El encuentro en Chipinque: Una historia de amor, destino y secretos ocultos
AXELROMY Ensayo 5 de Noviembre de 2018
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Torres...... el costo de ser infiel¨¨
Era un domingo por la mañana, Alfredo se dirigía a Chipinque que, a caminar como cada domingo, pero este domingo seria especial, una joven llamo su atención, su cabello bailaba con el viento mientras trotaba rumbo a la meseta, Alfredo iba un poco más atrás, cuando de repente, salió un mapache que la asusto haciéndola tropezar, Alfredo corrió a ayudarla, pues al caer se había lastimado lun tobillo.
Alfredo: hola, te puedo ayudar, vi que caíste muy fuerte.
Elena: ¡me duele! el tobillo, me duele,
Alfredo, permíteme ayudarte, apóyate en mi hombro para salir del camino, ¿dónde está tu carro?
Elena: no tengo, vine con unas amigas, pero ellas se adelantaron.
Alfredo: si gustas te puedo llevar a donde necesites tengo mi auto cerca, por cierto, me llamo Alfredo.
Elena: Si gracias, yo soy Elena, Elena López,
Alfredo, muy bonito nombre, no como el mío......
Elena, mmmmmm. Alfredo suena lindo.
Alfredo: mentirosa…. pero gracias.
Caminaron cuesta abajo por unos minutos hasta el coche de Alfredo.
Elena, Que bonito auto, un mini cooper, ¿pues en que trabajas?
Alfredo: Soy representante de ventas, visito a médicos y farmacias por todo Monterrey.
Elena, que padre, debes de conocer mucha gente y muchos lugares, me gustaría tener un trabajo así.
Platicaron por largo rato mientras Alfredo llevaba a Elena hacia la clínica para que la revisaran, Elena quedo maravillada con Alfredo, se dijo a sí misma, que suerte, en encontrarme a alguien como Alfredo, todo sucede por algo.
Como se han de imaginar, Alfredo y Elena siguieron frecuentándose, idas al parque, al cine, a cenar, hasta que por fin Él se le declaro.
De nueva cuenta fue Chipinque, trotaban juntos y cuando llegaron al sitio donde gracias al mapache, por primera vez se conocieron Alfredo se paró de repente, Elena algo confundida lo ve y cuando regresaba hacia el Alfredo puso una rodilla en el suelo,
Elena: te pasa algo,
Alfredo, si, la verdad si, ya no puedo más......la verdad ya no puedo más,
Ya no puedo seguir con esto.
Elena Extrañada y preocupada y algo temerosa, le pregunta.
Elena: que pasa, me asustas, ¿con que no puedes seguir? ¿Qué te duele?
Alfredo: tengo algo que decirte, y debe ser aquí, no puede ser en otra parte.
Elena aun sin saber que pasa, ve como lentamente Alfredo, se acerca más a ella, tomándola de la mano y sin dejar de mirar sus ojos, se inclina hasta poner una rodilla en el suelo, Elena comienza a llorar…hay un breve silencio, que se rompe con el canto de las aves del lugar, pues comienza a amanecer y entre los primeros rayos del sol, los murmullos del viento, ese viento que juaga con el cabello de Elena, y el canto de los pájaros Alfredo algo nervioso le dice.
Alfredo: Elena tenemos poco tiempo de conocernos, pero la verdad siento que no poder seguir así, la verdad quiero pasar el resto de mi vida con la mujer que en este lugar me robo el corazón.
Elena, no lo podía creer, no se esperaba, aunque la verdad lo ansiaba, habían tocado el tema del matrimonio muchas veces, pero Alfredo decía que no era para él, más, sin embargo, ahí estaba, ese muchacho que hace unos meses era un desconocido para Elena, menciono esas palabras que toda mujer quiere escuchar.
Alfredo, Elena no puedo vivir sin ti, no quiero vivir sin ti, …y sacando una pequeña cajita al momento de abrirla se escuchó......quieres casarte conmigo.
Elena llorando, de felicidad sin pensarlo, se hinco con él y fundiéndose en un beso no hubo que decir más........
Pasaron dos meses y se llegó la fecha, una boda sencilla, solo por Lo Civil, pues Alfredo no quería casarse por la Iglesia, siempre fue un punto de discusión entre los dos, pero Elena era feliz, casada al fin con ese muchacho tan atento que conoció en Chipinque.......
La recepción fue muy animada entre familiares y amigos de ambos, algunos compañeros de Alfredo, entre ellos una señorita que recién se había incorporado a la compañía donde Alfredo trabajaba, Bertha........
Alfredo apenas conocía a Bertha, recién la habían presentado la nueva Gerente de sucursal, Alfredo quería dar buena impresión y la invito a la boda, a decir verdad, a Alfredo no le era indiferente Bertha y al parecer..........bueno ya se enteraran.
