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Riesgos Des Consumir Transgenicos


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2014  •  7.706 Palabras (31 Páginas)  •  364 Visitas

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1. Introducción a los alimentos transgénicos

Desde la antigüedad el hombre ha modificado distintos vegetales para comérselos. Pero la técnica más avanzada, la ingeniería genética se ha estado desarrollando desde hace pocos años, y permite en un corto tiempo y en forma controlada modificaciones que antes costaban décadas de trabajo.

En sus comienzos, la ingeniería genética se utilizaba para modificar genéticamente microorganismos para producir sustancias de uso farmacéutico como la insulina. Luego se fueron desarrollando más y más investigaciones que derivaron en la obtención de vegetales y animales modificados de forma tal de mejorar sus propiedades implícitas. Estas modificaciones tuvieron un inmediato impacto en el aumento de la vida comercial de los productos, la resistencia a condiciones ambientales más agresivas, resistencia a los herbicidas más fuertes y en la autodefensa contra plagas e insectos.

El primer Organismo Genéticamente Modificado (OGM) que fue producido masivamente fue el tomate Flavr Svr. Después se comenzó a modificar la soja, para hacerla más resistente a herbicidas, y luego el maíz para resistir algunos insectos. Estos últimos forman los mayores cultivos agrícolas de origen transgénico en el mundo.

Pero, como todo avance tecnológico tiene detractores, este no fue la excepción. Los opositores de la manipulación genética de los alimentos enuncian que está atenta contra la salud de la población. Estas voces de protesta se basan en la existencia de áreas con diversas dudas con respecto al tema que la ciencia no ha publicado completamente.

Es por esto que varias organizaciones ecologistas promueven la agricultura biológica y orgánica, y el consumo de alimentos de calidad que no se “crean” a base de alteraciones genéticas y elementos agroquímicos o agro tóxicos. Pdf Adolfo (falta esto)

2. Historia de los transgénicos

Según todos los analistas científicos, el siglo XXI estará marcado por la revolución biotecnológica, como demuestra que a principios del año 2011 en el estado español hubiese 669 empresas de biotecnologías, con una facturación conjunta de 706 millones de euros, haciendo referencia a que actualmente la biotecnología ya está presente en muchas de las actividades diarias de las personas. Solo unos cuantos ejemplos. A finales del 2010 ya había en todo el mundo más de 148 millones de hectáreas cultivadas con plantas transgénicas repartidas en 29 estados. Algunos productos de estas plantas ya han llegado al mercado alimenticio o quizá, incluso los llevamos puesto, ya que el algodón utilizado para hacer la ropa puede provenir de plantas transgénicas. Este gran avance de las ciencias biológicas ha comportado también la adopción de un nuevo vocabulario, que se usa de forma cotidiana. Palabras como biotecnología, ingeniería genética, organismos modificados genéticamente y transgénicos, entre otras, se han introducido en la vida y aparecen regularmente en los medios de comunicación (Torrens D. B., ¿Para qué sirven los transgenicos?, 2004)

2.1 Origen de los alimentos modificados genéticamente

Antiguamente las mejoras vegetales se realizaban mediante la genética mendeliana, que son un conjunto de reglas básicas sobre la transmisión por herencia de las características de los organismos desde sus padres a sus hijos. (Henderson, 2011) Sin embargo los nuevos conocimientos que proporciona la genética molecular iniciaron la curiosidad de los científicos de plantas. La aplicación de la ciencia y la tecnología para obtener nuevas variedades de plantas se desarrolla mayoritariamente en el siglo XXI. Es así como la manipulación genética de las plantas se puede hacer en beneficio del hombre formando parte de la biotecnología.

La investigación norteamericana hizo posible que en el año 1973 se lograran transferir genes de una bacteria a otra de distinta especie. Sin embargo en el año 1983, en Europa se crea la primera planta transgénica por la introducción de variantes genéticas mediante mutagenesis. La mejora genética se basa en el manejo de la recombinación genética para obtener nueva variedades.

La recombinación se realiza mediante cruce sexuales inespecíficos, en la que el mejor de la especie utilizara el polen de una variedad para fertilizar los óvulos de otra, produciendo una descendiente o progenie hibrida. (Torrens D. B., 2011)

Los científicos que construyeron las primeras plantas transgénicas tuvieron la idea de utilizar para este objetivo el mecanismo de infección de una bacteria patógena vegetal. El cruzamiento se realiza para que los primeros descendientes adquieran el llamado “vigor hibrido”, que consiste en que nuevo descendiente sea más fuerte y resistente a su anterior generación.

Un caso especial de hibridación inter-específica consiste en la reproducción de organismos de diferentes especies cercanas, desde el punto de vista fisiológico y filogenético. Este tipo de hibridación es muy rara en la naturaleza debido a los mecanismos de aislamiento como la imposibilidad de acoplado entre genitales del macho y de la hembra. (Adriana Schnek, 2008)

2.2 La revolución verde y el paso a la ingeniería genética.

Desde el comienzo de la revolución industrial, la técnica y la ciencia han añadido a la agricultura métodos y técnicas de cultivo que aumentaban la productividad de la tierra, pero será a partir de 1944 cuando este proceso adquiera dimensiones de revolución y se denominará como revolución verde.

La revolución verde es el modo en que se denomina a la mejora de la producción de los cultivos mediante el aumento de la productividad con el uso más efectivo de la luz del sol, el agua, y los nutrientes. Por lo tanto la revolución verde conlleva a una mejora vertical en la productividad y no una expansión horizontal de la superficie cultivada. (Torrens D. B.)

