El Laberinto De La Soledad
wanabana17 de Enero de 2015
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El laberinto de la soledad
El laberinto de la soledad es una obra que busca cuáles son los orígenes y las causas del comportamiento del mexicano tanto individualmente como colectivamente, y su forma de enfrentar y desafiar al mundo; búsqueda que desemboca en el inconsciente, como origen y causa de la conducta del mexicano.
Trata de cómo se sienten los adolescentes y lo compara con cómo se sientes los pueblos en pleno desarrollo ósea para donde van cuáles son sus prioridades y sus necesidades también plantea el cómo nos sentimos con nuestras debilidades y el por qué nos sentimos inferiores a otros por el simple hecho de no estar todavía a su nivel ya sea cultural, político y económico y por lo tanto dudamos de nuestras capacidades.
Nos explica que por lo tanto el mexicano no es que sea crítico sino que atraviesa por una etapa de reflexión.
Como es que se siente un mexicano en el extranjero y como se cuestiona sobre su persona ósea viven en otro lado y a pesar de llevar ya muchos años en el extranjero siguen usando las mismas ropas y hablen el mismo idioma y tal corriente ha dado como resultado a los pachucos tan conocidos por ser bandas de adolecentes de origen mexicano que no quieren volver a sus orígenes pero tampoco desean fundirse con los norteamericanos ósea que tiene una personalidad ambigua y todo según sus deseos de ser rebeldes y no seguir la corriente de sus compatriotas que radican allá y por lo tanto lo a perdido todo ya que no tiene creencias, costumbre, lengua y solo se tienen a ellos.
Otra cosa es su ropa que no es un uniforme ni nada parecido solo es moda que tiene dos partes por un lado los aísla y distingue y por el otro lado es un homenaje a lo que ellos pretender negar ósea el pachuco es un ser al que le gusto lo que se cree de su persona ese hilo de misterio que se crea a su alrededor por que en esencia el no defiende nada más que su persona pareciera un poco egoísta porque para ellos no hay más que su YO.
Nos explica el porqué del sentimiento de soledad que sienten las personas y que no por eso quiere decir que son inferiores si no al contrario son distintos claro que a veces el ser distinto te conduce a ese sentimiento ya que sientes que como eres
La soledad es la consecuencia del sufrimiento del mexicano por perder contacto con el resto del mundo, y, lo que es más importante, por perder contacto con ellos mismos y con su historia. Un aspecto central en El laberinto de la soledad es la comparación que hace entre la cultura mexicana, que es cerrada, con la cultura norteamericana, que está abierta al exterior. Paz dice que los secretos mexicanos nunca son revelados por miedo a que “el mundo penetre en su intimidad”; es por ello que el mexicano ha deseado permanecer escondido del mundo. Escondiéndose detrás de una máscara, el mexicano se separa, se aleja, del mundo y de los demás pero también se aleja de sí mismo y de su propia identidad. Entre más se aleja el mexicano, más soledad oprime y deprime al pueblo de México.
El mestizaje, producto de la fusión de historias, ha causado confusión y tristeza, ha derivado en varias vertientes culturales que han dado forma a lo que hoy es el mexicano; ya no es el indígena que fue conquistado por el español ni el español que violó a la mujer indígena. El mexicano es el producto de la unión de dos y más culturas; no obstante, este trauma, esta crisis de identidad sigue presente, se debe hacer a un lado este complejo y comprender que este pasado es parte de la historia de México, que no hay razones para permitir que estos episodios sigan cobrando su cuota de sangre. Es necesario comprender que este dramático pasado no es único, que tenemos varios pasados y varias historias y que la Historia de México es precisamente la unión de historias y pasados.
El desconocimiento de la Historia de México, el negarla, el asociarla con una historia de fracasos, de violaciones, de derrotas y de proyectos fallidos hace que el mexicano se pierda en un laberinto de soledad. Para superar este trauma y esta crisis de identidad no se debe copiar otras culturas, pues el sentimiento de inferioridad será evidente para el resto del mundo y también arrancará las raíces y matará a la herencia mexicana. Los mexicanos deben conocer y comprender su historia para entender su presente, deben escapar de su soledad y definir su identidad. Para que el mexicano salga de su laberinto de soledad tiene que arrojar las máscaras que cubren su rostro y convertirse en dueño de sí mismo. Evidentemente la autenticidad convergerá en emancipación y legitimidad.
