ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Tradiciones Y Escuelas De La Teoría De La Comunicación

manolo559 de Abril de 2015

14.488 Palabras (58 Páginas)255 Visitas

Página 1 de 58

TEMA 3

Tradiciones y escuelas de la Teoría de la Comunicación

A. LA APROXIMACIÓN UTILITARISTA: EL FUNCIONALISMO ESTRUCTURAL.

1. Funcionalismo (estructural).

El marco teórico del funcionalismo es el ámbito donde se desarrolla la construcción de la teoría que ve a la sociedad como un sistema complejo (sistema social) cuyas partes funcionan juntas para mantener los procesos esenciales como la solidaridad y la estabilidad.

Este enfoque se ve en la sociedad a través de una orientación a un nivel amplio (macro) de las estructuras sociales que moldean la sociedad en su conjunto, y cree que la sociedad ha evolucionado al igual que organismos (metáfora biológica). Este punto de vista se ve tanto en la estructura social como en las funciones sociales.

El funcionalismo aborda la sociedad en su conjunto en términos de la función de sus elementos constituyentes, a saber, normas, costumbres, tradiciones e instituciones. Una analogía común, como quedó apuntado en el párrafo anterior, es presentar a estos sectores de la sociedad como un organismo vivo cuyos órganos deben mantenerlo con vida y trabajan por el buen funcionamiento del "cuerpo" como un todo.

La biología como modelo para las ciencias sociales se podría decir que se remonta en sus orígenes a las ideas que presentaban la teoría de la evolución, que habían postulado los naturalistas británicos Charles Darwin y Alfred Russell Wallace, cuyos estudios habían tomado como base la obra de su compatriota Thomas Malthus sobre el crecimiento de la población. Además de hacerse eco de los conceptos del positivismo que afirmaba que el único conocimiento auténtico venía dado por el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente podía surgir de la afirmación de las teorías a través de dicho método.

2. Precursores del funcionalismo: Modelo evolutivo de la sociedad.

 HERBERT SPENCER (1820-1903).

Dentro de los precursores del funcionalismo, primeramente nos encontramos con el naturalista, filósofo, antropólogo y sociólogo británico Herbert Spencer que consideraba al evolucionismo filosófico la clave de toda la realidad, la evolución natural es de donde cabe explicar cualquier nivel progresivo: la materia, lo biológico, lo psíquico, lo social, etc. Muchas de sus propuestas quedan recogida en su extensa obra, en varios volúmenes, Principles of Sociology (1874-1896) y como toda su obra la consagra a demostrar la posibilidad de reconstruir la unidad del ser humano a partir de una sola gran ley científica, universalmente aplicable: "La ley general de la evolución".

Para Spencer nada, incluidas las tendencias humanitarias, debe interferir con las "leyes naturales", que implican que el "más apto" es quien sobrevive y los demás perecen. Sin embargo, y a pesar del nombre de sus ideas, Spencer no aceptaba la teoría de Darwin, proponiendo una versión de las tesis de Lamarck, de acuerdo a la cual los «órganos» se desarrollan por su uso (o degeneran dado la falta de uso) y esos cambios se transmiten de una generación a otra. Para Spencer, la sociedad es también un organismo, evolucionando hacia formas más complejas de acuerdo a la «ley de la vida», es decir, de acuerdo al principio de la sobrevivencia del más fuerte, tanto a nivel individual como social, las sociedades pequeñas suelen ser derrotadas o conquistadas por las más grandes.

A criterio de Spencer, la sociedad debe ser considerada como un ser vivo que obedece a esta ley de la evolución, al igual que los organismos biológicos. Para subrayar claramente el vínculo existente entre la evolución biológica y la evolución social, Spencer considera la sociedad como una realidad "supra-orgánica", cuya evolución puede asimilarse, en no pocos aspectos, a la seguida por los seres orgánicos. Así, pues, tras haber demostrado cómo su ley evolutiva se aplicaba en biología y en psicología, Spencer termina por aplicar esa misma ley al desarrollo de las sociedades.

A partir de sus conceptos evolutivos del Estado súper orgánico o última fase del desarrollo, considera a la sociedad como un organismo biológico, concretamente como si fuera un ser humano. En su opinión los puntos de aproximación entre sociedad y organismo se reducen a cuatro:

• El crecimiento, en ambos casos, está acompañado por un aumento en la complejidad de la estructura.

• Ese mismo crecimiento, también en ambos casos, se manifiesta por aumento de volumen.

• Tanto en la sociedad como en todo organismo, hay interdependencia de las partes.