Pasaron los días y ya de regreso de su viaje de bodas, Alfredo regreso de nuevo a su rutina, visitando clientes entre Doctores, clínicas, farmacias y una que otra reunión de trabajo, llegando algunas veces tarde, Elena siempre lo esperaba para platicarle su día, entre el aseo de su casa, la visita a su madre y las pláticas con vecinas, ya que ella decidió ser mujer de hogar, dejo la Normal Superior, cambio su sueño de ser Maestra por ser madre, si ¡madre! Alfredo no sabía, pero Elena ya estaba esperando a su primer hijo.
Nació Alejandro, se parecía tanto a Elena, se adelantó un poco, nació antes de lo previsto, y algo enfermizo, frecuentemente Elena despertaba a Alfredo a media noche para llevar al pequeño Alejandro al hospital.
Así transcurrió un año, entre enfermeras y doctores por el pequeño Alex, llegadas tarde de Alfredo por sus constantes reuniones de trabajo o algún viaje de negocios y una que otra discusión por la falta de dinero pues los gastos se incrementaban, un bebe sí que sale caro pensaba Alfredo, quien redoblaba esfuerzos para poder cumplir con sus obligaciones de ahora padre de familia.
Elena, Elena aun así Elena era feliz, pues de nuevo una alegría ilumino su vida, la llegada de Amelia, por fin una hermanita para Alejandro, también muy parecida a su mama, decía la madre de Elena, quien a su ver tenía la felicidad completa,
Alfredo por otra parte, continuaba con parte de su rutina, seguía con sus caminatas en chipinque cada que podía, Elena ya no, pues se quedaba a cuidar de sus hijos, que el tener 2 hijos uno de un año y medio y otra recién nacida no es fácil, ya no se cuidaba tanto, no le quedaba tiempo decía, soy una mama de tiempo completo.
Solo había algo que la tenía un poco intranquila, sentía a Alfredo un tanto distante, sería el trabajo que lo absorbía mucho, o esas juntas hasta tarde, como que las cosas no fluían igual,
Alfredo, era otra historia, desde hace poco más de un año que salía con Bertha, desde que la conoció cuando entro a laborar en su compañía le llamo la atención es por eso que Alfredo no se perdía ninguna junta y se quedaba después para hablar de sus clientes con su nueva Jefa, a ella tampoco le era indiferente y gustosa lo escuchaba, Bertha pensaba para si- hasta que encuentro un hombre interesante, lástima que pronto se casara, pero......... que importa, no soy celosa.
Bertha: disculpa Alfredo, estas seguro del paso que vas a dar, casarse es algo serio.
Alfredo: Ya lo decidimos, y la verdad creo que va a ser bueno para los dos.
Bertha: ósea que no estás muy seguro, piénsalo bien, se te puede ir alguna oportunidad de conocer a alguien interesante ¿no crees?
Alfredo, bueno tal vez a esa persona no le parezca importante que yo este casado.
Llego la boda, y en la recepción cuando presentaba a sus compañeros con su flamante esposa Elena, Bertha no dejaba de observar a Elena,
Berta pensaba- que habrá visto en ella, yo soy mucho mejor, soy más alta, me veo mucho mejor que ella, además creo que le gusto a Alfredo, y la verdad, no me importaría que estuviera casado.
Ya en el baile Bertha pudo bailar con Alfredo, quien la verdad se encontraba algo nervioso por la manera de bailar de Bertha quien aprovechaba cuando alguna pareja los empujara para pegarse más a él, y en una de tantas alcanzo a decirle al oído,
¨ Tienes razón, no me importaría que seas casado ¨
Alfredo se quedó sin habla, la verdad no se imaginaba que Bertha lo viera de esa manera, lo más importante, porque en ese momento, se acababa de casar, mil cosas pasaron por su mente, en ese momento Bertha le volvió a repetir,
Bertha: me escuchaste, no me importaría que seas casado.
Se acabó la música, en ese momento Elena fue hacia ellos pues seguía el partir el pastel y todo lo demás.
Se acabó la fiesta, al día siguiente partieron a su Luna de Miel, los fueron a despedir sus familiares y amigos Bertha entre ellos, quien le dijo a Alfredo antes de que partieran,
Bertha: Cuídese mucho recuerde que lo esperan sus clientes y nosotros también.
Alfredo: muchas gracias, gracias a todos.
Elena: no se preocupe, primero Dios regresamos la próxima semana,
Así fue como partieron entre abrazos de sus amigos y las miradas algo insistentes de Bertha.
Bertha: ya se fueron, bueno, cuando regrese, cuando regrese.
Paso el viaje de bodas, Elena se quedó en casa y Alfredo a regresar al trabajo con cierto interés, en volver a ver a Bertha, serían los tragos pensaba él, bueno a trabajar, su día siguió normal, ya por tarde la secretaria de Bertha se comunicó con Alfredo, indicándole que uno de sus clientes había presentado una queja y necesitaban tocar el tema que lo esperaban a las 7pm en las oficinas, se dieron las
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