Ah de la vida

Neus Gramunt

22/11/2016

CASTELLANO

COMENTARIO DE TEXTO

Ah de la vida

“¡Ah de la vida!”… ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni a dónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

Comentario de texto:

 “Ah de la vida” es un poema incluido en el libro recopilatorio “El Parnaso español y musas castellanas”, del 1648 de Francisco de Quevedo, un autor barroco español que nació el 1580 y murió el 1645 en Madrid, nació en una familia de hidalgos. Nació cojo y con una severa miopía, seguramente por eso tuvo una infancia triste y solitaria. Por eso empezó a leer, además tuvo que sufrir quedarse huérfano de padre a los seis años y que su hermano muriera cuando el tenia once años. Una infancia muy triste que hará que Quevedo lea mucho i se interese por la literatura. Quevedo es el principal representante del Conceptismo barroco, tiene un gran dominio de las letras. El rasgo más característico de Quevedo es su sensibilidad moral, que le levaba a exaltar la justicia, la moralidad, la autoridad, la falsedad y el desorden de las costumbres de su época. Se trata de un poema de género lírico en el que el autor expresa en primera persona su inquietud por el paso del tiempo y la proximidad de la muerte. Góngora era su máximo rival, el principal representante del Culteranismo, otra cara del Barroco. Los temas tratados eran los mismos que en el Renacimiento (el amor, la naturaleza y el paso del tiempo) pero escritos des del pesimismo  y siempre de forma exagerada. No se busca ni el equilibro ni la belleza, sino la sorpresa y la originalidad del autor, nunca la imitación de un canon.

Al autor le inquieta la rapidez del tiempo, de cómo ha abandonado su salud y le angustia la proximidad de su muerte. Está sorprendido de cómo el tiempo pasa i ha pasado sin darse cuenta. El tema de este poema es frecuente en Quevedo y común en la época en la que escribe. Usa el tópico literario “tempus fujit”.

El poema es un soneto endecasílabo. Consta de dos cuartetos y dos tercetos. No se puede establecer con claridad una división temática entre los cuartetos y los tercetos, ya que, al tratarse de un poema lírico, no hay apenas trama argumental. Pero se distinguen que en los cuartetos el poeta expresa su sorpresa y su angustia de que por su edad ya no tiene la misma salud de cuando era joven. En los tercetos Quevedo llega a la conclusión de que la vida es breve y que la infancia y la vejez se juntan, no te das cuenta y de repente, de ser un niño pasas a ser un hombre mayor, de llevar pañales pasas a preparar tu mortaja (indumentaria de los difuntos). La rima es ABBA ABBA CDC DCD, por lo tanto podemos observar que los tercetos son encadenados.

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