Sistema Inmunitario
Jossety2 de Abril de 2013
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POBLACIONES DE LINFOCITOS Y SU ACTIVACION
SISTEMA INMUNITARIO
Nuestro cuerpo está compuesto de distintos, cada uno con funciones especiales.
Por ejemplo, el corazón, las arterias y las venas son parte del sistema cardiovascular que tiene la función de bombear la sangre a todo el cuerpo. El estómago, hígado, páncreas e intestinos son parte del sistema digestivo que tiene la función de digerir alimentos, absorberlos en el cuerpo, y transformarlos en energía. La nariz, garganta y pulmones son parte del sistema respiratorio que tiene la función de llevar oxígeno a la sangre y al cuerpo.
Como estos órganos y sistemas, el Sistema Inmunológico tiene una variedad de tejidos y órganos, cada uno contribuye en alguna manera a las funciones especializadas del Sistema Inmunológico.
1. FUNCIONES DEL SISTEMA INMUNITARIO:
El Sistema InmunoNITARIO tiene 2 principales funciones:
1) reconocer sustancias (también llamadas antígenos) extrañas al cuerpo.
2) reaccionar en contra de ellas.
Estas sustancias (o antígenos) pueden ser micro-organismos que causan enfermedades infecciosas, órganos o tejidos trasplantados de otro individuo, o hasta tumores en nuestro cuerpo. El adecuado funcionamiento del Sistema Inmunológico provee protección contra enfermedades infecciosas, es responsable de rechazar órganos trasplantados, y puede proteger a una persona del cáncer.
Una de las funciones más importantes del Sistema Inmunológico es la protección contra enfermedades infecciosas.
El cuerpo está en constante reto por una gran variedad de micro-organismos infecciosos como bacterias, virus y hongos. Estos micro-organismos pueden provocar una variedad de infecciones, algunas relativamente comunes y normalmente no muy serias, y otras menos comunes y más serias.
Por ejemplo, una persona en promedio tiene algunas infecciones de "gripe" cada año provocadas por una gran variedad de virus respiratorios. Otros virus pueden provocar infecciones más serias en el hígado (hepatitis) o infecciones en el cerebro (encefalitis).
Las infecciones por bacterias más comunes son entre otras, "estreptococo" en la garganta, infecciones de la piel e infecciones en el oído (otitis). En algunas ocasiones una infección por una bacteria puede ser muy seria como cuando afecta la cubierta del cerebro (meningitis) o cuando afecta los huesos.
Cualquiera que sea la infección, ya sea causada por una bacteria, virus u hongo, si es relativamente inofensiva o relativamente seria, si es en la piel, en la garganta, en los pulmones o en el cerebro, el Sistema Inmunológico es el responsable de defender a esta persona contra el micro-organismo invasor.
Un Sistema Inmunológico normal brinda la habilidad de matar al micro-organismo invasor, limitar el área afectada y por último brindar la recuperación.
Un Sistema Inmunológico anormal no puede matar a los micro-organismos. La infección se puede distribuir y si no es tratado puede morir. Por lo tanto pacientes con un Sistema Inmunológico defectuoso comúnmente son susceptibles a infecciones y esto se convierte en su mayor problema.
En algunas personas las infecciones pueden ocurrir no muy seguido y sin consecuencia. En otros, las infecciones pueden ser muy seguidas, y con consecuencias, o provocadas por un micro-organismo inusual.
2. COMPONENTES DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
El Sistema Inmunológico está compuesto de distintos tipos de células y proteínas. Cada componente tiene una tarea especial enfocada a reconocer el material extraño (antígenos) y/o reaccionar en contra de los materiales extraños. Algunos componentes tienen como función única y principal el reconocer el material extraño. Otros componentes tienen la función principal de reaccionar contra el material extraño. Y algunos otros componentes funcionan para ambos, reconocer y reaccionar en contra de materiales extraños.
Como las funciones del Sistema Inmunológico son tan importantes para sobrevivir, existen mecanismos de respaldo. Si un componente del sistema faltara o no funcionara correctamente, otro componente puede hacer por lo menos algunas de sus funciones.
Los componentes del Sistema Inmunológico son:
Linfocitos
Células
LINFOCITOS:
A. Linfocitos B:
Son células especializadas del Sistema Inmunológico (también conocidas como células B) que tienen como función principal producir anticuerpos (también llamados inmunoglobulinas). Los linfocitos B se desarrollan de células primitivas (células madre) en la médula ósea. Cuando maduran, los linfocitos B se encuentran en la médula ósea, nodos linfáticos, baso, ciertas áreas del intestino, y en menos extensión en el fluido sanguíneo.
