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Cultura De Italia


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2013  •  3.163 Palabras (13 Páginas)  •  376 Visitas

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La cultura de Italia es el conjunto de las manifestaciones culturales producidas en territorio italiano. Italia es reconocida por su arte, su cultura y sus numerosísimos monumentos, entre ellos la torre de Pisa y el Coliseo romano; así como por su gastronomía (platos italianos famosos son la pizza y la pasta), su vino, su estilo de vida, su pintura, su diseño, cine, teatro, literatura y música, en particular, la ópera. Todo esto ha creado una considerable italofilia en el mundo.

El Renacimiento

El Renacimiento italiano inició la era del Renacimiento, un período de grandes logros y cambios culturales en Europa que se extendió desde fines del siglo XIV hasta alrededor de 1600, constituyendo la transición entre el medioevo y Europa moderna.

Aunque los orígenes del movimiento confinado principalmente a la cultura literaria, el esfuerzo intelectual y el mecenazgo pueden rastrearse hasta inicios del Siglo XIV. Muchos aspectos de la cultura italiana permanecían en su estado medieval y el Renacimiento no se desarrolló totalmente hasta fin de siglo.

La palabra Renacimiento (Rinascimento en italiano) tiene un significado explícito, que representa el renovado interés del período en la cultura de la antigüedad clásica, luego de lo que allí mismo se etiquetó como la "edad oscura".1 Estos cambios, aunque significativos, estuvieron concentrados en las clases altas, y para la gran mayoría de la población la vida cambió poco en relación a la Edad Media.

El renacimiento italiano comenzó en Toscana, con epicentro en las ciudades de Florencia y Siena. Luego tuvo un importante impacto en Roma, que fue ornamentada con algunos edificios en el estilo antiguo, y después fuertemente reconstruida por los papas del siglo XVI. La cumbre del movimiento se dio a fines del siglo XV, mientras los invasores extranjeros sumían a la región en el caos. Sin embargo, las ideas e ideales del renacimiento se difundieron por el resto de Europa, posibilitando el Renacimiento nórdico, centrado en Fontainebleau y Amberes, y el renacimiento inglés.

El renacimiento italiano es bien conocido por sus logros culturales. Esto incluye creaciones literarias con escritores como Petrarca, Castiglione, y Maquiavelo, obras de arte de Miguel Angel y Leonardo da Vinci, y grandes obras de arquitectura, como la Iglesia de Santa María del Fiore en Florencia y la Basílica de San Pedro en Roma.

Las Bellas Artes en Italia

Pintura

Pintura de la Roma antigua

Los orígenes de la pintura romana se confunden con los de su escultura y de tal modo se hallan en el arte helenista que aún los ejemplares que de él la se conservan, sobre todo, los mejores, se atribuyen hoy a mano griega si bien la escuela llegara por fin a romanizarse. Los procedimientos usados en esta pintura debieron ser el encausto, el temple y el fresco. Sus géneros, el decorativo de vajillas y muros y el histórico y mitológico en los cuadros murales. Y aunque los descubiertos hasta el presente ofrecen más que todo un carácter decorativo llegan a ser verdaderas composiciones pictóricas y se juzga con fundamento que hubo también otros de pintura independiente a semejanza de los actuales de tabla o de caballete. Se cultivaron con dicho carácter decorativo mural el paisaje, la caricatura, el retrato, los cuadros de costumbres, las imitaciones arquitectónicas y las combinaciones fantásticas de objetos naturales constituyendo con estas últimas el género que los artistas del Renacimiento llamaron grutesco, hallado en las ant iguas Termas de Tito y que sirvió al célebre Rafael como fuente de inspiración para decorar las Logias del Vaticano. Destacó también el arte pictórico de la civilización romana en el procedimiento del mosaico, no limitado como hasta entonces, a simples decoraciones de pavimentos sino extendido a cuadros pensiles según lo revelan algunos ejemplares que se guardan en los museos y abrazando en uno y otro caso, asuntos y composiciones históricas. La miniatura sobre pergamino fue otro género que estuvo muy en boga entre los bibliófilos romanos de la época de Augusto, pero de ella no se han descubierto ni se conservan ejemplares anteriores al siglo III de nuestra era.

Pintura Renancentista

Siguiendo la pintura las evoluciones que siguió el arte escultórico, en los periodos de preparación al renacimiento, llegó a la fase perfecta de éste muy poco después que su precursora la escultura, es decir, durante el siglo XV en Italia y ya entrado el siglo siguiente en los otros países. En general, el siglo XV es de iniciación y los siglos XVI y XVII lo son de apogeo para la pintura del renacimiento clásico. Pero en Italia, se inicia ya la decadencia poco después de mediado el siglo XVI por querer los artistas imitar las obras de los grandes maestros anteriores más bien que inspirarse en el estudio de la naturaleza. La decadencia total en los diferentes países corresponde al siglo XVIII siguiéndole cierta restauración a finales de dicho siglo.

Escultura

Escultura de la Antigua Roma

Estatua de Trajano, emperador romano del 98 al 117 a. C.

La escultura en la Antigua Roma, lo mismo que la arquitectura, es original en el espíritu de su finalidad, pero en ella pesan mucho las aportaciones formales etruscas y griegas (helenísticas), siendo de hecho buena parte de la producción escultórica romana copia de originales griegos.

Se conservan muchas esculturas romanas, hechas preferentemente en mármol y en menor medida en bronce u otros materiales (marfil, etcétera), si bien parte de ella está dañada, con partes rotas. Son frecuentes el retrato y el relieve histórico narrativo, en los que los romanos fueron grandes creadores. Hay también muchas esculturas de emperadores romanos.

Escultura renacentista

El llamado Renacimiento clásico reconoce por dos principios fundamentales:

Estudio e imitación de la Naturaleza

Adopción de las formas y maneras clásicas de Grecia y Roma para la interpretación de la misma Naturaleza en el terreno plástico.

El primero de esos principios constituía la base de la escultura gótica y si no fue seguido con toda fidelidad en muchas de sus obras, se hubiera logrado al fin, dadas las vías de progreso que felizmente recorrió dicha escultura, sin necesidad de acudir a los modelos antiguos de Grecia y Roma cuya imitación desvió el curso del arte cristiano. No cabe duda que el arte del Renacimiento

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