• La vida de la sociedad es mucho más larga que la vida de las células que la componen.

Siguiendo los principios de población de Thomas Malthus, Spencer llegó a conclusión de que la sociedad se enfrenta constantemente a presiones de selección (internas y externas) que la obligan a adaptar su estructura interna mediante la diferenciación (especialización) de funciones.

Más específicamente, Spencer reconoció tres tipos de necesidades o requisitos previos que producen presiones de selección funcionales: las de tipo regulatorio (de control y coordinación), las de carácter operativo, es decir, las de producción de bienes, servicios e ideas y las de distribución de los recursos.

Este modelo evolutivo de una sociedad, a diferencia de la mayoría de las teorías evolutivas del siglo XIX, es cíclico y presenta tres características, a saber:

1. Complicación y diferenciación del sistema social.

2. Estado de ajuste y adaptación, es decir, un estado fluctuante entre el equilibrio y el desequilibrio.

3. Desintegración o disolución.

3. Precursores del funcionalismo: Modelo de supervivencia de la sociedad.

 EMILE DURKHEIM (1858-1917).

Sociólogo, pedagogo y antropólogo francés, considerado uno de los ‘padres’ de la sociología moderna. Dentro de la tradición positivista francesa, Durkheim pensaba que era legítimo emplear el conocimiento científico de la sociedad para intervenir en ella a fin de procurar mejoras sociales; para él la sociedad es un “nivel” de realidad distinto de los sistemas biológico e inorgánico.

Su preocupación sobre el problema de la cohesión social en las sociedades modernas aparece en su tesis doctoral “La división del trabajo social (1893)”. En este trabajo, estableció la diferencia entre solidaridad mecánica y orgánica, referidas a las sociedades simples y a las complejas preguntándose por las razones que garantizan o en cuya ausencia se pone en peligro la cohesión social. Para sobrevivir una sociedad debe mantener estabilidad y cohesión internas.

Según Durkheim en las sociedades simples o preindustriales, donde solo hay una limitada división del trabajo (o un bajo nivel de diferenciación social) los individuos son relativamente intercambiables. En estas sociedades los vínculos están basados en sentimientos comunes y valores morales compartidos por sus miembros; dependen todos de todos y todos comparten una conciencia colectiva, o un sentimiento de pertenencia a esa sociedad que garantiza la cohesión social y su supervivencia. A esto lo llamó solidaridad mecánica.

En las sociedades modernas, con tecnologías avanzadas y gran división del trabajo, los individuos son interdependientes, es decir, dependen unos de otros para satisfacer sus necesidades básicas, con vínculos sociales basados en la especialización. Las sociedades modernas también necesitan de algún tipo de conciencia colectiva: una serie de valores o visiones del mundo comunes y compartidas que actúen como “pegamento social” moderando las aspiraciones puramente egoístas de los individuos y manteniéndoles unidos por encima de sus intereses particulares, pero sin ahogar estos. Es lo que denominó solidaridad orgánica. Cómo conseguir este equilibrio entre las aspiraciones individuales y la cohesión social es uno de los principales temas de reflexión de Durkheim.

En “Las reglas del método sociológico” (1895) Durkheim insistió que la sociología debía basarse en la observación y en la aplicación del método científico (en oposición a la filosofía) y señaló que el objeto de su estudio eran los hechos sociales y no las motivaciones individuales. Los hechos sociales tienen auténtica consistencia social y constriñen o influencian sus acciones (las normas, las instituciones). Durkheim los definió como: maneras de obrar, de pensar y de sentir exteriores al individuo y dotadas de un poder superior por el cual se le imponen. Son parte de la supremacía material y moral que la sociedad tiene sobre sus miembros. Tienen por efecto fijar, instituir fuera de nosotros, determinadas maneras de obrar y determinados juicios, que no dependen de cada voluntad particular tomada separadamente. Por ello centra sus estudios en las instituciones que define como todas las creencias y formas de conducta instituidas por la colectividad.

Insistió en la especificidad del ámbito de lo social. Reclamó su carácter prevalente, subrayando la existencia de leyes propias de la mentalidad colectiva y fija su atención en la realidad específica de lo social: los hechos sociales. Las Reglas básicas para el tratamiento de los hechos sociales son:

• Evitar las prenociones y prejuicios previos.

• Tomar solo como objeto de investigación los fenómenos definidos por sus caracteres exteriores comunes.

• Evitar todo subjetivismo, tomando los hechos por el lado en que se presenten aislados de sus manifestaciones individuales.

4. Precursores

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (96 Kb)
Leer 57 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com