Cuando las células B se estimulan con un material extraño (antígenos), responden madurando en otros tipos de células llamadas células plasmáticas. Las células plasmáticas producen anticuerpos. Los anticuerpos encuentran su camino hacia el fluido sanguíneo, secreciones respiratorias, secreciones intestinales, y hasta en las lágrimas.
Los anticuerpos son moléculas de proteína altamente especializadas. Para cada antígeno existen anticuerpos moleculares con diseños específicos. Por lo tanto, hay anticuerpos moleculares que embonan, como llave y chapa, al virus del polio, otros que específicamente apuntan a la bacteria que causa la difteria, y otros que son compatibles con el virus de paperas.
La variedad de anticuerpos moleculares es tan extensa que las células B tienen la habilidad de producirlos contra virtualmente todos los micro-organismos en el medio ambiente.
Cuando las moléculas de los anticuerpos reconocen a los micro-organismos extraños, se unen físicamente al micro-organismo e inician una compleja cadena de reacciones involucrando a otros componentes del Sistema Inmunológico que eventualmente destruyen al micro-organismo.
Los nombres químicos para las proteínas de los anticuerpos es inmunoglobulinas o gamaglobulinas. Así como los anticuerpos pueden cambiar de molécula a molécula con respecto a el micro-organismo al que se unen, también pueden variar con respecto a sus funciones especializadas en el cuerpo. Este tipo de variación en función especializada es determinada por la estructura química del anticuerpo, que a su vez determina el tipo de anticuerpo (inmunoglobulina).
• Activación de linfocitos B
Los linfocitos B utilizan para su activación sus inmunoglobulinas de membrana de tal manera que cuando a ellas se unen los Ags, se inicia el proceso de activación de estos linfocitos. Posteriormente proliferan y diferencian a células plasmáticas, productoras de anticuerpos y células de memoria.
Maduración de linfocitos B y reordenamiento de Igs
Los linfocitos B se forman a partir de progenitores linfoides derivados de las células hematopoyéticas primordiales (HSC) mediante lo que se viene en denominar linfopoyesis B. En este proceso, que ocurre en la médula ósea, además de reordenarse los genes de las inmunoglobulinas, se produce la selección del repertorio de linfocitos B no autorreactivos eliminándose aquellos clones que reconocen antígenos propios.
La maduración de los linfocitos B pasa por tres estadios claramente definidos. En el primero, las células más primitivas, células pro‐B no producen Igs, pero expresan moléculas de superficie propias de la estirpe B, tales como CD19 y en ellas produce la recombinación de los segmentos génicos D y J de las Igs. Después se formarán las células pre‐B, que al ser sólo citoplasmática no actúa como receptor y no puede reconocer ni responder a antígenos. En estas células ya se han reorganizado los complejos génico V,D y J de las Igs. El siguiente estadío que corresponde a los linfocitos B inmaduros, se caracterizan por tener ya capacidad de producir cadenas ligeras, que asociándose a las cadenas pesadas forman las inmunoglobulinas de tipo IgM. Por último se forman los linfocitos B maduros que ya expresan las cadenas pesadas mu y delta que, asociándose con las cadenas ligeras, hacen que estas células expresen las inmunoglobulinas IgM e IgD, con la misma región V y consecuentemente la misma especificidad por el antígeno.
Receptor de los linfocitos B
Las inmunoglobulinas de membrana (mIgs) actúan reconociendo y uniéndose a los antígenos mientras que la transmisión de señales se hace con ayuda de las moléculas Ig‐alfa e Ig‐beta que se encuentran asociadas a las mIgs y en su conjunto constituye el receptor simple de los linfocitos B (BCR simple) (Figura, activación BCR).
Los residuos de tirosina de las colas citoplasmáticas de los componentes del BCR poseen tirosinas y pueden fosforilarse por enzimas proteín‐tirosín¬cinasas (PTK), que son de importancia capital en la transducción de señales activadoras al interior de la célula tras la unión del Ag a las mIg. Entre esas PTK se encuentran las moléculas lyn, fyn y blk entre otras (Figura, Activación BCR).
Además existe lo que se conoce como correceptor de células B, que está por las moléculas CD21 (CR2), CD19 y CD81. De ellas, el CD19 posee un alto gran número de tirosinas en el tallo citoplasmático y el CD21 tiene la capacidad de unirse al producto catalítico del complemento C3d. Esto permite que las células B puedan unirse a bacterias que se requieren destruir debido a que ellas poseen en su membrana C3d como residuo de la acción sobre las mismas del complemento. Al conjunto del receptor simple y correceptor
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