos de la especialidad que los ancianos deberían permanecer en los domicilios con sus familiares y se defendía hasta ciegamente una postura sin sustento. Todos bregamos porque nuestros mayores envejezcan en familia, pero cuando las enfermedades invalidantes y el deterioro, promueven la imposibilidad de continuar con una situación que desborda a un grupo familiar que ya no puede contener al anciano y que comienza a enfermarse, la institucionalización puede ser una de las opciones terapéuticas. Sin embargo, no debemos olvidar que es imprescindible que la incorporación de una persona mayor con autonomía mental a esta prestación implica un consenso, en el que necesariamente tienen que participar el anciano, la familia y el médico de familia del anciano y que este consenso, debe ser compatibilizado con el equipo del establecimiento prestador de los servicios.
Si la persona mayor no tiene autonomía mental la decisión puede ser familiar, pero en todos los casos debe mediar la indicación médica. Ésta surgirá del exhaustivo análisis de cada situación en forma particular; no pudiendo establecerse reglas al respecto.
El médico considerará el objetivo primario: Mejorar la calidad de vida del anciano, promoviendo de esta forma la descarga que mejora secundariamente la calidad de vida de la familia.
El establecimiento geriátrico llevará adelante un análisis de la situación, que comprenderá los aspectos físicos, psíquicos y familiares del caso; y por otro lado la situación de sus residentes y familiares. La estabilidad psico-socio-cultural del establecimiento sólo puede alterarse mínimamente cuando ingresa el nuevo residente y la estructura edilicia y de servicios tienen que estar en capacidad de absorberlo sin disminuir su calidad prestacional.
En un lapso de 30 días aproximadamente la conducción del geriátrico podrá hacer los primeros balances que refieran aspectos relacionados con la adaptación del anciano al lugar, de los residentes al anciano y de la familia a la nueva situación.
Transcurridos 3 meses habitualmente, la comunidad del establecimiento (residentes, profesionales, cuidadores, etc.) interactua ya en forma fluida. Claro está que no siempre es así, en algunos casos, el residente empeora física o psíquicamente o descompensa a otro residente o a la institución prestadora en sí. También puede darse el caso de que sean los familiares los que no resuelvan la culpa que puede provocar la institucionalización de la persona mayor y decidan retirarlo del establecimiento.
En otros aspectos, la experiencia indica que es muy difícil para los geriátricos ofrecer todas las prestaciones que debieran manteniendo costos accesibles. He visto muchos casos que intentaron disminuirlos subprestando, restringiendo el personal mínimo indispensable y hasta disminuyendo la cantidad de comida. Sólo cuando se brinda calidad se disminuyen los costos. La calidad se asienta en la eficiencia y en la vocación de servicios.
Las políticas dirigidas a optimizar son las únicas factibles de llevar adelante por aquellos establecimientos que tienen como misión autoimpuesta, la del crecimiento institucional con dignidad y profesionalismo.
Además de la categorización curricular sustentada en aspectos edilicios, de infraestructura, equipamiento, etc., debería reglamentarse otra que considere qué instituciones forman recursos humanos, qué tipo de recursos humanos y el aval de esa formación, marcando así diferencias con las que no lo hacen.
Desde 1993, en que fue designado Establecimiento Geriátrico Escuela, por la Asociación Argentina de Cuidadores de Ancianos, estamos trabajando en la residencia geriátrica “Complejo Gerontológico del Sol”, ubicada a la vera de la ruta 70 en la ciudad de Esperanza (Santa Fe), con el aval del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe, en la formación de cuidadores de ancianos y desde 1995 con el reconocimiento de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Santa Fe, a partir de la reglamentación existente en el Colegio de Médicos de Santa Fe, para la formación de médicos geriatras.
Es menester que los establecimientos geriátricos de todo el país, comprendan la profunda necesidad de colaborar en la capacitación del recurso humano en gerontología y de difundir la problemática de la vejez, apoyando así la revolución gerontológica que necesita la Argentina.
La tarea del cuidador en los Establecimientos Geriátricos
El cuidado en establecimientos geriátricos implica para el cuidador:
1) La necesidad de integrarse a un equipo de trabajo (médicos, enfermeros, terapistas, otros cuidadores, etc.)
2) El depender de un jefe, reglamentaciones, directivas, etc., como ocurre con cualquier trabajador en dependencia de una institución.
3) El trabajar con una comunidad de personas mayores que interactúan entre sí, con el equipo y con los familiares.
No necesariamente significa mayor trabajo para el cuidador, muy por el contrario, cuando se trabaja con técnicas, sistemáticas y se interactúa adecuadamente en la comunidad de la institución, la labor puede ser más aliviada. Las técnicas (de movilización, traslado, alimentación, higiene, etc. ) permitirán evitar malas prácticas para con el anciano y para con el físico del cuidador, ayudando a prevenir dolores musculares, contracturas, disgustos, y el tan desagradable “estrés del que cuida”. Las sistemáticas agilizan la tarea y permiten organizarse mejor. La interacción adecuada, se refiere a la promoción de actividades grupales positivas como la recreación, labores en grupo, la autoayuda y la ayuda mutua, etc., de alguna forma. esa interacción da como resultado que el cuidado se facilite: puede ser más sencillo cuidar de varios ancianos que de uno solo.
Ejemplo de sistemáticas:
Referidas al cuidado
Para la continencia urinaria (Ver “Incontinencia Urinaria”). Evita el olor a orina tan frecuente en algunos geriátricos, producto del “pañal en el piso” más que de la higiene de los residentes, ayuda a prevenir paspaduras, disminuye el consumo de pañales y colabora en el entrenamiento para la continencia.
Para la prevención de escaras (Ver “Úlceras por presión”). Consiste en la totalidad de medidas a adoptar frente a los residentes en riesgo inminente de padecer de úlceras por presión
Cambios morfológicos y fisiológicos con el envejecimiento
El corazón del anciano sano
Existen numerosos cambios en los tejidos y en la función cardíaca que se encuentran asociados al hacho de envejecer en la mayoría de los ancianos, sin que indiquen necesariamente que existe enfermedad. Estos cambios deben ser bien conocidos ya que es sobre ellos, y no sobre un corazón sano, sobre los que asienta la patología en los pacientes de edad. Esto explica muchas veces las características peculiares de las enfermedades en los ancianos, en éste y otros órganos.
Cambios morfológicos
El miocardio experimenta una hipertrofia de la pared libre del ventrículo izquierdo. El
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