ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ética y Valores


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2017  •  Biografías  •  1.025 Palabras (5 Páginas)  •  169 Visitas

Página 1 de 5

Ética y Valores 8 Docente: Aymer Tijo Rincón LA ETICA COMO “SABER VIVIR BIEN “ Es muy importante iniciar el estudio de la materia advirtiendo que no es lo mismo “vivir bien “que la “vida buena”. El hombre que vive bien o que vive moralmente no es el que comúnmente se llama “un buena vida”. Lo anterior no significa que la vida bien vivida deje por esa razón de ser una vida agradable y en todos los casos una gran vida. El hombre que “vive bien” es el que vive obedeciendo a sus inclinaciones más íntimas, no así “el buena vida” que no obedece a sus inclinaciones más íntimas sino que actúa a merced de su capricho. Miremos un “buena vida”, en este caso un músico, acompañado de baterías y guitarras, platillos y maracas, sintetizadores electrónicos; se agita furiosamente en medio de luces parpadeantes y como enloqueció asume y hace asumir actitudes frenéticas. El espectáculo fue un éxito: millones de pesos ingresan a su patrimonio que destinaran más tarde a satisfacerse con frenesí similar al que desplegara en el momento de la ejecución de la obra. Pero como sucede con la obra, el éxito también termina y la decepción va por partida doble: primero por la privación del éxito, porque una vez que éste termina ya no se tiene, y segundo, porque el éxito, aunque si bien llena algo en el hombre, sin embargo no lo colma plenamente. Veamos otro “buena vida”; nos tocó un hombre que hace de su cuerpo un instrumento de placer sensible, toma licor hasta embriagarse, busca la manera de perpetuar la sensación de placer, se entrega con pasión desenfrenada a todo aquello que le proporcione un bienestar fisiológico y el sentido de su vida lo fija en su locura; pero el cuerpo humano, sensible como es, se vuelve contra la persona y se convierte en fuente de dolor cuando se han sobrepasado sus límites. Un “buena vida” más, es el que se propone vivir al ritmo de sus impulsos, y en buen uso de su propósito cede a sus deseos de pasear cuando debe ponerse a trabajar; Como quiere vivir al natural se irrita ante lo que de acuerdo con su gusto considera inoportuno , y da al traste con lo que le desagrada. Este “buena vida” es el que vive al día, se agita, golpea, hiere y es holgazán. Vivir siguiendo los impulsos inmediatos se asemeja más a vivir como animal que como humano. Podríamos seguir enumerando indefinidamente distintos modos de vida que reflejan tipos humanos similares: el superficial, el egoísta, el que espera una rendición espiritual proveniente de los bienes materiales, etc. Todos estos destinos, que en definitiva significan no enfrentar el problema de comprometerse consigo mismo, se asemejan a un querer tapar el sol con las manos. Puede suceder que quien vive de esta manera llegue a vivir tranquilo durante cierto tiempo, incluso a subir frente a los ojos de los demás sin embargo, el rendimiento de estas ganancias se agota con facilidad y una vez agotadas, dejan incapaz al hombre de encontrarse consigo mismo. Un hombre que no sea capaz de resistir este tipo de soledad no puede ser un hombre feliz, y ello sencillamente porque no ha vivido bien. Vivir bien, por el contrario, es fundamentar todas nuestras acciones en la realidad, de tal forma que sea la realidad la que las dirija y no nuestros caprichos; es también extraer de la realidad lo que no se debe hacer y no al contrario, querer hacer las cosas contrariando las exigencias de la realidad. Vivir bien es tanto como saber que las cosas son y tienen que hacerse como son, porque de lo contrario al hombre, al ignorar al ser de las cosas, lo único que le puede fundamentar sus acciones es su propia inventiva, lo cual conduce a una moral hecha o inventada por uno mismo. Más aun, una gran cantidad de patologías o problemas del espíritu humano residen en la falta de objetividad; de ahí la conexión entre la salud espiritual y el bien vivir, y la conexión contraria, es decir, la enfermedad y el vivir mal o ser “buena vida” como dijimos anteriormente. Es una realidad, por ejemplo, que el hombre necesita comer para poder subsistir; el hombre debe, en consecuencia, extraer su conducta de esa realidad, es decir, debe comer todo lo que necesita para mantenerse en la existencia; pero si el hombre, por capricho, por gula, come más de lo que necesita para mantenerse en la existencia, excediéndose en la cantidad de alimentos, en consecuencia y respetando la exigencia de la realidad, lo que está provocando en definitiva es su propia aniquilación o destrucción. La Ética enseña a “vivir bien” porque se funda en la realidad y tiene su principio en el conocimiento de ella, permitiendo así el conocimiento de las acciones que se ajustan a la realidad, constituyéndose por tanto en fuente de salud para el hombre en todo sentido de la palabra. La Ética es enemiga de la autosugestión (el querer cambiar la realidad) y de la muy común opinión de que las cosas hay que hacerlas porque están mandadas, pues contrariamente a esto, la ética nos enseña cual es la razón por la que las cosas se manda, que no es otra que la de su conexión con la de la realidad. Un hombre que no vive bien puede hacer lo que quiera, sin que se pierda el sentido de su existencia es un hombre que acción tras acción está afirmándose en su propio ser y esa fortaleza que adquiere es como un escudo de acero que le protege de engañarse hasta así mismo, es un hombre que vive seguro de sí, fiado de sí, y no a merced del capricho – aunque sea el propio-, ni del placer; es el hombre que puede aceptar tranquilo el atentado que los demás hagan contra su verdad, es un hombre que no pierde la serenidad ni ante el éxito ni ante el fracaso, pues los coloca en un lugar que les corresponde dentro del plano de la existencia; es un hombre, en definitiva, que puede dar cuenta de su vi

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (5.7 Kb)   pdf (32.3 Kb)   docx (11.8 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com