Finalmente las observaciones de Mendel lograron hallar el camino para el desarrollo de la primera planta modificada genéticamente, la cual fue una planta de tabaco resistente a los antibióticos; esto se realizo en el año de 1983. Después de crear la primera planta transgénica en 1983, unos diez años más tarde llevó a los científicos a crear el primer alimento genéticamente modificado para uso comercial. Este producto transgénico fue un tomate creado por una compañía con sede en California y que su nombre es Calegne. La nueva especie de tomate, que fue nombrado FlavrSavr por la empresa, se puso a disposición comercialmente en 1994. (Simarro, 2013)

A pesar de que los consumidores mostraron un gran interés en el mismo, la compañía detuvo su producción en 1997 debido al hecho de que su vida útil hace que sea menos rentable para la empresa. No obstante, gracias a esos avances, hoy en día, un agricultor los puede plantar con innumerables características curiosas: pueden ser resistentes a numerosas plagas, con menos agua en su interior (lo cual quiere decir que se conservarán en buen estado durante más tiempo), gigantes, diminutos, especialmente sabrosos, con un aspecto asombrosamente saludable. (Cartujo, 2011)

2.3 La nueva revolución: cultivos modificados genéticamente

Actualmente, el incremento anual en la producción de alimentos se ha atenuado ya que la producción agrícola depende de algunos otros factores como la energía, el agua dulce y el suelo laborable que están en límite de su disponibilidad. Hoy en día alguno de estos recursos como el agua y el uso del suelo se ven drásticamente limitadas debido a la sobreexplotación e incremento ascendente de la población.

Para incrementar la producción mundial de alimentos de acuerdo al crecimiento demográfico es necesaria la obtención de nuevas variedades de mayor rendimiento, (Ortega, 2013) que puedan adaptarse a condiciones adversas, terrenos salinos, escases de agua. Por lo cual se ha hecho necesario buscar las alternativas asociadas a las facultades de las tecnologías actuales.

La aparición de las nuevas generaciones de cultivos procedentes de semillas modificadas se considera que pueda representar una nueva revolución “la revolución genética”, que podría suponer un incremento en la productividad cuando menos equiparable al que supone la revolución verde. (Ortega, 2013)

Los organismos genéticamente modificados (OGM) son seres vivos, normalmente bacterias o vegetales, cuyo material genético ha sido alterado mediante técnicas biotecnológicas con el objetivo de que desarrollen determinadas cualidades que no lo son propias de forma natural. En términos coloquiales puede decirse que un OGM es un organismo al cual se ha añadido o quitado un gen (secuencia de ADN que “codifica” las características y funciones de los seres vivos) de tal modo que pueda ser programado por la ingeniería genética. (Varela, 2010)

2.4 Obtención de los alimentos transgénicos a través de la Biotecnología.

Pese a que la mejora vegetal produce mejores alimentos, esta limitada a la compatibilidad sexual, que como hemos dicho impide la fecundación de especies por fertilización cruzada. Es en este punto adquiere especial importancia la ingeniería genética, la cual consigue ampliar esos límites y romper las barreras inter específicas, consiguiendo mezclar material genético de (Martinez, 2011) especies totalmente dispares como por ejemplo: una planta y un hongo. En este proceso un organismo recibe genes, no presentes en su material genético, de otro organismo, obteniendo así grandes efectos beneficiosos. Esta técnica se conocemos como alimentos modificados genéticamente o transgénicos. (Martinez, 2011)

Se puede decir que los alimentos transgénicos se obtienen a partir de complicadas técnicas de ingeniería genética. Para comprender mejor esta técnica imaginemos que compramos un tomate y permanece en buen estado durante cuatro días aproximadamente. Sin embargo, una variedad de tomates un poco más caros puede llegar a aguantar unos siete días. Con esto se pretende explicar una de las ventajas principales de los alimentos transgénicos. Además, resulta que ese tomate más caro es más sabroso que su “competidor”, y a mayores lleva incorporadas una serie de vitaminas que hacen que sea más sano. Hoy en día se pueden encontrar dos productos a simple vista similares, pero que en realidad presentan innumerables diferencias. Para obtener estos extraños alimentos, los científicos cogen una célula del tomate convencional y extraen los alelos que rigen un determinado carácter. En su lugar incorporan otros normalmente extraídos de otro organismo que hagan funcionar al futuro tomate de forma diferente. Lleva tiempo encontrar los alelos correspondientes a cada carácter y sustituirlos por otros adecuados. Además, existe la posibilidad de que se produzca un rechazo. (Dra. Gabriela Levitus, 2010,)

Dicho proceso también tiene consecuencias fisiológicas y bioquímicas impredecibles, ya que se transfieren otros genes junto al gen deseado con el objetivo de estimularlo o incluso otros genes que actúan como gen marcador para identificar el material transferido o transformado. Las consecuencias de tales sucesos no solo se pueden encontrar a nivel sanitario, ecológico o científico, sino también a nivel filosófico, moral y hasta religioso. (Graciela E. Gutman, 2009,)

En primer lugar y a pesar de lo anterior, sería importante comprender bien el significado de la biotecnología. Esta es la ciencia que estudia la biología interrelacionada y enlazada con la tecnología, así como su nombre lo indica.

A partir de la unión de ambas disciplinas se pueden conseguir una serie de avances tecnológicos basados en enfoques biológicos, agrícolas, farmacéuticos, alimenticios y médicos. (Alimentación, 2013)

Otra definición de biotecnología seria la utilización de organismos vivos o partes de ellos, para obtener o modificar productos, plantas o animales o desarrollar nuevos microorganismos con objetivos específicos. Aunque pueda parecer extraño, el hombre utiliza la biotecnología en el campo alimenticio desde hace miles de años, aunque con técnicas primitivas.

