Antropología Filosófica (dimensión Corporal, física Y Espiritual Del Hombre)
santiago404421 de Octubre de 2013
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Antropología filosófica
Son muchas las ciencias que estudian al hombre ya sea directa o indirectamente, abordando un aspecto particular de su ser o de sus actividades: biología, medicina, psicología, política, lingüística, entre otras. De un modo genérico, la antropología tiene al hombre como su objeto de estudio. Ahora bien, el término “antropología” puede utilizarse para designar el estudio de los seres humanos desde una perspectiva biológica, o social-cultural o bien filosófica. Entonces, la antropología se divide en tres grandes campos: la antropología física, que trata de la evolución biológica y la adaptación fisiológica de los seres humanos; la antropología social o cultural, que se ocupa de las formas en que las personas viven en sociedad, es decir, las formas de evolución de su lengua, cultura y costumbres; y la antropología filosófica, que estudia al hombre desde la perspectiva de sus principios últimos o aspectos fundamentales de su naturaleza o esencia.
La antropología filosófica es una rama de la filosofía alemana y no de la Antropología científica que, principalmente, se ocupa de las incertidumbres de índole ontológica, centrado su atención en el hombre, tomando en cuenta una variedad de aspectos de la existencia humana, pasada y presente, combinando estos materiales diversos en un abordaje íntegro del problema de la existencia humana. Además, se pregunta por la naturaleza fundamental de su ser, se pregunta lo que diferencia al ser humano de todos los demás seres, cómo se define a través de su existencia histórica, etc. Tales interrogantes fundamentales de la antropología filosófica pueden ser condensadas en una pregunta radical: ¿Qué es el ser humano?
La concepción más compartida para cada respuesta a las preguntas existenciales que se ha planteado el hombre, apuntan hacia un postulado fundamental en que todos los seres humanos, en forma individual, crean un significado propio para dar una esencia y justificar nuestras vidas.
En sí se trata de identificar dónde existen las respuestas evidentes o hipótesis metafísicas; pero algo queda en claro: la antropología filosófica sólo puede dar respuestas relativas, o sea, sujetas a cambios, pues todas las preguntas fundamentales de la existencia humana no tienen una conclusión absoluta.
¿Qué es el hombre?
Por la denominación científica es el Homo Sapiens (hombre que piensa), entonces desde ese punto de vista científico sería una especie animal constituida por los seres humanos, perteneciendo al orden de los primates. Sus capacidades mentales le permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas, matemáticas, escritura, ciencia, tecnología. Ahora desde un punto más espiritual decimos que el hombre es un ser racional compuesto de cuerpo físico y alma, un ser que ama y el mismo que posee un sin número de sentimientos.
¿De dónde venimos?
El proceso de evolución biológica de la especie humana (hominización), nos habla de sus ancestros hasta el estado actual, el ser humano desciende muy posiblemente de una rama de los primates. Ahora desde el punto de vista de la religión fuimos creados por Dios, todo poderoso y omnipotente.
¿Hacia dónde vamos?
El ser humano posee libre albedrio, poder de decisión; pero desde un punto de vista más metafísico todos tendríamos un destino. Allí planteamos más preguntas como ¿Cuál es el fin de la raza humana? ¿Existe una misión para mí?, etc.
¿Qué es la muerte?
Según el punto de vista de la ciencia de la tanatología (1), la muerte es el fin de la existencia del ser, se cumple el ciclo vital de la vida. Pero desde una concepción más espiritual la muerte sería sólo el principio de una nueva vida en un más allá.
Dimensión Corporal
Todo hombre es persona. De acuerdo con la definición clásica formulada por Boecio, la persona es la substancia individual de naturaleza racional. El término "persona" añade un matiz de dignidad. Todo hombre y mujer es persona, y no puede dejar de ser persona o serlo en mayor o menor medida. No existen categorías en el orden personal. En este sentido, conviene no confundir entre sí las categorías metafísicas con las éticas. Teniendo en cuenta la licitud moral de nuestras acciones, podremos ser "buenas" o "malas" personas (según actuemos, o no, de acuerdo con nuestra naturaleza o esencia); pero se trata de una categoría desde la ética que no afecta al orden metafísico u ontológico.