RESUMEN DEL LIBRO:
El laberinto de la Soledad
Introducción
No son pocos los escritores, es decir: novelistas, cuentistas, periodistas, poetas, guionistas, dramaturgos y todo aquel que se gana la vida con la palabra, quienes opinan que la obra de Octavio Paz, fue la mayor aportación de las letras mexicanas del siglo pasado. Su obra extensa; nunca carente de interés, a menudo sorprende por su claridad narrativa. Cultivó la poesía y el ensayo, pero, como una novela bien estructurada, su obra nos platica algo. Nos lleva de la mano por el camino de la reflexión y la pregunta, del amor y la duda, de la vida y la muerte. Es precisamente, el carácter analítico de su obra, el factor fascinante de su prosa. “El Laberinto de la Soledad”, es un estudio del mexicano, no del criollo ni el mestizo, no del indígena, ni el descendiente de padres o abuelos extranjeros, no del chilango o el jalisquillo, tampoco del jarocho ni del norteño: sino de todos ellos y muchos más. Su vigencia es impactante.
Contiene ocho capítulos y un apéndice en los cuales recorre la historia de México. Sus momentos simbólicos y dramáticos. Su lectura es un deleite.
Capítulo uno.
El Pachuco y otros extremos.
Es curioso como inicia Paz su ensayo: habla sobre el adolescente y su asombroso descubrimiento de sí mismo, que lo lleva por conclusión, a una consciente soledad en el mundo. ¿Qué somos y cómo realizaremos eso que somos? La adolescencia, ese preciso momento en que tomamos conciencia de nuestro ser, es comparado por el autor con los pueblos “en trance de crecimiento”. El México pos revolucionario, dejó un país en etapa reflexiva que necesariamente lo llevó a la autocontemplación. Fue entonces, cuando afloraron distintos niveles históricos que convivían, o se enfrentaban, en un mismo presente. México, estaba hecho de distintas razas, además de las diferentes lenguas, que ya de por sí marcaban una brecha por entender.
Fue en la ciudad de Los Ángeles donde Octavio Paz comenzó su análisis, comparando precisamente al gringo promedio, con más de un millón de mexicanos que ahí radicaban.
Mexicanos que no se mezclan y que se autonombran Pachucos. Es decir, “Bandas de jóvenes generalmente de origen mexicano, que viven en las ciudades del sur, que se singularizan por su vestimenta conducta y lenguaje”. Personas que no quieren volver a su origen mexicano, pero que tampoco quieren pertenecer al sistema americano. El Pachuco, según Octavio Paz, “Es uno de los extremos a los que puede llegar el mexicano”. Siempre marginal, al Pachuco le gusta irritar a la sociedad, entonces, y sólo entonces, el Pachuco encuentra su lugar en el mundo y por lo tanto, su razón de ser. Se siente libre de romper las reglas, de conocer lo prohibido, en pocas palabras, de desafiar al sistema.
Entonces el Pachuco se sabe distinto y por ello, se sabe solo.
Paz niega el supuesto complejo de inferioridad que caracteriza al mexicano. “Sentirse solo no es sentirse inferior sino distinto”, de hecho, la soledad no es una ilusión, es la vida contemplada con los ojos abiertos. La soledad del mexicano, tiene sus raíces en su profundo sentido religioso, y en la muerte, la compañera perfecta de la vida. Sólo en México se rinde culto a la muerte pues se sabe dadora de vida.
La historia de México es la búsqueda de su origen: indigenista, hispanista, afrancesado; México, quiere “volver al centro de la vida de dónde un día, en la conquista o en la independencia, fue desprendido”.
Máscaras mexicanas.
Varias son las facetas del mexicano, ser singular que sin embargo, “siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos también de sí mismo.” Capaz incluso de hacer uso del silencio, además de la palabra, como un instrumento de defensa.
Y a propósito de la palabra, el poeta reflexiona sobre el poder real que la palabra misma ejerce sobre el mexicano. Conceptos como “rajarse”, revelan el grado de machismo que todos llevamos dentro. ¡Puto el que se raje! Otro ejemplo, que sólo en México existe, es el albur. Lenguaje secreto, ingenioso, de fuertes connotaciones sexuales que agrede, reta, y finalmente, termina por demostrar nuestro carácter cerrado frente al mundo.
El mexicano usa máscaras para proteger su intimidad, no le interesa la ajena y por lo tanto, el círculo de la soledad se vuelve a cerrar. L a manera instintiva en la que consideramos peligroso a todo lo que representa lo exterior, tiene su razón si revisamos la historia de nuestro país. Las derrotas se sufren con dignidad. Lo anterior, subraya el autor: “No carece de grandeza”.
Mención aparte sería el caso de la mujer mexicana. Mujer cuyo recato tiene que ser a toda prueba. La vanidad masculina, heredada de los indígenas y los españoles, se regodea bajo la sumisión, económica, moral y social de la mujer. “En un mundo hecho a la imagen del hombre, la mujer es sólo un reflejo de la voluntad y querer masculinos”. Desde luego, que el centro de atención de la mujer es su sexo: “oculto,
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