Si se señala que los alimentos transgénicos son aquellos que están mejorados de alguna manera, podemos llegar a la conclusión de que la fabricación del pan y la cerveza, que se basa en el empleo de células de levadura, es un proceso biotecnológico. Pero si nos fijamos en hechos más recientes, la biotecnología tal y como la conocemos actualmente comenzó a desarrollarse a partir de los años 50, cuando James Watson y Francis Crick descubrieron la estructura de la molécula de ADN, que es donde se almacena la información genética, es decir, la herencia, en todos los seres vivos. Partiendo de su importante descubrimiento, así como del hecho de que el ADN está formado por cuatro nucleótidos, Watson y Crick descubrieron que la molécula de ADN está formada por dos filamentos que forman una doble hélice (Riechmann, 2000) . Sin duda, estos dos hombres fueron muy importantes para el desarrollo de lo que hoy conocemos como Biotecnología.

La biotecnología posee un gran potencial para obtener cantidades prácticamente ilimitadas de algunas sustancias nunca utilizadas anteriormente, productos obtenidos normalmente en cantidades pequeñas, productos con un costo de producción menor que el de los obtenidos normalmente, productos con mayor seguridad que los hasta ahora disponibles y productos obtenidos a partir de nuevas materias primas más abundantes y baratas que las usadas anteriormente. (Dra. Gabriela Levitus, 2010,)

3. Plantas transgénicas y salud

En particular las plantas transgénicas son plantas “cuyo genoma ha sido modificado mediante ingeniería genética”, bien para introducir uno o varios genes nuevos o para modificar la función de un gen propio. Una vez realizada la modificación, este se transmite a la descendencia como uno más de los genes de la planta (Riechmann, Transgénicos: el ház y el envés, 2004).

3.1 Concepto de alimento seguro.

El concepto de alimento seguro puede ser entendido de muy diversas maneras, según el prisma desde que sea considerado, Así, por ejemplo, uno hace hincapié en la necesidad de que los alimentos sean manipulados de manera apropiada desde su preparación primaria hasta su consumo, mientras que otros ponen el acento en la importancia de una ausencia de agentes contaminantes, aunque en todos los casos subyace como condición esencial la idea de no suscitar enfermedades. En definitiva, se trata de un concepto complejo y multifacético, por lo que puede resultar una pretensión bastante simplista pretender ofrecer una definición única o exclusiva. (Gally, 2006)

De todos modos, en un intento de establecer una definición comprehensiva, se puede entender como alimentos sanos y seguros a todos aquellos productos alimenticios que, por no contener microorganismos patógenos ni sustancias toxicas, hacen que su consumo no pueda ocasionar ningún tipo de trastorno fisiológico ni poner de manifiesto los síntomas de una enfermedad. Se trata, por lo tanto, de alimentos que han sido manipulados de modo adecuado a lo largo de todas las etapas de producción, desde el inicio de esta hasta su consumo, por lo que resulta bastante improbable el que puedan ocasionar daño o enfermedad. Puede afirmarse, por tanto, que la propiedad de sano y seguro responde a una característica que, desde un punto de vista general, a de ser exigido a todo alimento que tome parte en la alimentación humana. Sin duda, a medida que se vayan cubriendo nuevas etapas en la mejora de la seguridad alimentaria, podrá disponer de criterios más detallados y comprehensivos para dar una definición más exacta de los que significa el concepto de alimento seguro. (Gutierrez, 2005)

3.2 Toxicidad

Uno de los argumentos más recurrentes y extendidos contra las plantas, y en general contra los alimentos de origen transgénico es que son tóxicos. Sea en mayor o en menor medida, sea para los humanos o para los animales o ambos, el caso es que, al parecer, las plantas transgénicas, por el hecho de serlo, contienen algo que nos puede dañar de uno u otro modo si nos lo comemos. Como hemos visto, una planta transgénica se diferencia de la no transgénica en que tiene un nuevo gen, y por lo tanto, tiene también la característica modificada por el nuevo gen, que en la gran mayoría de los casos, consiste en la presencia de una nueva proteína. Así pues, los miedos en cuanto a la posible toxicidad de una planta transgénica se centran , por un lado, en la posible toxicidad que pudiera implicar la adición de un nuevo gen, y por otro lado en la posible toxicidad que pueda derivarse de que ese nuevo gen produzca una nueva proteína, toxica. (Segui, 2013)

3.3 Aparición de alergias

Además de la toxicidad, se argumenta que en ocasiones los transgénicos pueden acarrear efectos secundarios en el consumidor en forma principalmente de alergias alimentarias. Hay algunos casos publicados de alérgenos en alimentos que no hubieran aparecido si no hubieran estado elaborados con organismos transgénicos. Por ejemplo, en un día se publico que la soja transformada con genes de la nuez de Brasil o las patatas transformadas con genes de pescado ha generado problemas de alergia en algunos casos. Llegados a este punto cabria preguntarse ¿ese gen provoca alergias también cuando está presente en su organismo original? y la respuesta es afirmativa. Un gen no provoca alergias distintas a la que provocaría ese mismo gen en su especie natural. Es decir que el problema no está en que se haya introducido en otra especie, sino en el tipo de gen, o más específicamente, en el tipo de proteína que este codificada y que es capaz de producir un cuadro alérgico si se consume, independientemente de cuál sea la especie en que este gen se halla. (Bello, 2005)

3.4 Resistencia a los antibióticos

Muchas veces las plantas transgénicas están dotadas de genes de resistencia a un antibiótico, genes que no tiene valor agronómico alguno, no son sino residuos de un proceso tecnológico relativamente primitivo y por el contrario pueden plantear notables problemas de salud humana y animal. Se insertan tales genes a las células vegetales, asociados con el transgénicos de valor agronómico, para poder seleccionar aquellas células que han sido efectivamente transformadas sometiéndolas a un baño de antibiótico en cuestión: las células transformadas sobreviven y las restantes mueren (y a partir de las primeras se generan plantas transgénicas enteras).

