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Dos Mundos


Enviado por   •  23 de Marzo de 2020  •  Ensayos  •  2.327 Palabras (10 Páginas)  •  115 Visitas

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Dos Mundos

Había una vez; cuando no había nadie a mi lado, sin ningún lugar al que ir y ningún lugar al que llamar hogar. Mi único amigo era el hombre en la luna y algunas veces él también me abandonaba. Fue en una noche de tristeza, mientras cerraba mis ojos vi una sombra volando en lo alto. Él vino hacia mí con la sonrisa más amable que había visto en mi vida, me dijo que si podíamos hablar por un tiempo. Conforme las horas pasaron me dijo que me prometía que nunca me volvería a sentir solo y desde ese instante comencé a correr lejos de todo lo que me hacía sentir triste, lejos de la realidad en la que vivía.

Desde ese momento él, esa sombra que se apareció en mi cuarto aquella noche se convirtió en uno de mis mejores amigos; me decía que creyera, en él y en mí; ya que juntos volaríamos en una nube verde hacia un hermoso destino. Mientras veía desde lo alto la ciudad que no me quería me di cuenta que finalmente tenía una familia. Pronto llegamos a una tierra que jamás había visto, una isla en la que los deseos se hacían realidad, tranquilamente mis pies tocaron la arena y desde ese día la llamé La Isla de los Sueños.

La primera vez que llegue a la isla me sentí especial, que alguien me amaba y me acompañaba. Pero no todo en la isla podía ser tan perfecto, cuando me adentre en la selva me topé con un espejo que reflejaba mis mayores deseos, sin importar de hace cuanto fueran salían a la luz dejándome frente a una entrada con un letrero que decía “aquí están tus mayores deseos, si quieres saber cómo puede ser tu vida si los siguieras entra; pero cuidado no te apegues mucho a los recuerdos pues puede que nunca encuentres la salida de ellos”. En el instante que leí el letrero me pregunté; cómo alguien querría salir de un lugar en el que puede encontrar la felicidad y sentirse acompañado por el resto de su vida…

Así armándome de coraje decidí entrar, en busca de mi felicidad. Cuando pasé la puerta mi vista se volvió negra, intenté ver que había a mí alrededor; pero todo lo que ví fue un vacío. De pronto una imagen apareció en mi imaginación que decía “estás en tu ciudad; recuerda yo estoy contigo... tu amigo la Sombra”. No recuerdo haber estado sin la habilidad de ver antes de ir a la Isla de los Sueños, pero al parecer mi cuerpo y mi mente sí; sin poder ver logré alistarme y pronto me acostumbre a haber perdido la habilidad de ver, sentí como si hubiera estado así toda mi vida. Conforme salí de mi casa noté algo diferente de pronto mi vista se llenó de colores, después de un momento logré entender que podía ver el alma y los sentimientos de las personas cerca mío; eran como colores que yo sabía leer y saber si alguien tenía un buen día o la estaba pasando mal.

De esta manera, “viendo a las personas” logré llegar a mi colegio. Apenas llegué logré ver que no le agradaba a la mayoría por no poder ver, que muchos me consideraban como una carga que no querían llevar. Pero fue en un momento que vi un color distinto al de todos los demás, de una persona que me observaba desde una esquina con un sentimiento de amabilidad y no de odio; una persona diferente a los demás. En ese momento me di cuenta que posiblemente esta era mi oportunidad de hacer un nuevo amigo o amiga. Lentamente me acerqué sin saber que podría deparar el futuro. Conforme más cerca estaba más podía sentir mis ganas de iniciar una nueva amistad, de tener alguien en quien confiar.

Con el tiempo él y yo nos hicimos muy amigos, como yo no podía ver, mi nuevo amigo se convirtió en mi apoyo y me ayudaba a hacer todas las cosas que yo no podía realizar. Conforme pasaron los días un nuevo sentimiento se comenzó a crear en mi corazón, un sentimiento que nunca había sentido por nadie; amor. Comencé a enamorarme de una persona a la que no podía ver, me encariñe con su forma de ser, de tratar a los demás pero especialmente de la forma en que me trataba cada día. Cada vez que nos veíamos se me parecía a alguien con quien crucé mi camino hace muchos años, pero por mas que intentaba no podía recordar quien era. De una manera sentía que lo conocía y que él me conocía a mí.

Una noche estaba en mi jardín descansando en el zacate, cuando escuché que alguien se acercaba volví a ver, a pesar de que no había recuperado la habilidad para ver supe que era él, me puse de pie y corrí a darle un abrazo. Juntos nos volvimos a sentar en el zacate, yo no podía verlo; pero sabía que él sí me estaba viendo a mí. Fue ahí donde logré ver un nuevo color en su alma, un color que sabía que estaba en la mía; el color del amor… entonces le pregunté si veía un futuro conmigo, su respuesta fue inmediata, sin pensarlo me dijo que sí y me tomó en sus brazos y me dio un beso, después me abrazó y me dijo unas palabras que hace mucho tiempo no escuchaba, me dijo que siempre iba a estar conmigo...

Conforme los días pasaban, nuestro amor se hizo más grande, en el colegio nos pasabamos los tiempos libres juntos, sin importar que yo fuera mayor que él siempre encontrábamos la forma de vernos durante el día. Mientras estuviéramos en el colegio intentamos que nuestra relación se viera solo de amigos, por miedo a lo que los demás podrían decir; pero cuando salíamos no nos importaba lo que los demás pensaran, nosotros éramos lo más importante el uno para el otro.

En un momento todo era perfecto, pero todo cambió muy rápido; llegó un punto en que en el colegio en el que él dejó de llegar a donde habíamos acordado vernos cada día, yo no podía ir a buscarlo pues no a todos les parecía que alguien con problemas de visión anduviera caminando sin compañía por el colegio, así que cada día que no estaba donde habíamos acordado tenía que regresar con lágrimas en los ojos de vuelta a mi clase. Esto continuó durante muchos días, pasaron muchos días en los que solo me senté a pensar en los momentos que habíamos pasado.

Después de una semana de no haber aparecido en el lugar que habíamos acordado, él me buscó y me dijo que lo sentía, que él no quería que los demás lo vieran raro y lo excluyeran. Yo podía ver en su alma un sentimiento de culpa y de tristeza por lo que había pasado, fue ahí donde decidí perdonarlo y que todo volviera a ser como antes. Y así fue, pronto volvimos

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