Relato-Periquillo Sarmiento

Juanario

En mi agonía en la que me encuentro y la que me he ganado indiscutiblemente por todas las cosas malas  que hice en mi vida, yo Juanario mejor conocido como Juan Largo, me es menester hablar de mi amigo Pedro Sarmiento apodado “Periquillo Sarniento”, a quien conozco desde pequeño, y con quien compartí experiencias de la vida

Periquillo fue hijo único, de una familia ni rica ni pobre. Su madre le brindaba un amor tan grande y ciego, lo sobreprotegía, su padre le consentía sus deseos. En varias ocasiones fui testigo de esto ya que al ir a su casa veía que se le consentía en todo, si no se le daba lo que quería, Periquillo utilizaba como arma y escudo el berrinche, yo al ver eso sentía un poco de  envidia por él, porque hubiese querido que mis padres me complacieran en mis caprichos, mas  me alegraba ver que él era feliz así. Fui responsable de que él se ganará el sobrenombre de  “Periquillo Sarniento”, porque un día en la  escuela vi a Periquillo vestido con un chaleco verde y pantalón amarillo, y en otra ocasión me enteré que enfermó de sarna, por lo que  le apode “Periquillo Sarniento”, veía que no le molestaba que le llamásemos de tan groso modo por lo que se le quedó.      

A una edad mayor me encontraba trabajando en una hacienda, por azares del destino Perico entró a trabajar en la hacienda, los dos cumplíamos con las tareas que nos correspondían, él conoció a Poncianita, una linda joven. Yo le decidí jugar una broma; le dije que Poncianita lo esperaría en su habitación en la noche  para hablar con él, lamentablemente ella no se encontraba en su habitación cuando la fue a buscar, la que se encontraba en la habitación era su madre quien le arrojó un zapato por su atrevimiento,  el pobre sintió una gran vergüenza por lo que hizo y al día siguiente lo corrieron. No me  atreví a decirle que todo fue una broma, me sentía apenado, imaginaba como iba a reaccionar, no quería perder su amistad.

Tiempo después me enteré que entró al convento, se dedicaría a ser clérigo,  En distintas ocasiones lo visité, hablé con él para convencerlo de que se saliera de ese lugar, el me decía que estaba bien en el convento, pero no le creía, la manera en que me lo decía no era del todo convincente, creo que se había dejado  influenciar por una persona, además de que le gustaba ganarse la vida de una manera fácil, sin hacer nada y el convento era el lugar adecuado, tenía techo y comida.                                                                                                                          Paso el tiempo su padre falleció, yo fui a visitarlo al convento para decirle la noticia de la muerte de su padre, ese fue uno de los momentos más triste que compartí con él, pude ver los sentimientos y emociones que sentía por la pérdida de su padre, tenía remordimiento de conciencia porque no fue un buen hijo para su padre. La muerte de su padre le sirvió para salir del convento.

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