ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Cuento Elena version final


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2015  •  Tareas  •  2.283 Palabras (10 Páginas)  •  203 Visitas

Página 1 de 10

Quién lo diría, fue hace dos años, hace dos que asistí a esa lúgubre celebración, es muy patético el cómo las personas son capaces de presentar tal hipocresía, nadie en esa sala mostraba el mínimo respeto por la persona que se encontraba en el ataúd; no quiero mostrarme insensible, pero cuando eres una persona como él es normal que todo aquel que te rodee solo te sienta desprecio. Sin embargo es tan graciosos como se olvidan que ese desprecio se manifiesta en todo ser, era casi ridículo verlos a todos ahí llorar lágrimas tan perfectamente cristalinas que no podían ser reales. Sin embargo, cuando los veía a todos tocar con tanto el deseo el lujoso ataúd, de un dorado tan irritantemente brilloso como mi despreciable exmarido siempre lo fue se podía apreciar el verdadero motivo por el que todos se congregaron ahí.

 Claro, el motivo para recordar ese día no fue el funeral en sí, si no lo que vino después; al ver a esa mujer y al totalmente prescindible de Alberto no quise más que largarme ¿Por qué tenía yo que estar en la misma habitación que ellos dos?, ¿Qué no era suficiente con el constante recuerdo de su existencia suficiente sufrimiento para mí? En esos momentos solo quedaba recordar lo que mi abuela me dijo “El mundo al ser redondo siempre te devolverá aquello que le arrojes, pero lo hará por la espalda, por donde el hombre menos se lo espera”. Es cierto que nunca tuve derecho a odiar a esa mujer porque sería como odiarme a mí misma; decir que alguna vez ame a Alberto y que su traición fue mi más grande desilusión en la vida solo haría que se me saliera las carcajadas por la mentira tan ridícula, después de todo yo no nací para amar a nada en la vida. Aun así no puedo dejar de sentir que perdí el juego de la lotería de la forma en que menos me lo esperaba y como buena perdedora me hubiera largado a comprar otro boleto, sin embargo algo mucho más grande que yo impedía el siquiera pensarlo.

Alejandro y Amelia estaban a mí lado ese día, si de verdad nací con la ventaja de no amar; esos dos seres, como siempre estuvieron destinados a hacerlo, rompieron paradigmas, a pesar de ser solo un capricho para el marido dorado no pude evitar sentir ese calor al momento de tenerlos por primera vez en mis brazos. Si mi motivo en la vida era no amar, al momento de su primer respiración mi motivo se convirtió en amarlos sobre todas las cosas, a veces sigo odiando a la naturaleza por darnos estos sentimientos tan problemáticos.

Llegaron a causarme tantos problemas que tuve que ir contra todo lo que pensaba y recibir una ayuda de mi boleto fallido para lograr que pudieran explotar todo el potencial que tenían, después de todo como siempre dijo mi madre “Una mujer tan bella como tú debe de ser lo suficientemente inteligente como para nunca trabajar en la vida”. Y así me había funcionado hasta ese fatídico día.

“Dejo destinados todos mis bienes a mi hijo menor Alberto, como muestra de mi entero agradecimiento por todo su apoyo moral en los momentos más difíciles.”

La cara de esa mujer no podía irradiar más felicidad si no fuera porque su mal gusto ya la había llenado de lentejuelas por todos lados. Pero en mi mente solo podía caber una cosa: Amelia ya no podía seguir estudiando. Con Alejandro las cosas eran mejores, consiguió la beca al 100% casi sin esfuerzo y trabajaba medio tiempo para hacer sus gastos ahora que vivía solo, pero la carrera de Amelia era tan exigente que no se podía permitir esos lujos, aun con una beca al 50% las colegiaturas y los libros eran muy caros. Sin embargo eso nunca fue problema para el marido dorado al que solo le puedo escuchar las risas de burla hacia mí. Luego de firmado el divorcio siempre me convertí en la única persona a la que no podía tener en su mano, el vivir tantos años con él hizo que supiera darme cuenta el cómo controlarlo y esas habilidades me fueron útiles en muchas ocasiones, así que sin duda era a la persona que más odiaba y no me sorprende que su odio por mi superará al amor por sus hijos. Claro, si es que alguna vez sintió apreció por alguien que no fuera él o su gordo reflejo.

Lo que pasó luego de salir de la sala está algo nublado en mi memoria, solo recuerdo que esa semana fue tan simple como mi objetivo, hay que eliminar todo lo que me moleste. Podría decir que inventé un plan maestro digno de estar en las novelas más emblemáticas del misterio vanguardista, pero no fue así, a mí siempre me agradó más la simpleza.

Una felicitación a Alberto era lo menos que podía hacer por él y que más bueno para brindar que la carísima botella que compró esa mujer para su absurda fiesta de celebración unos días después, claro que la recomendación que le hizo el abogado del marido dorado trajo ciertas dificultades ¿Quién se iba a esperar que ese vino iba a estar envenenado? Sin duda alguna, la ambición de esa mujer no tenía límites, al final de las investigaciones quedó comprobado que ella obligó al abogado, a base de absurdos chantajes que solo alguien cercano al marido dorado podría hacer, a conseguir y adulterar esa botella. Claro que lo negó todo, pero todos en la fiesta veían como exclamaba que esa botella era exclusiva del heredero máximo, con esa tremenda declaración y el testimonio del abogado no quedaron más pruebas para dejarla encerrada y sin un centavo de la educación de Amelia. Un evento trágico pero conveniente, si tan solo en ese momento no hubiera olvidado que el mundo era redondo.

Todo lo que pasó esté último año no se puede describir con otra palabra que no sea desafortunado, no solo la aparición de ese lúgubre hombre hizo todo nuestro entorno más gris, de por si era fastidioso que todo el esfuerzo se haya gastado para terminar compartiendo el dinero con un supuesto hermano que estaba muerto, sino que las cosas a nuestro entorno empezaron a cambiar, o más bien, en el entorno de Alejandro y Amelia.

Todo fue de mal en peor para ellos, empezando por que las becas fueran removidas así sin más, a pesar de estar entre los mejores en la universidad, luego Alejandro no pudo alquilar más su departamento y lo terminaron despidiendo de su trabajo. Sin embargo lo peor fue para Amelia, empezó a surgir este acosador que no la dejaba vivir en paz ningún momento, comenzaba con acosamiento ligero pero poco a poco Amelia no podía quitárselo de encima y cuando por fin se llegó a lo peor y logramos apartarlo otro más aparecía y por más que lográbamos denunciarlos y encarcelarlos no dejaban de surgir, aún recuerdo como todos tenían la misma mirada fría de satisfacción en su rostro, como si hubieran cometido con un propósito.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (12.8 Kb)   pdf (86.3 Kb)   docx (15.4 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com