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ENSAYO DEL LIBRO LO BELLO Y LO SUBLIME DE IMMANUEL KANT

dianahb12 de Febrero de 2014

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ENSAYO DEL LIBRO LO BELLO Y LO SUBLIME DE IMMANUEL KANT

Introducción

Este libro trata sobre las observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime, incluyendo aspectos de moral, psicología, descripción de los caracteres individuales y nacionales. Kant aborda la problemática de lo estético, sus observaciones acerca del sentimiento de lo bello y lo sublime con cierto interés para el conocimiento de los orígenes de la estética kantiana. Pero sobre todo enfatiza una serie de delicadas ocurrencias, de certeras observaciones, de agudas críticas, sin el aparato solemne de la exposición didáctica. Se refleja la diferencia de lo bello y lo sublime tanto en sentimientos de horror como de felicidad.

Capítulo I

Sobre los diferentes objetos del sentimiento de lo sublime y de lo bello.

Trata sobre las diferentes sensaciones de contento o disgusto, y no tanto sobre las condiciones de las cosas externas que las suscitan, expresa como cada hombre tiene un sensación peculiar para ser grata e ingratamente impresionado por las cosas.

En este primer fragmento lo que predominan son las críticas acerca de las diferentes sensaciones para Kant. El autor deja bien claro antes de empezar con el tema plenamente, que lo que para uno es bello, para otros puede ser repugnante, y lo que para uno es noble, para otros puede ser esperpento. También aclara que hace todas las comparaciones desde un punto de vista del observador y no del filósofo. Según esto, lo bello y lo noble no pueden convivir dentro de un mismo concepto, es decir, o una cosa es noble o es bella. Lo que no puede ser es ambas cosas. Lo noble (sublime) para Kant conmueve, mientras que lo bello encanta. De esta manera, las altas encinas y las grandes sombras son sublimes, o nobles, mientras que las flores delicadas, como las rosas son bellas. En el caso humano, las personas altas, con semblante rígido son personas sublimes, nobles, mientras que las personas bajitas con carácter de mayor confianza son bellas. Los colores oscuros son nobles, mientras que lo colores claros dan una sensación de vida, de belleza, por lo que son bellos.

Lo sublime -expresa Kant- tiene que ser grande, con pocos adornos, más bien tirando a austero, mientras que lo bello ha de ser pequeño, lleno de adornos y detalles. De este modo, una pirámide Egipcia es sublime porque es grande y tiene pocos adornos, mientras que lo bello correspondería más a la Basílica de San Pedro, que pese a ser grande y majestuosa, está llena de adornos, realizados con materiales como el otro. Por lo tanto es bello.

Un palacio residencial ha de ser sublime porque suele ser grande, mientras que un palacio de recreo es más acogedor, está más decorado, por lo que es bello. En cuanto al tiempo, un largo período pasado es noble, sublime, mientras que uno más corto tiene tendencia a lo bello.

Capitulo II

Sobre las propiedades de lo sublime y de lo bello en el hombre en general

Trata sobre la inteligencia llamada sublime, que hace que nazca el ingenio, lo bello que son virtudes, así como define que la amabilidad es la belleza de la virtud. También destaca que la cortesía y la finura son bellas.

En este segundo fragmento, el autor sigue citando ejemplos de lo que es bello y sublime. Sin embargo, muchos términos se presentan como ambiguos. Para Kant el entendimiento es sublime, mientras que el ingenio es bello. La audacia es sublime y “enorme”, mientras que la astucia es pequeña, por lo tanto bella. La veracidad y la sinceridad son sencillas y nobles. Por otra parte, La gentileza es escasa, por lo tanto bella, mientras que diligencia en el servicio es noble (una cosa es ser gentil, por naturaleza, que es lo bello, y otra cosa es ser gentil porque vives de ello, que es lo noble).

En cuanto a las emociones, según sean bellas o sublimes, se pueden encontrar a dos tipos de personas. Los que buscan compañeros que sean fieles, amables y divertidos, en ellos predomina el sentimiento de lo bello. Por el contrario, las personas que buscan ambición y recompensa, tienen un marcado sentimiento hacia lo sublime. Cuando hay personas que buscan todo eso junto, las mismas tienen un carácter más hacia lo sublime que a lo bello. Pero no solo existen esos dos tipos de sentimientos. Hay un tercero, y dentro de los tres se pueden englobar percepciones como la locura y los esperpentos. El tercero es la extravagancia. La extravagancia tiene un especial toque de locura. Extravagante son los jóvenes, por lo tanto, algo de locura siempre existe en ellos. Kant opina que la extravagancia lleva al esperpento, y el esperpento hace a uno “chiflado”. De allí expresa: «... si es de mediana edad, entonces fanfarrón. Puesto que lo sublime es lo más necesario para la gente mayor, un viejo fanfarrón es la criatura más despreciable de la naturaleza, lo mismo que un joven chiflado es lo más chocante y lo más insoportable». Y además agrega «…las mortificaciones, votos y algunas otras virtudes monacales, son esperpentos. Huesos de santos son esperpentos.... los cuentos de hadas del frenesí francés, son los esperpentos más miserables que nunca se hayan imaginado». Como se puede evidenciar, lo expresado tiene que ver con la crítica que hace Kant al mundo en que vivimos.

