El arbitraje, y sobre todo el arbitraje internacional

“El arbitraje, y sobre todo el arbitraje internacional, es utilizado ampliamente en el mundo de negocios panameño, tanto por empresas privadas o públicas como por el Estado. Las ventajas que presenta son la celeridad y la confidencialidad y la posibilidad que tienen las partes de elegir a árbitros que tengan un especial conocimiento para resolver temas complejos, como la aplicación de un Derecho extranjero con la posibilidad de que el procedimiento arbitral sea desarrollado en una lengua distinta de la del país en que se desarrolle el procedimiento. La razón por la cual los agentes de comercio internacional acuden esta modalidad de resolución de controversias no es sustraerse a la jurisdicción de los tribunales estatales, sino buscar una decisión rápida, flexible y especializada en la resolución de los conflictos, que evidencia la bondad de anteponer el carácter irrevocable y rápido de la decisión a las garantías propias del proceso judicial en sus sucesivas instancias.”^[1]

Una vez leído lo que el Dr. Arauz señala sobre la importancia del arbitraje, para resolver disputas legales en el sector comercial, que por excelencia es también de carácter civil, podemos aducir que la constitucionializacion de este método alternativo de solución de conflictos, no solo es perfectamente compatible con el ramo civil, sino que es incluso necesario, ya que al ser nuestro país un paraíso para el comercio y la industria, no solo para nosotros, sino también para el resto del mundo; somos el punto de llegada de muchos empresarios e inversionistas que vienen del extranjero a implantar sus grandes, medianas y pequeñas empresas en panamá en búsqueda de dar un fuerte golpe en el mercado latinoamericano y mundial, esto sin tomar en cuenta el gran crecimiento también, de profesionales locales que de igual manera han emprendido en la misión de convertirse en fuertes empresarios. Sin embargo, tomando en cuenta lo anterior dicho, la tasa de conflictos legales entre empresas vs otras personas jurídicas y naturales que se llevan a cabo en las instituciones judiciales del Estado es muy alta; y lastimosamente nuestro país aún percibe mucha burocracia en este tipo de procesos, que incluso pueden tardar años, provocando malestar y grandes pérdidas económicas a las partes dentro de un conflicto. Por lo tanto el arbitraje viene siendo un método que además de ser privado, garantiza mayor rapidez a la hora de resolver disputas legales de carácter civil ya se a de  personas jurídicas o naturales, lo cual la hace una herramienta casi indispensable para la sociedad en que vivimos. Por lo tanto es de suma importancia darle un lugar en nuestra carta magna, dándole jerarquía constitucional a este método de solución de conflictos y que garantice su disponibilidad en el sistema judicial panameño.

El Dr. Arauz también hace énfasis en este punto en su Tesis de Doctorado:  “En este contexto, la constitucionalización del arbitraje privado establecido para la solución de controversias comerciales se originó por la necesidad de crear un instrumento legal que consintiera que las partes en litigio alcanzaran soluciones no obstruidas por la lentitud y morosidad de la administración de justicia.”^[2]

En el mundo actual, en constante desarrollo, competencia, y crecimiento, vienen también a producirse una amplia gama de conflictos, derivados de la relaciones humanas sean estas comerciales, mercantiles, civiles, conflictos que deben solucionarse en los tribunales ordinarios (tribunales civiles), pero ha nacido con la necesidad de una solución más rápida del conflicto, más justa, y como una forma de descongestionar el tribunal ordinario, que el conflicto sea resuelto por alguien más comprometido en el sentido de hacer justicia, no por un juez que nada sabe del fondo del asunto, simplemente se limita al procedimiento conforme a la ley, dictando un sentencia muchas veces injusta para las partes, como una forma de tratar de solucionar el conflicto suscitado en la forma mas conveniente y justa para las partes, ha nacido el juicio arbitral donde prima la autonomía de la voluntad, es decir son las partes afectadas directamente con el conflicto quienes designaran de común acuerdo un juez que conocerá el asunto, y lo resolverá de acuerdo a sus peticiones , a falta de acuerdo en el nombramiento del juez árbitro, lo designa el tribunal ordinario, hay que tener claro que no todos los conflictos se pueden someter a arbitraje, y también que existen arbitrajes forzosos es decir por ley.

...