Dos de los antibióticos más utilizados en estas manipulaciones son la ampicilina y la canamicina. Pues bien, bastan mutaciones mínimas en el gen de resistencia a la ampicilina (y tales mutaciones son frecuentes en las bacterias) para conferir resistencia a antibióticos muy utilizados en infecciones graves, como son las cefalosporinas; y bastan igualmente mutaciones mínimas en el gen de resistencia a la canamicina para que se desarrollo resistencia a la amicacina, otro antibiótico utilizado en infecciones graves (meningitis, por ejemplo o infecciones al tracto respiratorio). (Riechmann, 2000)

3.5 Riesgos sobre los alimentos modificados genéticamente

Hay una gran controversia a nivel mundial sobre los beneficios y riesgos, de los organismos genéticamente modificados (OGM), en especial sobre alimentos transgénicos y las investigaciones sobre biotecnología alimentaria que determinen la inocuidad de esos alimentos y las regulaciones a nivel nacional y mundial. (Olivero, 2008)

A pesar de las regulaciones no hay guías obligatorias u oficiales que establezcan los elementos mínimos para la evaluación del riesgo ambiental (ERA) de los cultivos transgénicos. No se han definido criterios para la toma de decisiones, no hay investigaciones científicas, ni estudios socioeconómicos revisados por pares que muestren los beneficios y riesgos del uso de estos productos, comparados con otras tecnologías en la agricultura. Esta situación ha hecho surgir una “incertidumbre artificial” sobre los cultivos transgénicos, por lo que, en este artículo, se propone una estrategia más sustentable con la inclusión de una base bioética en la ERA. (Arellano, 2012)

• Riesgos sanitarios: Se relacionan fundamentalmente con la inocuidad de los alimentos; la presencia de alérgenos; la creación de nuevas toxinas; el desarrollo de resistencia a antibióticos por bacterias patógenas y los posibles efectos negativos para la salud a largo plazo. (Osmary, 2009)

• Riesgos socioeconomicos: Se señalan como riesgos socioeconómicos el desarrollo de la tecnología en manos de las grandes multinacionales, el acceso puede limitarse debido a la protección por patentes, los productores de alimentos tradicionales u orgánicos puedan ser desplazados, además hay preocupaciones de carácter religioso, cultural y ético. (Osmary, 2009)

• Riesgos a la flora intestinal: Según algunos investigadores, podria existir algun riesgo con los microorganismos modificados por transgenesis que se usan en la elaboracion de productos lacteos, vinos, panes, etc, ya que podrian transferirse o reemplazar a los microorganismos de la flora intestinal y constituir un riesgo potencial para la salud, especialmente cuando un gen de resistencia a un antibiotico particular es utilizado en la transgenesis para la etapa de selección. Estudios realizados con ratones como modelo animal con flora humana, han demostrado que es poco probable salvo si se utiliza una antibioterapia en el antibiotico utilizado para la selección de las bacterias transgenicas. (Marin, 2001)

3.6 ¿Hay que temer a los alimentos transgénicos?

En la actualidad solo están disponibles alimentos transgénicos de origen vegetal, ya que la transgénesis no ha tocado todavía el campo de la producción animal para alimentos (carne, leche, etc.). Esto no debe confundirse con la obtención de animales transgénicos como modelo de estudio o como productores de sustancias biológicas útiles. (Marin, 2001)

3.7 Tipos de alimentos transgénicos

En la producción vegetal, en realidad existen dos tipos de alimentos transgénicos que se pueden describir de la manera siguiente:

• Los alimentos transgénicos indirectos: Este grupo se compone de todos los alimentos que no se modificaron para la mejora de un factor nutricional sino para modificar un aspecto de su producción o su conservación, como por ejemplo, la resistencia a plagas, las condiciones climáticas o para alargar su conservación después de la cosecha. En este caso normalmente no hay cambio del valor nutricional.

• Los alimentos transgénicos directos: Este grupo representa los alimentos modificados desde el punto de vista de un factor particular directamente relacionado con su valor nutricional, como su contenido proteico, su contenido en uno o mas aminoácidos, su contenido en ácidos grasos, la disminución o la eliminación de un factor antinutricional, etc. En la actualidad, los alimentos transgénicos de este grupo representan alrededor del 5% del total. (Marin, 2001)

Motivos de la transgénesis

Resistencia a los herbicidas 50%

Resistencia a los insectos 13%

Problema de reproducción 10%

Adaptación al medio ambiente 5%

Mejoras nutricionales 5%

Otras razones 7%

3.8 ¿Qué ventajas se esperan de los alimentos transgénicos?

• Mejor calidad nutricional: Se espera principalmente una mejora desde el punto de vista nutricional dependiendo de las necesidades fisiológicas del consumidor final. En este sentido, la transgénesis podría ser de enorme importancia en todo lo que concierne a los alimentos funcionales. También es posible pensar en la modificación del contenido de algunos nutrientes específicos utilizados en la alimentación animal para mejorar los productos finales (Simarro, 2013).

• Mejor calidad gustativa: La modificación de cepas bacterianas, la modificación de las enzimas responsables de la maduración precoz de las frutas y las legumbres, etc. Modificará de forma radical las características de los alimentos que se estarán disponibles. La mejora de los gustos y de los aromas podría significar la aparición de nuevos alimentos específicos de alto valor agregado, para consumidores muy exigentes.

• Mejor calidad de presentación: La transgénesis aplicada a las frutas, legumbres, flores, etc., podría mejorar fuertemente la presentación y favorecer la durabilidad de los productos reduciendo así los problemas de conservación de los alimentos entre el momento de cosecha y la utilización por el consumidor. Por ejemplo, la disminución de la degradación de la piel del tomate gracias a la disminución de una enzima endopoligalacturonasa, permite ofrecer al consumidor frutos que se conservan más tiempo después de la compra. También la duración y la intensidad del color del fruto puede ser mejorada y mantenida con el control de algunos pigmentos antioxidantes naturales como los flavonoides y carotenoides (beta-caroteno) aumentando así su valor tanto nutricional como comercial. (Marin, 2001)

4. Alimentos transgénicos

Los alimentos transgénicos se derivan, de manera genérica, de variedades dentro de especies vegetales, animales o de microorganismos conocidos que han sido “modificados genéticamente” y se utilizan desde casi un decenio, ya sea como componentes principales o desde antes, como insumos complementarios el procesamiento de los mismos. Esta modificación genética se entiende actualmente y de manera convencional, como la producida por procedimientos derivados de la biotecnología moderna, es decir, los que involucran la movilización (artificial, mas no totalmente azarosa) de fragmentos de ADN del genoma de un organismo a otro, el cual se propaga luego para constituirse en uno modificado genéticamente (Rubio, 2004).

