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EL HAMLET DEL FIN DE MILENIO

romeo1990Tesis3 de Abril de 2014

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HAMLET

EL HAMLET DEL FIN DE MILENIO

LA CRISIS DEL MUNDO DE LA SEMEJANZA POR EL MUNDO DE LA REPRESENTACIÓN, MEDIANTE EL SIMULACRO

“La bibliografía de las disertaciones y estudios sobre Hamlet es dos veces más voluminosa que el listín telefónico de Varsovia. Sobre ningún danés de carne y hueso se ha escrito tanto como sobre hamlet; este príncipe shakesperiano es, sin duda alguna, el más famoso de los daneses. A Hamlet lo cubrió una frondosidad de glosas y comentarios, siendo uno de los pocos héroes literarios que viven fuera del texto, que viven fuera del teatro.”

Jan Kott

PRÓLOGO

(Aparece el Fantasma)

Escribir estas observaciones han significado enfrentarse a algunos fantasmas el fantasma del ser desterritorializado, el del ser que no encuentra su espacio en el mundo, y para quien el mundo tiene algo de podrido (hay algo podrido en Dinamarca) y quien solo encuentra su espacio en el mundo que crea y que necesita crear para él, como un signo de su necesidad vital de supervivir. En ultimas, el fantasma de la locura.

Y el fantasma de la muerte, permanente, suprema, la muerte que ronda cotidiana y triunfante, de forma absurda, en nuestro país.

Muerte, locura y diferencia (exilio o autoexilio), están buscando a un “Hamlet” que trate de reconocerles.

No se tratará de decir algo nuevo sobre Hamlet, se tratará mas bien de vislumbrar como Hamlet, la obra Hamlet, el autor Shakesperare le ha hablado algo a su época y como este algo, resuena en nuestra época.

El procedimiento que se sigue es el de rastrear la imagen-pensamiento inscrita en el texto, dar cuenta de cómo el mundo de la semejanza da paso al mundo de la representación propio del renacimiento y al tiempo, como este se dirige al mundo del orden y de la historicidad como el gran mecanismo, estas ultimas formas del pensamiento, solo como formas que se vislumbran y abarcan lo trascendente, un mas allá, después de la obra, después del disparo.

El mundo de la semejanza, episteme en la historia de la cultura occidental hasta el siglo XVI, aparece necesariamente en la obra de Hamlet y como en “El Quijote”, el mundo de la representación hace su aparición para poner en crisis este primer episteme. Hamlet como un “joven” melancólico (Que no ha resuelto su “complejo de Edipo”), esta sumergido hasta los tuetanos en las verdades del mundo de la semejanza, les guarda pleitesía y veneración, es el héroe que se ve a si mismo no como caballero andante a quien no coinciden las cosas del mundo y que solo en su imaginación las hace coincidir, sino como al personaje trágico que como Edipo tratando de encontrar las verdaderas causas descubre en el mismo, la causa primordial, anagnorisis y peripecia, en el mismo instante. Hamlet se descubre a si mismo como personaje trágico solo cuando sabe que esta herido de muerte y cuando su madre esta envenenada, al igual que Edipo su suerte cambia cuando se reconoce, solo en este instante Hamlet puede ejecutar su acción de venganza (pero allí, mas que acción de venganza una acción de justicia humana y divina), por tanto, el dar su voto por Fortimbras solo confirmará la justeza de su acción y la claridad de los combates humanos en los que ha estado envuelto. Fortimbras es otro Hamlet que perdió a su padre a manos del padre de Hamlet y el circulo de traiciones, odios, venganzas, solo se puede cerrar, restituyendo en el trono a quien le corresponde por derecho propio, por honor y templanza humana. Fortimbras por tanto lejos de ser la figura de un supuesto tirano, que perpetua el mecanismo, es el rey conmovido que sufre al ver que todo el mundo se ha confabulado para que el vea completa y sin que sea por mano propia y manchada, la justicia para con su sufrimiento y su melancolía insatisfecha (hasta ese instante).

El mundo de la semejanza se despliega en Hamlet desde el primer momento, los personajes en esa noche oscura de guardia deben “parecer lo que son”, a riesgo de perder su vida, y cuando el fantasma del padre de Hamlet aparece, esto solo puede ser conveniente (la conveniencia es una de las primeras figuras en las que se constata el pensar de la semejanza) con lo inconveniente, un fantasma en armas solo es conveniente con un mundo en guerra, con un desgarramiento fundacional que requiere un sacrificio, por ello todos buscan a Hamlet para que constate y encuentre la revelación que esta figura encierra, y solo a él le es y le será manifestado su misterio.

