La desconcentración del Ejecutivo: Definición y objetivos

La desconcentración del Ejecutivo: Definición y objetivos

La desconcentración del Ejecutivo: Definición y objetivos

Nombre del autor - autores

Cristian Mauricio Delgado Delgado - Universidad laica Eloy Alfaro  de manabí

Resumen (Abstract):

La desconcentración administrativa es una técnica legal que implica la transferencia de competencias de un órgano superior a otro inferior dentro de una entidad pública. Su objetivo es aliviar la carga de trabajo de los órganos superiores, lo que conlleva una pérdida de poder y competencias, ya que la cesión de competencias es definitiva. Esta técnica se introdujo por primera vez en la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado de 1957 para abordar la acumulación excesiva de funciones en los órganos superiores y acelerar los procedimientos administrativos.

La desconcentración puede aplicarse en cualquier tipo de administración, ya sea territorial o institucional, siempre que exista una jerarquía que permita la transferencia permanente de competencias de un órgano superior a uno inferior. Aunque en un principio se consideró una alternativa centralista, tiene un valor político importante al cambiar la titularidad de las competencias de funcionarios políticos a funcionarios de la burocracia profesional. La Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado no proporciona una definición precisa de la desconcentración, permitiendo su adaptación a las necesidades específicas de cada entidad. Se diferencia de la delegación interorgánica, que es episódica y revocable.

Cuerpo del ensayo:

Introducción

La desconcentración administrativa es una técnica legal mediante la cual se transfiere la titularidad de las competencias de un órgano superior a otro inferior dentro de una misma entidad pública. Esta práctica tiene como objetivo aliviar la carga de trabajo de los órganos superiores, lo que resulta en una pérdida de poder y competencias, ya que la cesión de competencias es definitiva. La idea detrás de la desconcentración es deshacer la excesiva acumulación de funciones en los órganos superiores, lo que beneficia tanto a la administración pública como a los ciudadanos. Esta técnica se introdujo por primera vez en la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado de 1957, que reconoció la necesidad de aligerar la carga de los órganos superiores y acelerar los procedimientos administrativos al otorgar a los órganos inferiores la capacidad de resolver asuntos administrativos.

Desarrollo de los puntos claves

La desconcentración puede aplicarse en cualquier tipo de administración, ya sea territorial o institucional, siempre y cuando exista una jerarquía que permita la transferencia permanente de competencias de un órgano superior a uno inferior. Aunque inicialmente se consideró como una alternativa autoritaria y centralista a la descentralización, la desconcentración tiene un gran valor político y trascendental. Esto se debe a que, al transferir las competencias hacia abajo en la jerarquía, implica un cambio en la titularidad de estas competencias, pasando de los cargos políticos de alto nivel (como Ministros y Directores Generales) a los funcionarios públicos de la burocracia profesional. Esto puede representar más que un simple reajuste normativo de competencias, ya que también conlleva un cambio cuantitativo en el origen y el estatus de las personas encargadas de ejercer esas competencias.

La Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado no proporciona una definición o regulación precisa de la desconcentración, remitiéndose a las normas que la contemplan. Establece que "la titularidad y el ejercicio de las competencias atribuidas a los órganos administrativos podrán ser desconcentradas en otros jerárquicamente dependientes en los términos y requisitos que prevean las normas de atribución de competencias". Esta flexibilidad permite que las entidades públicas apliquen la desconcentración de acuerdo con sus necesidades y circunstancias específicas.

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