Obra: “El sueño de una noche de verano”
Patricia MuñozSíntesis10 de Agosto de 2025
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OBRA: “EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO”
AUTOR: WILLIAM SHAKESPEARE
(Adaptación libre escolar)
Nombre estudiante: _______________________________________________________________
Personajes:
- TESEO: Duque de Atenas, mandón y orgulloso.
- HIPÓLITA: Prometida de Teseo, fuerte, reflexiva y crítica del poder.
- HERMIA: Joven rebelde, enamorada de Lisandro.
- LISANDRO: Joven romántico, soñador y algo torpe.
- PUCK: Duende travieso, narrador y agente del caos mágico.
ACTO I
Cuadro Único
Escena I
(El escenario representa una sala del palacio de Teseo. Hay columnas falsas, tapices pomposos y un calendario colgado con un círculo rojo en la fecha de la boda. Teseo entra con paso exagerado, mirando su reloj de arena, visiblemente impaciente. Hipólita está sentada, leyendo un libro.)
TESEO: (Contando con los dedos y refunfuñando.) ¡Cuatro días para la boda! Cuatro eternos amaneceres. El tiempo se arrastra como tortuga con reuma. ¡Hipólita! ¿No sientes que las horas se burlan de nosotros?
HIPÓLITA: (Sin levantar la vista.) No, Teseo. Yo creo que el tiempo nos da oportunidad de pensar bien lo que hacemos. Tal vez sea su forma de preguntar: “¿Están seguros?”
TESEO: (Alarmado.) ¿Seguros? ¡Claro que sí! ¡Está todo listo! El menú, los músicos, los fuegos artificiales en forma de corazones… Es el evento del año.
HIPÓLITA: (Con una sonrisa.) ¿Y el amor? ¿Lo tienes igual de preparado? ¿O ese se te quedó fuera del presupuesto?
Escena II
(Entra Hermia, con paso decidido. Lleva una flor en el cabello y el ceño fruncido. Detrás de ella, Lisandro intenta seguirle el paso, pero se tropieza con una alfombra y casi cae de bruces.)
HERMIA: ¡Duque Teseo! Necesito justicia. Mi padre quiere obligarme a casarme con Demetrio, un hombre al que no amo. Pero yo amo a Lisandro. Con todo mi corazón. Y con algo de paciencia, también.
LISANDRO: (Todavía recuperándose del tropiezo.) Y yo la amo a ella. Incluso cuando se enoja y me lanza flores a la cara.
TESEO: (Frunciendo el ceño.) La ley es clara, Hermia. Si no obedeces a tu padre, deberás casarte con quien él elija, hacer votos como monja… o… bueno, lo otro no suena tan romántico.
HIPÓLITA: (Cerrando el libro con firmeza.) ¿Y desde cuándo el amor necesita permiso firmado? No sabía que los corazones debían pasar por notaría.
HERMIA: (Suplicante.) ¿Acaso la libertad no es un derecho? ¿O es solo para los poderosos?
TESEO: (Pensativo.) Es una pregunta difícil. Y lo difícil no cabe en las bodas. Me duele decirlo, Hermia… pero debes elegir.
Escena III
LISANDRO: (Se acerca a Hermia con ternura.) ¿Y si escapamos? Esta noche. Al bosque. Podemos vivir de frutos silvestres y versos improvisados.
HERMIA: (Con una sonrisa emocionada.) ¡Sí! Donde no haya jueces ni decretos, solo estrellas y promesas susurradas.
HIPÓLITA: (Poniéndose de pie.) Quizá ese sea el único lugar donde el amor respira sin miedo.
TESEO: (Suspira, resignado.) Vayan, pues. Pero no quiero saber que terminaron en alguna cueva, escribiendo poemas a las ardillas.
(Lisandro y Hermia se toman de las manos y salen, dejando tras ellos una sensación de esperanza y desobediencia dulce.)
Escena IV
HIPÓLITA: ¿Sabes, Teseo? No le temo al amor. Le temo al poder que intenta disfrazarlo. Tú puedes controlar una ciudad, pero no el alma de una mujer.