El hombre es un ser social por naturaleza: la sociabilidad es una de sus características esenciales. Para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, el hombre necesita no sólo "coexistir" con sus semejantes, sino "convivir" con ellos, mantener relaciones interpersonales. Por otro lado, todos los hombres obran siempre por un fin: su felicidad. Parece que el sentido de la vida humana está relacionado con el deseo natural de felicidad del hombre y que nunca logra satisfacer. La vida es algo así como un viaje cuya meta es la felicidad; y hacia ese objetivo encaminamos todos y cada uno de los pasos de un itinerario que decidimos libremente. No conocemos la duración de ese viaje pero sí tenemos la certeza de que el viaje tendrá un fin: a diferencia del animal, el hombre tiene conciencia de la muerte. La certeza de la muerte está presente en el horizonte de la vida y se nos presenta no sólo como el final del camino, sino también como un grave obstáculo a ese ansia de infinitud y natural deseo de felicidad.
El drama de la muerte humana nos obliga a plantearnos el sentido o sinsentido de la existencia. Desde la postura propia del materialismo, que considera que el hombre es simplemente un ser estrictamente material, se interpreta que la muerte es el acontecimiento biológico terminal de este ser más evolucionado, pero al fin y al cabo animal, que es el hombre. Sin embargo, existe una larga tradición filosófica que se inicia ya con los pensadores griegos, especialmente Platón, y que afirma la inmortalidad del alma humana. Desde esta perspectiva, se considera que el hombre posee un alma espiritual, un principio inmaterial, que es inmortal; es decir, sobrevive o subsiste tras la separación del cuerpo que implica la muerte. Entre otros argumentos, fundamentan su demostración en la subsistencia e inmaterialidad del alma.
(1) La tanatología, disciplina integral que estudia el fenómeno de la muerte en los seres humanos aplicando el método científico o técnicas forenses, tratando de resolver y enfrentar las situaciones conflictivas que suceden en torno a ella, desde distintos ámbitos del saber, como son la medicina, la psicología, la antropología física, la religión y el derecho.
Corporeidad y alma desde algunas corrientes
LOS GRIEGOS
Estos decían que en el hombre había dos sustancias, una celeste y una impura, alma y cuerpo respectivamente. El alma servía al cuerpo pero cuando había separación este se descomponía porque era impuro, pero el alma era juzgada por los dioses los cuales premiaban virtudes o castigaban sus culpas.
PLATÓN
Discípulo de Sócrates y es justamente quien empieza a formular una distinción entre espíritu y materia, para ello hace una distinción entre el mundo de las ideas y el mundo de las cosas. Las ideas son reveladas por la razón, las cosas son reveladas por los sentidos. A demás de esto también empieza a otorgarles valores opuestos a la materia y al espíritu. El espíritu, lo bueno, lo bello y la materia lo más bajo del hombre.
Alma y cuerpo constituyen dos elementos no sólo distintos, sino irreconciliables entre sí: el cuerpo es la cárcel del alma, el lugar donde ésta se hace esclava de lo material y lo pasional. Dice Platón que el alma es inmortal, por consiguiente el alma sobrevive al cuerpo y al mismo tiempo que es tripartita. La primera parte del alma es la parte superior y es ajena a la corruptibilidad del cuerpo, en esta encontramos todo lo que es la razón y permite la noesis el cual se encuentra en la cabeza. Después de la parte superior viene lo que se llama, parte media o intermedia. Esta se ubica en el pecho y se va a manifestar en lo que se conoce como ímpetu, lo que se mueve. Por último encontramos la parte inferior, dice Platón, que esa parte inferior es múltiple en sus manifestaciones, dentro de esa multiplicidad, van a aparecer el apetito, las pasiones, los deseos eróticos, y dice que esta parte reside en el abdomen. A la parte superior Platón llama “El Alma Racional”, a las otras dos forman lo que es el alma irracional, por consiguiente el alma irracional es corruptible mientras la racional es inmortal, incorruptible.
ARISTÓTELES
Aristóteles, a diferencia de su maestro Platón, le da suma importancia al cuerpo sin disminuir los atributos dados por Platón al alma. Observa Aristóteles que, mayoritariamente, las actividades consideradas propias del alma, no pueden ser llevadas a cabo sin el cuerpo. Por ello, no es probable que el alma sea algo completamente separado al cuerpo. Así pues, el cuerpo y el alma constituyen una única sustancia, y la relación entre ellas dos es igual a la de la materia y forma. El alma es la forma del cuerpo al igual que el cuerpo la materia del alma. La separación de estas dos fuerzas sería la destrucción del ser al cual formaban. Un alma sin cuerpo no es
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