4.1 Productos comercializados con agentes transgénicos

Los mayores cultivos agrícolas en el mundo de origen transgénico son soja, maíz, canola (raps) y algodón, de los que se generan numerosos ingredientes que se emplean en nuestra alimentación. Los principales ingredientes (y por lo tanto probables de ser transgénicos) son:

Soja: harina, aceites, lecitina, mono y digliceridos, ácidos grasos, etc.

Maíz: harina, almidón, aceite, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, caramelo, sorbitol, etc. (Greenpeace, Guia de alimentos transgenicos , 2006)

4.2 Oposición de GREENPEACE a la liberación de transgénicos al medio ambiente

El cultivo de transgénicos supone incremento del uso de tóxicos en la agricultura, contaminación genética, contaminación del suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y ‘malas hierbas’, riesgos sanitarios y efectos no deseados en otros organismos. Los efectos sobre el conjunto de los seres vivos son irreversibles e imprevisibles.

Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente y su alcance sigue siendo desconocido (Greenpeace, Guia de alimentos transgenicos , 2006). Nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos, pérdida de eficacia de ciertos medicamentos o efectos inesperados son algunos de los riesgos.

Los OMG refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales. Son una de las armas predilectas de estos dictadores de la alimentación, y lejos de constituir un medio para luchar contra el hambre, aumentan los problemas alimentarios. Los países que han adoptado masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible.

La solución al hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de técnicas sostenibles y justas, el acceso de los pueblos a los alimentos que producen y el empleo de técnicas como la agricultura y la ganadería ecológicas. La industria de los transgénicos utiliza su poder comercial e influencia política para desviar los recursos financieros que deberían destinarse a proteger las verdaderas soluciones a los problemas agrarios y alimentarios del mundo. (Greenpeace, Guía roja y verde de alimentos transgénicos,, 2012,)

4.3 Guía roja y verde de los alimentos transgénicos según GREENPEACE

Contiene productos alimenticios que en su composición presentan ingredientes derivados de soja o maíz, debido a que la Soja y el Maíz genéticamente modificados, representan el 82% de todos los cultivos transgénicos plantados en el mundo.

Para hacer la Guía, Greenpeace tomó contacto con todas las empresas incluidas en ésta, a las que se les envió una carta certificada, pidiéndoles una declaración garantizando que no utilizan ingredientes derivados de soja o maíz transgénicos. Posteriormente a las empresas que no respondieron se les envió una segunda carta certificada, solicitando información sobre sus ingredientes. Así, en base a las respuestas recibidas se construyó la presente Guía, la cual se ha dividido en dos listas, Lista Verde y Lista Roja.

Lista Verde: Incluye productos para los que sus fabricantes garantizaron y declararon no utilizar soya ni maíz transgénicos, ni ingredientes derivados de éstos.

Lista Roja: Incluye productos para los que sus fabricantes no garantizan ausencia de soja o maíz transgénicos, o derivados de estos, en sus ingredientes o aditivos, e incluye, también, a aquellas empresas que no respondieron nuestro cuestionario.

Esta guía no pretende incluir todos los productos con soja y maíz disponibles en el mercado, es una referencia para aquellas personas que desean evitar el consumo de alimentos transgénicos.

(Greenpeace, Guia de alimentos transgenicos , 2006)

5. Cultivos transgénicos

En el plano ambiental, los tres puntos clave de cualquier estrategia racional para utilizar nuevas variedades OGM en forma segura son:

• Que los cultivos presentes mínimos riesgos ambientales.

• Que los ensayos a campo previo al uso comercial y la evaluación y toma de decisiones institucionales acerca de que variedades cultivar, sean apropiadas.

• Que la práctica de manejo en cada sitio en cada sitio sean suficientes para mitigar cualquier riesgo asociado a una nueva variedad en su fase experimental.

La evaluación de impacto ambiental de nuevos cultivos OGM es una parte fundamental de su proceso de aprobación y control, de hecho la primera evaluación de un OMG se refiere a su impacto al medio ambiente, cuando se precisa hacer las primeras liberaciones experimentales en el campo. (Ridner, 2008)

5.1 Cultivos transgénicos en desarrollo

Son aquellos que ya alcanzaron el mercado, y representan tan apenas “la puerta del iceberg” de una enorme cantidad de desarrollo que hoy se encuentra en etapa de experimentación y evaluación. En estos desarrollos se combinan diversas características y una gran gama de especies comestibles que incluyen cereales, frutas y hortaliza. (Ridner, 2008)

5.2 Cultivos con mejora agronómica en desarrollo

Aun que ya hay varios cultivos transgénicos de este tipo en el mercado, el número de proyectos y actividades de investigación es mucho mayor. Los objetivos son diversos, y se centran en la obtención de plantas resistentes a enfermedades e insectos, tolerantes a herbicidas, y tolerantes a estreses abióticos, como sequía, salinidad, heladas, etc. (Ridner, 2008)

5.3 Cultivos con mejora en calidad

Como se mencionó anterior mente, los cultivos genéticamente modificados que han llegado al mercado llevan características que benefician a la producción agrícola. Sin embargo hay muchos desarrollos que incluyen la introducción o modificación de características que pueden ser aprovechadas directamente por la industria o el consumidor. En esta nueva generación de cultivos transgénicos se buscan cambios específicos en la composición de las plantas, a través de la modificación en la proporción de nutrientes u otro componente, la biofortificación, o la eliminación de toxina y alérgenos naturales. (Ridner, 2008)

5.4 Objetivos de la modificación genética de las plantas

La modificación genética de las plantas persigue 3 objetivos:

• La mejora de rasgos agronómicos, como ciertas características, morfológicas (tamaño del grano, altura de la planta, etc.) y tolerancia a herbicidas o a condiciones ambientales adversas (salinidad, heladas, sequias, etc.) son ejemplos de estas mejoras de cultivos, que actualmente se comercializan en el mundo: soja tolerante a herbicida, maíz y algodón resistente a insectos, papayas resistentes a virus, etc.

