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Ética Farmacéutica


Enviado por   •  25 de Marzo de 2015  •  1.462 Palabras (6 Páginas)  •  330 Visitas

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Ética Farmacéutica.

La agrupación farmacéutica, al editar la Carta de la Farmacia Europea y el código de Deontología, se había inspirado en el Código de Deontología Farmacéutica de la Federación Internacional de Farmacia (FIP). De ahí que recojamos lo concerniente en el Cap. II del Código al que nos estamos refiriendo concretamente en los artículos 6 y 7. En ellos se expresa con claridad el deber de los farmacéuticos a guardar el secreto profesional, exceptuando las derogaciones establecidas por las legislaciones de cada país; evitar discusiones en público, especialmente en la oficina de farmacia, asuntos relacionados con las enfermedades de sus clientes, y cuidar toda alusión que pueda comprometer al secreto profesional en sus publicaciones.

En el XLVI Congreso Internacional de la FIP, celebrado en Helsinki en 1986, el presidente saliente Bedat presentó un nuevo Proyecto de Código Internacional de Deontología Farmacéutica que fue estudiado también por el Consejo de la FIP en la reunión de Amsterdam en 1987.

Códigos de Ética de la Asociación Farmacéutica Americana.

La asociación Farmacéutica Americana, al sentir un gran interés por el éxito y el avance de los profesionales que componen la Asociación, fue consciente de que los conocimientos científicos y técnicos no serían suficientes para proteger, tanto a los farmacéuticos como al público. De ahí que intentase ayudarles en el desarrollo de su tarea con obligaciones morales, suscritas en el Código de Ética de 1852, para el gobierno de su conducta profesional. A través de 6 artículos específica los deberes principales que deben guardarse.

La necesidad de guardar el secreto profesional para el farmacéutico se recoge en el Código de Ética de la Asociación Farmacéutica Americana, adoptado el 17 de agosto de 1922, concretamente en dos capítulos: en el capítulo I, al exponer que “ el farmacéutico tiene que tener presente que si llega a conocer las dolencias que padecen sus clientes o éstos le hacen confidencias sobre las mismas, depositando su honor, no debe divulgar tales conocimientos si no es obligado por la ley”, y en capítulo II, dentro de los deberes del farmacéutico con el médico, recomienda “no discutir con un cliente la eficacia terapéutica de una receta médica, ni revelar detalles de su composición que el médico haya mantenido en secreto”.

Nuevamente es recogido este precepto en el Código de Ética de la mencionada Asociación de 1952, en el que figura dentro de las relaciones que deben existir entre el farmacéutico y el público, al explicitar que el farmacéutico debe guardar las confidencias de sus clientes como si fuese en ellos su honor, no divulgando tales hechos.

Por último, el Código de Ética de la Asociación Farmacéutica Americana fue aprobado en 1969, reformado en 1971 y revisado en 1981. Pues bien, en él se recuerda al farmacéutico el respeto que debe tener a la naturaleza confidencial y personal de los documentos profesionales, exceptuando cuando lo requiera el interés del paciente o la ley, no dando tal información sin la previa autorización.

El secreto profesional, antes que un Derecho, es un deber del farmacéutico respecto al paciente y una garantía también para el enfermo. Este es el entorno dentro del cual se analiza este principio en los códigos Deontológicos Farmacéuticos. Por esta razón en todos ellos se prevén caos de revelación por imperativo legal, en beneficio del paciente o de la salud pública.

Importancia de la moral para el farmacéutico.

Para nuestros predecesores, la moral y el decoro farmacéutico definen la profesión práctica de la farmacia y la moralidad en una primera necesidad para todos los que se dediquen a esta carrera. Como decía Chiarlone, progresa tanto más la clase farmacéutica cuanta más verdad se proporciona al entendimiento y mejor moral a la voluntad, puesto que además de la moral común que debe observar todo hombre puesto en sociedad, en la obligación de mantener una moral severa no ocupa el último lugar la clase farmacéutica.

Una exaltación a la moral constituye el discurso de D. Teodoro Cavallé en el acto de recibir la investidura de Licenciado de Farmacia en la Universidad de Barcelona, al anteponerle a la ciencia de todos los autores y a la experiencia de todos los autores y a la experiencia de todos los prácticos; y el concepto de moralidad junto a los de legalidad, integridad y oportunidad sirven en la Sección de Ejercicio Profesional de La Farmacia Española para exponer las discusiones que en el Colegio de Farmacéuticos de Madrid existían acerca del modo de ejercer la profesión farmacéutica.

Con sobrada razón se considera como abundante fuente de nuestros males la inobservancia de la más severa moral profesional

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