Lo bello y lo sublime (Immanuel Kant)

Lo bello y lo sublime
(Immanuel Kant)

Las sensaciones de contento o disgusto son fruto de la satisfacción de las inclinaciones del ser humano. Pero además, existe un sentimiento de naturaleza más fina, ya que disfruta más largamente, sin saciedad ni agotamiento; ya que es una sensibilidad del alma que lleva al ser humano a superarse.

Este sentimiento se divide en el sentimiento de lo sublime y el sentimiento de lo bello. Lo sublime conmueve y lo bello encanta.

La inteligencia es sublime; el ingenio bello; la audacia es grande, pero sublime; la astucia es pequeña pero bella. Lo sublime infunde respeto y lo bello amor. Kant pone lo sublime con algo que es grande, magnífico, terrorífico, que infunde respeto; mas lo bello como algo pequeño, sencillo, hermoso.

La sublimidad se degenera por lo extravagante, inclinándose a lo monstruoso originando el chiflado; lo bello se degenera por la falta de lo noble, denominándolo frívolo. Kant en estas ideas dice que lo sublime tiene su sencillez al ser magnífico, grande, etc.; pero es un abuso el querer más, ya que esta “ambición” degenerará lo sublime convirtiéndolo en algo monstruoso. En cambio lo bello, su belleza reposa en la nobleza de ser, en su sencillez… pero el querer más, el querer hacerlo extravagante deforma lo bello.

Pasando a la naturaleza humana Kant, Kant dice que lo sublime tiende a algo más fascinador mientras la belleza al inquieto encanto. También menciona que el hombre provisto de la Providencia tiende a realizar bellas acciones sin tener principios, a esto le denomina como virtud adoptada, las cuales son bellas y seductoras; en cambio el que ha trabajado estas virtudes, se le denomina como hombre recto ya que tiene unas genuinas virtudes, las cuales son sublimes y venerables.

El hombre no debe tener su virtud fundamentada en lo “exterior”, lo “superficial” ya que esto con el tiempo se acabará; y perderá sentido; más bien debe tener su virtud fundada en sus principios, para que con el tiempo estos no caigan, sino que se fortalezcan.

También algo que me llama la atención del escrito de Kant, es que cataloga a las personas por su temperamento. Por ejemplo al sanguíneo lo pone como predominante a lo bello, al colérico predominante para lo sublime, el flemático no suelen aparecer ingredientes de lo sublime y de lo bello en un grado apreciable, etc. Como también sus defectos y virtudes. La verdad, no creo que sea la mejor forma de catalogar a todas las personas así, es algo universal, y como siempre hay excepciones.

Sobre las diferencias de lo sublime y lo bello en la relación recíproca de ambos sexos… La verdad no coincido con Kant en varias cosas. Sí las mujeres pueden ser un sexo bello como diría, porque tanto como físicamente como interiormente son bellas, tienen una finura, sensibilidad, etc. Ellas cuentan con un sentimiento innato como dice de lo bello, bonito y adornado; no lo cuestiono; pero ellas también pueden aspirar a todo lo que menciona en cuanto al hombre; ya que somos de la misma especie y tenemos varias cosas en común, y con el pasar de la historia se ha demostrado que son capaces de mucho las mujeres. Bueno también tengo que tener en cuenta el tiempo y la época del escrito, que así en aquel entonces era su forma de pensar y vivir. Tanto también para el hombre; él puede ser capaz de igual “desarrollar” la belleza, en la forma en que Kant la menciona para las mujeres.

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