Conflictos Sociales

Alfredo Alberto Falconi Guerrero, Enero 2014

Una revisión en las noticias, las perspectivas de crecimiento del Perú no son nada desalentadoras y las expectativas para este año han empezado con buen pie. De acuerdo al informe “Perspectivas económicas mundiales” publicado por el Banco Mundial (BID) proyecta que la economía peruana tendrá el segundo mayor crecimiento para el presente año y los dos siguientes, superado solamente por Panamá. Se proyecta unas tasas de crecimiento de 5.5%, 5.9% y 5.8% para los años 2014, 2015 y 2016 respectivamente (Economía crecerá 5.5%, 2014). De igual manera el Fondo Monetario Internacional (FMI) coincide en la tasa de crecimiento de este año, pero, el directorio de dicha institución internacional, recomienda acelerar los megaproyectos mineros y las inversiones en infraestructura a fin de incrementar la tasa de crecimiento (como se cita en Hidalgo, 2014). Dicha recomendación del FMI tiene aún mayor relevancia con lo expresado por Fidel Jaramillo, representante del BID en el Perú, en la que indica que “De acuerdo a un estudio del BID, las inversiones en infraestructura deberían llegar por lo menos al 3% del PBI y en el Perú solo está llegando a un 1.5%. Es decir que se está invirtiendo la mitad de lo que sería necesario” (como se cita en Rosado, 2014).

Esta perspectiva y los pasos dados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a mediados del año pasado, mediante la creación de una comisión encargada para destrabar las inversiones, buscando reducir los trámites correspondientes, que en opinión de Eva Arias, presidenta de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, (SNMPE) indica que la estrategia del MEF ha logrado acelerar los capitales en el sector minero (como se cita en La SNMPE considera que estrategia del MEF debería ampliarse a otros sectores, 2014); permiten avizorar el panorama que se va a presentar en temas de conflictos sociales y no solamente por las inversiones mineras o de infraestructura, sino en todos los sectores de negocios presentándose en mayor o menor medida dependiendo del sector.

Pues según la opinión de Jose Carlos Saavedra, analista macroeconómico de Apoyo, indicó que “el crecimiento de la inversión dependerá solamente de los proyectos no mineros de menor tamaño y en diferentes sectores, y que son más sensibles al entorno de negocios y a la confianza empresarial” al referirse al sondeo del SAE de Apoyo Consultoría donde se reveló que el 30% de los 208 ejecutivos de grandes y medianas empresas encuestados declararon que sus empresas acelerarán el ritmo de ejecución de sus proyectos de inversión en los próximos seis meses. El analista también afirmó que “… a partir del sondeo a los clientes de Apoyo, para los empresarios los principales riesgos que podrían afectar sus negocios son los conflictos sociales y las trabas burocráticas” (como se cita en Barja, 2014).

De acuerdo al Reporte N° 118 “Reporte mensual de conflictos sociales – diciembre 2013” elaborado por la Defensoría del Pueblo (Defensoría del Pueblo, 2013) se indica que a nivel nacional existen 216 conflictos sociales con un 78.7% (170) activos y 21.3% (46) latentes; siendo que las regiones que concentran la mayor cantidad en un solo departamento son Áncash, Apurímac y Puno con 27, 23 y 18 conflictos sociales respectivamente. Se resalta que la gran mayoría de conflictos sociales son del tipo socio ambientales relacionados a la actividad minera, estos a diciembre del 2013 representan cerca del 75% de 139 casos dentro del rubro y el 48% de los conflictos reportados a nivel nacional. Por otro lado, de la evolución a lo largo del año pasado de conflictos nuevos versus conflictos resueltos, como se muestra en la Figura 1, y de las fases en las que se encuentran los conflictos activos, como se puede ver en la Figura 2, deja una perspectiva de gran trabajo todavía en materia de capacidad de negociación de los involucrados y con mayor peso en los papeles del Estado y de la Empresa privada.

Figura 1. Frecuencia de los conflictos sociales nuevos versus latentes.

Tomado de “Reporte mensual de conflictos sociales N° 118”, por Defensoría del Pueblo, 2013. Recuperado de http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/conflictos/2014/Reporte-Mensual-de-Conflictos-Sociales-N-118---diciembre--2013.pdf

Figura 2. Conflictos activos según fase – diciembre 2013.

Tomado de “Reporte mensual de conflictos sociales N° 118”, por Defensoría del Pueblo, 2013. Recuperado de http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/conflictos/2014/Reporte-Mensual-de-Conflictos-Sociales-N-118---diciembre--2013.pdf

Para delimitar y aclarar a que nos referimos a conflicto social recurrimos a la definición que da la Defensoría del Pueblo cómo:

Es un proceso complejo en el cual sectores de la sociedad, el Estado y/o las empresas perciben que sus posiciones, intereses, objetivos, valores, creencias o necesidades son contradictorios, creándose una situación que podría derivar en violencia.

La complejidad de los conflictos está determinada por el número de actores que intervienen en ellos, la diversidad cultural, económica, social y política, las formas de violencia que se pueden presentar, o la debilidad institucional para atenderlos, entre otros elementos. (Defensoría del Pueblo, 2014)

Esta definición me parece muy clara y amplia y concordante con la definición dada por la Presidencia del Consejo de Ministros mediante RM-161-2011-PCM; ambas definiciones concuerdan en que el conflicto social es un proceso dinámico. Pues de acuerdo a la investigación realizada por Tanaka, Zárate & Huber (2011), representando al Instituto de Estudios Peruanos (IEP) encargada por la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales de la Presidencia del Consejo de Ministros con objetivo de elaborar una metodología de seguimiento y mecanismos de prevención de los conflictos sociales, la dinámica del conflicto sigue una suerte de secuencia, en la que, si no se solucionan los desafíos de la etapa anterior se pasa a la siguiente, ellas son: necesidades, percepciones, intervención o ausencia estatal, demanda, y acción colectiva-protesta. Es interesante entender esta dinámica o lógica por lo que ampliamos el detalle en los siguientes puntos, de acuerdo como lo expresan los investigadores:

a) En sociedades en desarrollo como la peruana, los conflictos parten de la existencia de necesidades insatisfechas, de percepciones de riesgo o amenaza frente a las cuales se plantea la necesidad de una respuesta,

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