• La modificación en la composición de los cultivos, para generar alimentos más sanos y nutritivos, o productos más aptos para determinadas aplicaciones industriales, son ejemplos el desarrollo del arroz, con alto contenido de vitamina A, frutas con maduración retardada.

• El empleo de las plantas como fabricación de moléculas de interés industrial, como medicamentos, vacunas, biopolímeros, etc., en este grupo se incluyen también otras aplicaciones no – alimenticias, de los cultivos transgénicos, como la fitorremediación.

La primera generación de cultivos transgénicos comerciales se centró en la modificación de características de tipo productivas o agrónomas, de decir que permitieran aumentar el rendimiento, se denomina al desarrollo de cultivos transgénicos de segunda generación la modificación de las características relacionadas con la calidad de los productos para uso industrial o de consumo humano o animal, tales como el contenido nutricional y de características del proceso. (Ridner, 2008)

6. Aspectos Legales en Chile

El panorama nacional es confuso y de difícil explicación. En Chile existe la resolución 1523 (del 2001) del Servicio Agrícola Ganadero que permite la siembra de semilleros sólo con fines de exportación, por lo que los agricultores nacionales no pueden utilizar las semillas para obtener el producto final en Chile (SAG, 2013).

Chile no es un país autosuficiente en producción de granos y es un fuerte importador de éstos; o bien de productos derivados de éstos. Se estima que Chile importa más del 50% de sus necesidades de maíz y soja y el principal proveedor es Argentina donde el 100% de la soja sembrada es transgénica y el 92% del maíz. El segundo proveedor es Estados Unidos en que un porcentaje superior al 90% de éstos, son transgénicos. Se debe sumar a esto la importación de subproductos del algodón para la nutrición animal que también es transgénica.

Al no poder los agricultores nacionales sembrar semillas transgénicas para producir y vender en el mercado interno, se merma su competitividad en relación a los agricultores extranjeros que utilizan biotecnología de forma rutinaria. La brecha irá aumentando en la medida que aparezcan nuevos eventos o usos que son altamente atractivos desde un punto de vista agrícola y de los consumidores.

Sin duda los elementos centrales que harán la diferencia para que Chile sea un país desarrollado son la innovación y la sustentabilidad. Es decir, la diversificación productiva y el aumento de valor de nuestras exportaciones son áreas donde la biotecnología agrícola y los cultivos transgénicos pueden contribuir para aumentar la competitividad de nuestros productos.

En este contexto, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) ha trabajado arduamente y con financiamiento público en mejorar a través de la biotecnología (ingeniería genética) variedades de papa para conferir resistencia a bacterias (Erwinia carotovora) y virus (virus Y de la papa y virus X de la papa); melones para introducir resistencia al Virus del Mosaico de la Sandía tipo II (WMV-II); frutales de carozo (duraznos y nectarines) para resistencia a enfermedades virales y con mayor vida post cosecha, y; en vides para conferir resistencia a enfermedades producidas por el hongo Botrytis cinerea. Todos estos casos representan productos de interés para el país (Salazar & Montenegro 2009).

En este mismo sentido, entre los años 2003 y 2007 el estado Chileno financió 35 proyectos biotecnológicos relacionados al sector frutícola. 16 compañías privadas y 19 instituciones públicas fueron financiadas para llevar a cabo proyectos de investigación que involucraban temas de genómica, ingeniería genética, programas de mejoramiento vegetal para introducir resistencia a factores abióticos, identificación genética y trazabilidad de organismos transgénicos. Las principales variedades de frutas en que se trabajó fueron las uvas, cítricos, duraznos y nectarines. Además, en colaboración con el Instituto Forestal, el INIA está llevando a cado estudios sobre el desarrollo de variedades de eucaliptus tolerantes a la sequía. La Pontificia Universidad Católica se encuentra desarrollando variedades de cítricos resistentes a sequía y tolerantes a deficiencias de nitrógeno; papas resistentes a virus; y pino (Pinus radiata) resistente a la polilla del brote (Rhyacionia buoliana) y tolerante a glifosato (Salazar & Montenegro 2009).

Por su parte, como se mencionó anteriormente, a partir del año 2001 en Chile exclusivamente se permite la multiplicación de semillas transgénicas con fines de exportación. La evolución de la superficie sembrada con semillas transgénicas ha crecido considerablemente desde el año 1992 y para la última temporada sobrepasó las 35.500 hectáreas (Gráfico 2). En la temporada 2012/2013 de la superficie total de semilleros transgénicos en el país (35.507 hectáreas), el 82% correspondió a semilleros de maíz (29.244 ha), el 12% a semilleros de canola (4.351 ha) y el 6% a semilleros de soja (1.907 ha). Otras semillas transgénicas que se sembraron en el país correspondieron a semillas de remolacha, tomate, y mostaza parda, las cuales en total representaron menos del 0,0015% de la superficie total de semilleros transgénicos. (BioChile, 2003).