Finalmente, Kant propone otra reflexión sobre el valor del honor (comprendiendo casi todos los valores). Dice que este valor está englobado dentro de lo bello. Sin embargo, matiza que la cuestión del honor es un poco relativa. Mientras que no todos los hombres poseen algún tipo de sentimiento bello, casi todos los hombres poseen este don. Alguien tiene respeto por algo, y hace lo que sea para honrarle, por lo tanto es bello.

Capitulo III

Sobre la diferencia entre lo sublime y lo bello en relación recíproca de ambos sexos

Se destaca el sexo femenino como bello sexo, expresando que su figura, en general, es más fina, sus rasgos más delicados y dulces, con un rostro más significativo y cautivante de lo que es el sexo masculino.

En este tercer fragmento sigue con la ambigüedad en lo escrito, sin embargo hay varias cualidades bien expresadas y muy claras. La mujer para ser o parecer bella ha de ser refinada, debe de cuidar sus modales, debe de ser una señora ante cualquier ocasión. Una señora no puede hacer el mal, no por motivos religiosos, sino porque el mal es feo. La inteligencia ha de ser una inteligencia como la del hombre, y esa inteligencia ha de ser bella, no como la del hombre que es una inteligencia profunda.

Kant en esta instancia expresa los posibles grados de belleza en la mujer. Si una mujer tiene unas facciones de la cara que no son feas, entonces es una mujer bonita. Si esas facciones empiezan a ser mejoradas, se dice que la mujer es agradable. Pero si ese rostro es una cosa del otro mundo, entones tiene el tercer grado, el de encantadora. Pero no solo en el aspecto exterior está la belleza, ni mucho menos. Hay parte exterior y parte interior. La segunda suele ser menos conocida, pero en general hay varias características comunes a todas las mujeres. Una mujer que tiene el semblante frío, en la que su mirada conmueve en vez de seducir, es una mujer bella. Pero no bella en cuanto al grado de linda, agradable, encantadora... sino en un amplio sentido. Una mujer también tiene que seducir con su mirada, sin embargo, la que lo hace habitualmente, son las que suelen tener buen prestigio.

En cuanto al hombre, éste siempre ha de ser noble y sabio. También tiene que ser hombre de palabra, es decir, hombres con un claro afecto hacia el honor y la nobleza, sin dejar a un lado el conocimiento y las mujeres tienen que ser siempre educadas, coquetas, bellas, etc.

Capitulo IV

Sobre los caracteres nacionales en cuanto descansan en la diferente sensibilidad para lo sublime y de lo bello

Expresa lo que es el sentimiento de lo bello según las nacionalidades, coincidiendo y defiriendo en opiniones.

En este cuarto y último fragmento habla sobre el sentimiento de lo bello según las nacionalidades. Aquí Kant deja en claro varias ideas según los países. Pone ejemplos de países como Francia o Italia en el que lo común está caracterizado por el sentimiento hacia lo bello. Sin embargo, en Inglaterra, España o Alemania el sentimiento común es hacia lo sublime. El español es serio, callado y veraz. Hay pocos comerciantes en el mundo más nobles que los españoles. Tienen un alma orgullosa y más sentimiento para las acciones grandes que para las bellas. Puesto que en su idiosincrasia hay poco de benevolencia bondadosa y suave, muchas veces es duro, incluso hasta cruel. Tampoco es más altanero ni más mujeriego que otras personas de otros países diferentes.

El italiano parece que tiene un sentimiento mezclado de un español y de un francés. Tienen más sentimiento para lo bello que el primero y más sentimiento de lo sublime para el último.

En cuanto a los franceses, tienen un sentimiento preponderante para lo moralmente bello. Es atento, cortés y complaciente. Se hace muy pronto familiar, es bromista y libre en su trato. Hasta las sensaciones sobre lo sublime en él, que no son pocas, están subordinadas al sentimiento de lo bello y adquieren intensidad solamente por su concordancia con el último. Es ingenioso de muy bueno grado y sacrificará sin pensarlo algo de la verdad a un montón de gente.

El inglés es frío al principio de todo conocimiento y se muestra indiferente con un extraño. Es poco inclinado a los favores pequeños, en cambio, tan pronto como se hace amigo está dispuesto para prestar grandes servicios. Le preocupa muy poco ser ingenioso en el trato o mostrar una presencia cortes, pero sí es en cambio comprensivo y formal. Es un mal imitador, pregunta poco

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