Misterio que se encierra en toda la obra mediante la segunda figura del pensar de la semejanza, la emulación, es la clave de todas las interpretaciones que la obra Hamlet ha recibido a lo largo de su existencia, un desentrañar las signaturas, las correspondencias, el sentido oculto y correspondiente mediante una hermenéutica del texto, Dinamarca es una prisión y el mundo también lo es. Dinamarca es al mundo lo que una planta es a las estrellas, en ambos casos, figuras de la emulación.

La analogía es la tercera figura importante en el pensar de la semejanza y cuando aparece la representación dentro de la representación, hace su aparición en la obra, es la analogía la figura que predomina. Teatro del crimen y crimen en la ficción teatral son analogía de una misma ratonera.

La simpatía y la antipatía cuarta figura del pensar de la semejanza atraviesa a Hamlet de cabo a rabo, la teoría humoral tan en boga en la época a sido detectada y hecho notoria en estudios que sobre Hamlet se han hecho, esta teoría humoral solo es comprensible mediante la simpatía y la antipatía de los humores, la melancolía de Hamlet y la soberbia de Claudio la muestran, solo por citar un ejemplo.

La signatura como veremos es la brújula que guia a los personajes en la obra, ellos estan permanentemente buscando comprender e interpretar los signos del mundo. Hamlet por lo tanto se despliega como una signatura que desde dentro esta permanentemente interpretándose. Un Hamlet “Machine” en constante reconocimiento, agotándose y cíclicamente volviendo a desplegarse, un libro del mundo que en cada nueva lectura se desdobla en una dimensión distinta y desconocida. Un interprete constantemente transformado y “disparo”. Disparo y entiendase en terminología de Foucault, herida, trueno, rayo, pliegue del afuera, indecible. Hamlet anuncia extrañamente en su ultima palabra el grito filosófico de la “postmodernidad”. La aventura recomienza, la saga del genio de Stratford-upon-Avon.

Thamer Arana Grajales

By and by is easily said.

(Pronto se dice prontamente(fácilmente))

I

LA ESCRITURA COMO PROCESO

EL HABLA COMO HERIDA

Se habla, solo es posible el se habla, despersonalizar la identidad, des-subjetivizar el individuo o la persona, arrancar una palabra a las máscaras.

Resulta muy difícil decir algo nuevo sobre Hamlet, el epígrafe inicial es contundente y eso, que esta dicho hace ya cerca de medio siglo, mucha mas tinta ha corrido desde entonces y si se tenían posturas críticas, sobre lo que ya se había dicho, ya no se tienen tanto sobre lo que ha aparecido de nuevo. Por lo tanto, no se pretende revisar la crítica, solo desgajar, abrir una herida más, en la lectura-vivencia del texto.

“Hamlet es la obra de las situaciones impuestas”

“Hamlet es una suma de instantes de ruptura con la ambigüedad”

“Hamlet...es....”

Podemos encontrar cuantas interpretaciones en cuanto interpretes queramos...

Se será tautológico. Hamlet es Hamlet.

Su nombre es su destino. Hamlet es el lugar escondido, pequeño, casi sin importancia, que le esta deparado, cambiar el mundo, su mundo. Le toca como un viejo olmo, hablarle al mundo. En la representación deja esta labor a Horacio y suponemos que por Horacio, conocemos y conservamos, la historia, Horacio sería el breve cronista futuro de esta imagen. Pero, Hamlet muere cada día en la escena, y al otro día, vuelve a revivirnos su historia.

Elsinore es una prisión, si, es la prisión del sino, si, y la prisión de la signatura, el amo y señor de vidas e historias. El proceso sinecdótico completo, El sujeto por el espacio, y el espacio por el sujeto.

La obra Hamlet, es una criptografía que se despliega, no en el texto, se despliega en la escena teatral. Shakespeare escribe pensando no en la escritura y lectura de un texto, escribe pensando en la representación y recepción de una obra teatral, escribe en, desde y para la escena, ahí esta su secreto y su trascendencia, desde su tiempo, ya es conciente de lo que varios siglos después va a anunciar la semiótica, la doble referencialidad del texto teatral.

Que dice el texto? Interrogamos al texto, ¿y que nos dice el texto, la obra?. Y vemos que al comenzar, el texto, la obra , esta, ya esta en armas y preparada, y nos pregunta uno de sus personajes: Who’s there?. ¿Quien esta allí?: entre los lectores o los espectadores, o para unificarlos, entre los receptores, y continuando con la criptografía ¿Quién existe? Existe el texto... o existe la representación que es efímera?

La obra responde, el otro personaje responde: Nay, aswer me. Stand and unfold yourself.

No o nada, respóndame usted a mí. Deténgase y descúbrase, revélese, desdóblese... usted mismo.

Ya tenemos los códigos de entrada, la obra al ser interrogada, nos obligará a repensarnos a nosotros mismos, estamos conminados a revelarnos en la obra, igual

...

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