6.1 Los cuatro principios de la bioética

Cada país debe buscar su propia forma de regular el asunto de los alimentos transgénicos para evitar abusos por empresas transnacionales, evitar riesgos y proteger sectores de la agricultura y ganadería vulnerables.

También se puede reflexionar esta temática de acuerdo con los cuatro principios clásicos de la bioética, puesto que pueden ser aplicados a la naturaleza en general, no solo a las relaciones humanas.

De acuerdo con el principio de no maleficencia, el agente moral tiene el deber de no causar daño a terceros. Se debe tener en cuenta la ignorancia sobre las consecuencias que puede suponer en ecología la introducción no controlada de organismos genéticamente modificados, por lo que se está obligado a establecer políticas ambientales y regulaciones sobre el uso de transgénicos.

Bajo el principio de beneficencia (hacer el bien sin esperar nada a cambio), se debe buscar activamente la producción de organismos genéticamente modificados para una agricultura y ganadería sostenible, productiva y saludable, con precios accesibles para las personas sin recursos.

En relación con el principio de autonomía o capacidad, es preciso tener en cuenta que los individuos tienen derecho a saber para tomar decisiones informadas. Sin el etiquetado, los consumidores de los alimentos transgénicos, sin saberlo, pueden violar sus propias restricciones dietéticas y/o religiosas.

Desde el principio de justicia (dar a cada uno lo que necesita), se plantea la distribución equitativa de los beneficios, garantizar una justicia inter generacional respecto del cuidado del ecosistema y la distribución de recursos fruto del trabajo colectivo, y establecer una justicia ambiental en cuanto a penalizar a los agentes de contaminación ambiental. (Yunta, 2013)

6.2 Legislación en Chile

Chile no tiene todavía una legislación que explícitamente prohíba o condicione la comercialización y consumo de alimentos transgénicos. Tampoco tiene un cuerpo jurídico sistematizado, solo disposiciones sectoriales en materia agrícola, de salud, pesca y medio ambiente. Actualmente solo se permite importar semillas transgénicas para su multiplicación en el país y su posterior exportación. El Decreto N° 115 de 2003, del Ministerio de Salud, exige que en el etiquetado de alimentos se informe si corresponde a un organismo que ha sido manipulado mediante biotecnología, pero no menciona específicamente a los transgénicos. (Yunta, 2013)

No siempre los productos transgénicos tienen ventaja en el mercado. Europa, por ejemplo, rechazó la miel chilena por hallarse contaminado el polen con transgénicos. Algunos países en Europa han prohibido el cultivo de transgénicos. (Yunta, 2013)

Marigen Hornkohl, Ministra de Agricultura de Chile, presentó una visión panorámica de los elementos que están en juego tras la “política de cautela” que adoptó el país frente al uso de cultivos transgénicos, y que consiste en una “baja incorporación de cultivos genéticamente modificados”. Es decir, Chile sólo permite la multiplicación de semillas para la exportación. En la actualidad el maíz es el principal cultivos de semillas de exportación. La Ministra enfatizó que para el Gobierno es fundamental considerar las preferencias y sensibilidades de los consumidores de los mercados de destino de los productos alimentarios y agrícolas chilenos frente al tema de los transgénicos. Hay una preocupación por cuidar la imagen comercial del país, a la que se suma las distintas posiciones locales, guiadas por intereses y percepciones disímiles sobre los cultivos genéticamente modificados. El horizonte para Chile –según Hornkohl- es convertirse en una potencia agrícola y alimentaria disponiendo de más y mejores alimentos y ejerciendo actividades económicas en términos amigables con el medio ambiente. (Maite Salazar, 2009,)

Con el objetivo de aportar con argumentos referentes a la necesidad urgente de legislar sobre los cultivos transgénicos en Chile, crear una institucionalidad sobre el tema y desarrollar políticas sobre los organismos genéticamente modificados, Flavia Liberona expuso una serie de elementos sobre el tema como vocera de una organización de la sociedad civil, Fundación Terram. Según Liberona, la única forma de avanzar como país en esta materia, es a través de la discusión pública, abierta y con información confiable que permita confrontar posiciones y establecer acuerdos entre distintos actores. Liberona advirtió que desde que se iniciaron los cultivos transgénicos comerciales, estos han provocado controversia a nivel mundial. (Maite Salazar, 2009,)

6.3 Chile (UPOV)

Chile forma parte de la Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales (UPOV) desde 1996, cuando adhirió al acuerdo según los términos de 1978, y creó un registro de variedades protegidas dependiente del Servicio Agrícola y Ganadero. Actualmente, Chile se subscribe al acta de 1991, del Convenio Internacional para las Obtenciones Vegetales. La diferencia entre el acta de 1978 y la de 1991 es que la primera establece protección solo sobre la propiedad de una semilla o una planta modificada, mientras que la segunda añade la protección de la planta y su fruto y establece mayores plazos y extensión de la protección. UPOV 78 permitía el uso propio de semillas para volver a sembrarlas sin pagar regalías; UPOV 91 representa una legislación privatizadora: una empresa puede monopolizar una semilla e incluso exige que, si otros quieren seguir investigando sobre ella, deban pagarle. Un obtentor, según la UPOV, es la persona o empresa que haya creado o descubierto y puesto a punto una variedad. El obtentor posee el derecho de propiedad intelectual o patente sobre la semilla que haya modificado y quien use esas semillas debe pagar por el derecho de su uso. Para registrar una nueva variedad y ser protegida por el Servicio Agrícola y Ganadero debe demostrarse que es nueva, homogénea, estable y diferenciable. El Servicio otorga el derecho de obtentor, lo que permite comercializarla, garantizando su calidad. Todo país que tenga un material protegido por la UPOV tiene reciprocidad con países miembros, lo que supone facilidad en el intercambio de variedades vegetales. (Yunta, 2013)

