Proceso de desamortización y cambios agrarios

Proceso de desamortización y cambios agrarios.

- INTRODUCCIÓN:

La Revolución Industrial que se produjo a finales del siglo XVIII y principios del XIX en Gran Bretaña, y que se fue extendiendo por el resto de Europa, generó la llamada Revolución Agraria. Dicha revolución se sustentaba en la creciente producción y productividad agraria gracias al asentamiento de la propiedad privada, las innovaciones técnicas y los nuevos cultivos. La agricultura comienza a dejar de ser una vía de subsistencia para convertirse en agricultura de mercado, pero España parece no estar incluida en esta revolución; esto explica el fracaso total del proceso de industrialización.

El modelo agrario en España era pobre y escaso, predominando una agricultura de subsistencia. Pero este atraso no tenía otro motivo que la amortización de las tierras en propiedad de manos muertas, es decir, pertenecían a estamentos privilegiados como la nobleza o la iglesia. Se encontraban fuera de mercado por lo que no se podían desprender de ellas, de modo que les sacaban beneficio explotándolas de forma indirecta a través de arrendamientos y censos.

El objetivo del proceso desamortizador era establecer plena propiedad privada de la tierra poniendo fin a su amortización. Para ello era necesario desvincular los bienes la de nobleza y desamortizar los eclesiásticos, y a su vez para poner todo este proceso en marcha se debían abolir los señoríos y suprimir los mayorazgos.

- DESARROLLO DEL TEMA:

Las primeras medidas desamortizadoras surgen durante el reinado de Carlos III, el monarca llevó a cabo una serie de mejoras en la agricultura, empezando por la desamortización de tierras pertenecientes a la iglesia, además restó poder a la Mesta fomentando de la agricultura con nuevos cultivos. Posteriormente en 1798 con Carlos IV en la corona, su valido Manuel Godoy tenía como objetivo saldar la gran deuda pública del país y para ello tomó varias medidas: le restó poder a las clases privilegiadas y procedió a la desamortización de los bienes de la Iglesia, vendiéndolos en subasta pública tratando de mejorar la grave situación de crisis económica.

Durante la Guerra de Independencia, tanto el gobierno de José I (1808-1813) como las Cortes de Cádiz (1810-1814) decretaron nuevas desamortizaciones, al igual que las que pusieron en marcha durante el Trienio Liberal (1820-1823); pero todas ellas fueron anuladas con la vuelta al absolutismo. Sin embargo, la desamortización que se lleva a cabo durante el reinado de Isabel II, refiriéndonos tanto a la de Mendizábal en 1836 como la de Madoz en 1855, decretadas durante periodos de dominio progresista, si tuvieron gran repercusión.

Desamortización de Mendizábal: La figura de Juan Álvarez Mendizábal aparece durante el Bienio Progresista (1835-1837),cuando coge la presidencia durante 7 meses tras la dimisión del Conde de Toreno, con quién colaboraba como ministro de Hacienda. Plantea una serie de medidas en su gabinete de gobierno; reorganiza la milicia nacional y plantea ganar y costear la guerra con la desamortización de los bienes del clero regular, puesto que la iglesia estaba posicionada a favor del carlismo.

El Decreto desamortizador impulsado por Mendizábal en febrero de 1836 consistió en nacionalizar las propiedades rusticas y urbanas, vendiéndolas posteriormente a particulares en subastas para disminuir la deuda pública existente y costear los gastos de la guerra carlista. Dichas propiedades fueron vendidas a liberales y absolutistas moderados, desarrollándose en España una burguesía agraria. De esta forma, favoreciendo que ganasen territorios, crearon una clase afín a la causa liberal. En consecuencia la población campesina empeoró su situación al no poder participar en las subastas debido a su incapacidad económica. El desequilibrado sistema de venta

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