ENTRE NOSOTROS

ENTRE NOSOTROS

INTRODUCCION

En las cafeterías, en los parques y porque no, en tu casa, invadiendo espacios públicos y tu espacio privado, ellos están entre nosotros, o talvez tu estas entre ellos.  ¿Soy yo? ¿Somos nosotros? ¿Por qué basamos nuestra vida con los demás?

Veo en sus miradas un mundo diferente, quien sabe que pasa por sus mentes, veo psicodelia, locura, un pasado oscuro al igual que sus ojos. Basta ya de divagar tanto, algunas veces mi mente se eleva a lo más alto del cielo y regresarla no suele ser tarea fácil. Enfermedades, ejemplos como el dolor de estómago, vomito o hambre son normales, son síntomas de depresión y ansiedad, tan común en esta raza llamada humanidad, cuando estos individuos enfermos entran en crisis es donde empieza lo divertido.

Homicidios, por placer, por tristeza, por ira, o por diversión, son actos que le consiguen a varias enfermedades mentales, no me podrás mentir en que alguna vez una voz en tu cabeza retumbo en tu subconsciente tanto que te sentiste desesperado, si tu respuesta es no, mientes, como la mayoría, lo sé, es parte del proceso aprender a aceptar pero aun no estás en capacidad de hacerlo.

Pero que bien, ya te estas adentrando a mi mundo, aunque tu cabeza este sutilmente inclinada en señal de confusión, espero no sea de aburrimiento, ahora es momento de concentrarte más, pues solo era un poco de contexto para que comprendas más fácil lo que va a pasar.

CAPITULO I

Vivo en una urbe, hace cuatro años vivo en Bogotá con mis abuelos, mis padres trabajan en el centro de la ciudad en un lugar llamado San Victorino donde realizan actividades de inteligencia y espionaje, también estoy en el negocio de mercancía de contrabando traída desde el continente asiatico, me contacto el FBI y será aceptar la nueva misión que por suerte no me exige cambiar mi residencia, tendré que infiltrarme en una universidad privada a recopilar datos ocultos del negocio oscuro del micro trafico el consumo de sustancias alucinógenas en universidades, como si el FBI no tuviera nada más que ponerme hacer , como si en las universidades no fuera común el consumo de drogas, si hubiera sido solo por eso no lo acepto, lo interesante del caso es encontrar los individuos estratégicos que distribuyen y comercializan, ellos me llevaran a su cabeza y la síntesis del plan es dar de baja al alto mando, o que me den de baja a mí, lo que suceda primero,  suena entretenido, será mejor aceptarlo que quedarme en casa mirando al techo todos los días y levantándome casi al medio día, un dato interesante de esta ciudad es que todos van de aquí para allá y de allá para acá, parece que no se les acabara nunca la energía, ¿Puedes creerlo? Llevo cuatro años aquí y aun no me acostumbro al ritmo, tengo diecinueve años  y asisto a la Pontificia Universidad Javeriana la cual queda ubicada justo al lado del centro histórico capitolino, vivo rodeado de la historia de la séptima, la candelaria y unas cuadras más allá la plaza de bolívar, voy dos semanas de estudio y todavía no encuentro nada extraño en este sitio, los chicos van y vienen como si nada, creía que al entrar me ofrecerían perico, popper, 2C o una chica sexy me diría que sí quiero sexo por lo guapo que soy, pero ninguna de las anteriores.

CAPITULO II

¡Bip! ¡Bip! ¡Bip!

Maldito despertador, me separas de mi adorada cama, ¿Qué más da? Me levanto muy lento de la cama, y me preparo para un nuevo día en la Victoriana, una emoción de vacío en mi estómago se apodera de mí, hoy será un día provechoso.

La clase está a punto de empezar pero el maestro interrumpe para dar un anuncio, ¿Qué será? Y de su boca fina y arrugada sale un majestuoso: -Lauren Claus, ¿Puedes ponerte de pie? Ella es Lauren, su nueva compañera, llego de Boston y espero que todos sean amables con ella, Lauren, estás en tu casa. Y el maestro continuo con la clase, pero yo me perdí desde el primer momento que menciono ese melodioso nombre, Lauren… Lauren… oh Lauren dime porque no llegaste desde la primera clase, la chica tiene algo raro en la mirada, es una diferencia que me atrae, ya lo sé, son sus ojos, busca algo, tiene mirada de águila, no pasa desapercibido ningún movimiento, me pregunto qué tanto busca ella. Un momento, la he visto antes, pero en donde, memoria por favor no me falles, quiero hablarle, ella e intriga, me causa curiosidad, no me parece hermosa aunque si tiene cierta sutileza en su estilo,  ¿Qué tal sea como yo? Perdida en un mundo que va a mil revoluciones por minuto mientras yo voy un paso a la vez, lo primero será saber de dónde la conozco, que situación tan desesperante.

Por fin, la clase acabo, ella toma su morral y sale del salón despavorida, va testeando como cualquier joven, se ve muy seria para su edad, baja las escaleras del edificio deprisa  sin que nadie se percate, la estoy siguiendo, voy a unos escasos pasos de ella. Sigo cada paso, grabo en mi mente cada movimiento,  y justo cuando ella se detiene y  voy a tomar una fotografía mental a esta guapura de mujer, suena un estruendoso timbre.

Ella lo noto y de inmediato se da media vuelta, no puede ser, que vergüenza, siempre lo pongo en silencia, me mira desconfiada y sigue su camino, ya que puedo hacer, esperare la próxima clase con ansias para verla.

• ¿Hola, con quién?
• Delta cinco, te necesito urgente
• ¿Cuál es la urgencia?
• No te la puedo comunicar por este medio, te espero en la zona A
• ¿Al lado del magistrado? ¿Verdad?
• No puede ser, vienes acá hace cuatro años y ahora olvidas donde es, ¡Zona A Delta!
• Ya lo veo alla Gama
• Te noto distraído, ¡Vamos! Hay cosas que hacer

CAPITULO III

No es justo, porque merezco que me llamen la atención, no tengo la culpa de no parecerles un atractivo cliente para los expendedores, te cuento mi querido amigo, tengo un ultimátum de tres semanas para dar resultados, o me sacan del caso lo que no quiero porque si me sacan, no volveré a ver a Lauren, ya es algo más personal. Es momento de empezar la acción.

Ya es mañana de nuevo, puede que sea mi ropa, usare algo más relajado, un saco ancho puede ser, claro zapatillas sucias, dejare de limpiarlas y usare un poco revuelto mi cabello, el espejo no me miente, tengo puro estilo de universitario, ya es el momento, así de seguro me ofrecerán al menos marihuana. Llego a la Victoriana, mis compañeros de clase están reunidos en el pastal, lo mejor será saludarlos y no pasar de largo como suelo hacerlo.

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