6.4 Legislación Actual

La legislación nacional actual reconoce el derecho del obtentor sobre su variedad, otorgándole la exclusividad para multiplicar y comercializar la semilla o planta de la variedad protegida durante la vigencia de la protección. Se permite al agricultor reutilizar en su propia explotación y beneficio la cosecha del material de reproducción debidamente adquirido, pero se le impide publicitarlo o transferirlo como material de reproducción. La UPOV prioriza a los obtentores comerciales, dejando de lado otras obtenciones informales, como los pequeños agricultores, la agricultura doméstica o las obtenciones de los pueblos originarios, bajo el argumento de que los agricultores no cumplen con los requisitos básicos de UPOV, por trabajar en entornos naturales no controlados, como sí lo hacen los obtentores formales dedicados a la comercialización. La legislación chilena necesita considerar el desarrollo agrícola pertinente a los pueblos originarios, de modo de otorgar protección a sus variedades desarrolladas y reconocer y salvaguardar el derecho de los pueblos originarios a sus actividades tradicionales y de subsistencia, contemplados en regulaciones ya establecidas, como el Convenio 169, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y el Acuerdo sobre Aspectos de Propiedad Intelectual aplicados al Comercio (ADPIC).

Actualmente está en trámite en Chile la Ley de Vegetales Genéticamente Modificados (Boletín 4690-01), que trata temas de bioseguridad para la liberación y uso a escala comercial de estos productos en Chile, de manera segura para el ambiente y salud humana. También se halla en trámite la Ley de Derechos de Obtentores Vegetales (Boletín 6355-01). (Yunta, 2013)

7. Soluciones para el consumo de los OGM

Algunas de las soluciones predispuestas por distintos países, y que han sido adquirida por la mayoría de la gente que no quiere consumir OGM, están dispuestos a continuación.

7.1 Normar una ley para la implementación y regularización de los etiquetados en los alimentos transgénicos.

Sería importante dar a las generaciones actuales y futuras una manera más real de conocer los alimentos que estos almacenan en sus casas para el posterior consumo de estos. Lo anterior, debido a que la mayoría de estos son modificados genéticamente por distintos motivos (conservación, mejor aspecto, etc.) e incorporados al organismo sin saber que pueden resultar nocivos para la salud, teniendo en cuenta que los parecieran ser más abundantes los aspectos negativos que los mismos positivos.

Por lo mismo, se debiera garantizar la transparencia de las informaciones entregadas, que se concreta mediante las etiquetas de los alimentos transgénicos. Las etiquetas no solo resultarían ser éticamente correctas para el consumidor, sino, que a través de estas, el consumidor tendría el derecho por ley de conocer lo que se consume y así evitar ciertos problemas como las alergias. (Gafo, 2011)

7.2 Someter a la liberación de los OGM (organismos genéticamente modificados) a estudios obligatorios del impacto ambiental.

Si bien se nombra en la resolución 1523/2001 sobre las normativas de liberación de los OGM que debe considerarse realizar un estudio (declaración y evaluación del impacto ambiental) de los organismos que trabajan con alimentos transgénicos o semillas genéticamente modificadas, esto no se cumple ni se aplica. (Chile, 2000)³³ Debido a que solo se nombra en la normativa. Por lo que una posible solución sería normar obligatoriamente el estudio de la generación de los transgénicos mediante un estudio del impacto ambiental según la ley 19300 sobre condiciones generales básicas del medio ambiente. (Establece normas para la internacion e introducción al medio ambiente de organismos vegetales vivos modificados de propagación, 26/Oct/2010)

7.3 Promover por parte del gobierno de Chile la fomentación más rápida y didáctica de los tratados y normativas sobre el uso de los transgénicos.

Como una acción correctiva a la ignorancia de las personas sobre los OGM que se adquieren en el diario vivir, sería positivo que el gobierno del País fomentara la distribución masiva a través de campañas comunicacionales sobre los componentes de estos alimentos genéticamente modificados. Así se lograría la interacción necesaria entre la información y la decisión de las personas de querer o no adquirir un OGM para su consumo. (Ruiz, 2002)

CONCLUSIÓN

Durante el desenlace de los tópicos estudiados en este trabajo, podemos señalar que los alimentos transgénicos (OGM) tienen una fuerte incidencia en las condiciones en las que viven y se desenvuelven las personas.

Pasando por una fuerte y rápida evolución de los alimentos, podemos darnos cuenta que se trata de un mercado fuertemente impuesto y que nos obliga a consumir en la mayoría de los tiempos alimentos genéticamente modificados que no necesariamente resulta entre dos elementos iguales (tomate-tomate), sino puede ser entre elementos distintos y que a largo plazo resultan perjudiciales para la salud.

Por otro lado, a partir de los presentes desarrollos que la ingeniería genética trae consigo, no es imposible preguntarse ¿hasta dónde se llegará con la modificación y creación de los alimentos? El consumo y convivencia con estos alimentos es una realidad, una realidad de la cual no se cuenta con toda la información necesaria para preguntarse el ¿Por qué consumir estos alimentos?, ¿Por qué no hay fuentes que emitan informaciones? sobre las consecuencias y los cambios que se generan en el interior de los organismos humanos.

Porque si bien tiene aspectos positivos, el contraste que se presenta es múltiple. Pues la generación de enfermedades producidas en el organismo no es algo fuera de rango, es algo visible. Diversos estudios asó lo han señalado, y diversas personas en todo el mundo han alzado la voz para indicar las consecuencias negativas que han adquirido.

También Se puede ver en algunas de las alergias que ya existen con respecto a ciertos alimentos, y que son los mismos consumos de éstos los que han hecho que el organismo no reconozca un verdadero alimento, generando las contraindicaciones.

Por lo mismo, podemos concluir que la información que se nos entrega acerca de los efectos de estos alimentos es mínima, ya que no hay un organismo que regule los etiquetados en Chile. Por lo que cuidar y regular el consumo de estos alimentos debiera ser tarea de todos.

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