TESEO: (Sentándose, cansado.) A veces… ni yo entiendo mis propias leyes. Me gustaría mandar sobre el tiempo, sobre el destino, sobre el corazón... pero siempre se me escapan.
Escena V
(Aparece Puck en un rincón oscuro del escenario. Se ríe en silencio y se dirige al público.)
PUCK: (Narrando con picardía.) ¡Oh, humanos y sus reglas absurdas! Inventan ceremonias, trajes, leyes y amenazas… y aun así tropiezan con una simple mirada. (Ríe.) Pero tranquilos… la noche se acerca, y el bosque los espera. Allí, todo lo serio se vuelve juego. Todo lo ordenado… se revuelve. Y yo… (se inclina) yo seré el responsable de un caos delicioso.
(Puck da una voltereta y desaparece entre las sombras. Su risa mágica resuena mientras la luz se atenúa lentamente.)
ACTO II
Cuadro Único
Escena I
(El escenario cambia. Árboles falsos, ramas colgantes y luces verdes dan vida al bosque. Se escucha el canto de grillos y el aullido lejano de una criatura que nadie toma en serio. Lisandro y Hermia entran tomados de la mano, observando el lugar con mezcla de maravilla y susto.)
LISANDRO: Aquí estamos, mi amor. Naturaleza pura, sin decretos ni duques. Solo tú, yo… y algunos mosquitos con hambre.
HERMIA: (Ríe.) Es mejor que un salón lleno de reglas. Aquí puedo respirar… aunque quizás nos haga falta una manta.
LISANDRO: Dormiremos bajo las estrellas. Si ellas no se quejan, ¿por qué habríamos de hacerlo nosotros?
(Ambos se sientan sobre una manta improvisada con hojas. Se acomodan con ternura. Pero al fondo, entre ramas, Puck aparece con una pequeña botellita en la mano y una mirada traviesa.)
Escena II
PUCK: (Mirando al público, en confidencia.) Ah, los enamorados fugitivos. ¡Qué deliciosos son cuando creen tener el control! Pero esta noche… hay pociones en juego. (Se acerca a Lisandro dormido.) Unas gotitas de este brebaje en los ojos… y al despertar, el corazón saltará hacia la primera cara que vea. Amor instantáneo. ¡Como los comerciales! (Gotea la poción con cuidado.) Listo. ¿Y ahora? A ver quién aparece primero…
(Puck desaparece entre risas. Hermia duerme tranquila, pero Lisandro comienza a moverse inquieto. Entra Hipólita, sola, con linterna y gesto decidido.)
Escena III
HIPÓLITA: (Se habla a sí misma.) No podía quedarme quieta en el palacio. Teseo puede con sus normas, yo prefiero caminar… pensar… entender. (Ve a Lisandro y Hermia durmiendo.) Vaya. El amor también se cansa, parece. Qué dulce se ve todo cuando no hay luces ni público.
(De pronto, Lisandro abre los ojos. Ve a Hipólita y se queda boquiabierto. La poción comienza a hacer efecto.)
LISANDRO: (Levantándose torpemente.) ¿Eres… un sueño? ¿Una reina del bosque? ¿Una diosa de la noche?
HIPÓLITA: (Frunciendo el ceño.) ¿Perdón?
LISANDRO: ¡Olvida lo que dije antes! Hermia fue un ensayo. ¡Tú eres la verdadera obra maestra! (Se arrodilla.) Mi corazón late al ritmo de tus pasos. ¿Puedo seguirte como un ciervo sigue a la luna?
HIPÓLITA: Pero ¡¿qué dices, muchacho?! ¿No estabas escapando con Hermia?
LISANDRO: ¿Hermia? ¿Quién es Hermia? ¡Una sombra! ¡Una nube pasada!
(Hermia comienza a despertarse y escucha la última frase.)
Escena IV
HERMIA: (Sorprendida.) ¿Una qué?
LISANDRO: (Tratando de justificarse.) Hermia, no lo tomes a mal. Es que la noche me ha revelado la verdad. Mi corazón… me estaba mintiendo.
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