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Historia De Amor

AylinAlvarez11 de Enero de 2015

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Era una mañana de sábado, soleada, como cualquier otra. Hermosa, iluminada, había pájaros por todas partes.

Y ahí estaba yo, Aylin Álvarez; me sentía aturdida, triste, vacía, tenía esa sensación de tener un agujero en el pecho. Miraba a tanta gente a mi alrededor y lo único que pensaba era ¿porque yo? ¿Porque soy la única que se siente así? ¿Acaso el dolor era para siempre? ¿Es que nunca se iba a acabar?

El solo hecho de pensar lo que había pasado el otoño pasado cuando mi novio--ahora ex novio-- Marco Sánchez me había dejado por que el ya no me amaba, me hacía estremecer. No me había percatado de que ya estábamos en primavera, se me habían pasado los meses sin que yo estuviera consciente de eso. No recuerdo nada de lo que pude haber hecho en los últimos meses. Mi padre Saúl Álvarez y mi madre Carla Álvarez me habían cuidado y supongo que debieron de estar muy preocupados por mi “conducta” desde el otoño pasado.

Estaba acostada, pero tenía mi mente en blanco no sabía qué hacer, me levante. Baje las escaleras a “desayunar” aunque no sé si de verdad lo hacía. Miré a mis padres, los observaba muy cuidadosamente, me había olvidado de lo hermosa que era mi madre, una mujer alta, delgada, piel blanca, unos labios finos y rosados; y mi padre alto, piel morena, bigote, era guapo. Estaba demasiado aturdida, no sabía si saludar o quedarme ahí parada; entonces me arme de valor y por fin salude.

Buenos días- dije con un hilo de voz. Sentía sus miradas sobre mí no podían creer que yo estaba hablándoles, estaban realmente sorprendidos.

Eh… hola hija- inquirió mi padre sorprendido. Pude notar la sorpresa en el rostro de mi madre pero seguía ahí boquiabierta , hasta que por fin dijo:

Aylin. ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien?- dijo mi madre son sumo interés.

Eh…- dude- sí. De hecho tuve una noche sorprendente- dije entrecortadamente.

El silencio se hizo y de pronto solo se escuchaba el sonido de los tenedores raspando el plato. Me sentía bien, aunque todavía sentía ese agujero en el pecho pero el aturdimiento ya no. ¿Estaba yo soñando? De pronto mi padre dijo algo interrumpiendo así mis pensamientos:

¿Tienes algún plan para hoy? – pregunto mi padre con curiosidad

No. Bueno estaba pensando en ir a visitar a luisa Rodríguez – inquirí. Pude notar sus expresiones pero seguían sin decir una palabra – no les importa si salgo ¿verdad? – Proseguí – creo que me hace falta salir un rato—dije con un hilo de voz. —

No! Claro que puedes salir—repuso mi madre.

Aylin. Yo creo que es una buena idea.-

Al terminar de comer recogí la mesa y lave los trastes. Me metí a bañar.

De camino a casa de luisa Rodríguez, iba viendo el camino y note que todo había cambiado, las calles, los letreros, todo. Al llegar a casa de luisa ella ya estaba afuera esperándome. Al parecer mis padres le habían avisado que iría para allá. Me había olvidado de lo hermosa que era luisa, tenía unos ojos color negro perfectamente delineado, los labios grandes y carnosos, su piel blanca como la cal, una figura sumamente escultural, tenía esa sonrisa traviesa pero cautivadora, era de verdad hermosa.

¿Aylin? ¿De verdad eres tú? Wow que, que sorpresa—dijo interrumpiendo así mis pensamientos. Su voz era realmente hermosa, tenía ese tono como de campanillas.

Sí. si soy yo. o eso creo—dije casi para mí misma. —Wow como has cambiado – inquirí – en fin ¿cómo has estado?

Bien. Bien de hecho súper—repuso – y bien ¿qué te trae por aquí?—

Nada solo quería, o más bien tenía ganas de verte—repuse—espero no haberte interrumpido.

No. Solo estaba con mi primo. —dijo apuntando hacia la puerta—estábamos a punto de ir a ver una película--.

O. lo lamento. Si quieres puedo venir otro día.-- dije con un hilo de voz .

No. De hecho ¿quieres venir?—dijo entusiasmada.

Eh. —dude—claro, creo que será divertido. —repuse finalmente. claro divertido, dije para mis adentros. Escuche a luisa gritarle a su primo para que viniera.

-Aylin, te presento a mi primo Juan Vázquez. —inquirió

Hola. Encantada de conocerte. —repuse un poco enrojecida.

Igualmente.—dijo Juan igual que yo un poco apenado y enrojecido. Nos estrechamos la mano y nos quedamos así durante unos instantes.

Juan era sorprendentemente guapo; tenía unos ojos color café dorado, era alto, tenía unos músculos que a cualquiera dejaban sorprendidos , tenía una piel pálida pero hermosa, una sonrisa que te dejaba suspirando, era realmente guapísimo.

Bien vámonos. —inquirió luisa interrumpiendo así mis pensamientos. Caminamos hacia mi coche ya que el de Juan estaba por algún lugar de Canadá con su padre. Me miraron boquiabiertos al ver mi coche.

Wow! Tienes un porshe 911 turbo. —inquirió Juan muy sorprendido.

¿Aylin de verdad es tuyo?—repuso luisa.

Sí. Me lo regalaron en navidad. —inquirí. No había dado cuenta que tenía un coche hermoso, uno de los más nuevos, con una velocidad sorprendente, un color amarillo encendido, era precioso; puesto a que no había estado “muy consciente” que digamos no me había percatado del coche que tenía en mis manos.

¿Puedo manejarlo?—dijo Juan. Como negarme a esa mirada y a esa sonrisa.

Claro. —repuse.

En el camino hacia el cine íbamos cantando, y en casi todo el camino Juan y yo nos mirábamos. Al llegar al cine nos concentramos en la película; vimos la de crepúsculo, la cual era una historia de amor, fantasía, y acción. Al término de la película nos fuimos a casa de luisa. Al llegar a casa de luisa ella se metió a dormir porque estaba demasiado cansada, nos quedamos Juan y yo solos. No podía creer lo que yo estaba sintiendo, parecía que el agujero de mi pecho había desaparecido, era como si jamás hubiera existido, ese dolor, como si jamás me hubieran roto el corazón el otoño pasado.

Y bien. ¿Piensas volver a venir mañana?—pregunto Juan. Me miraba para ver cuál era mi expresión.

Sí, claro. —repuse.

Y, ¿vives cerca? —pregunto curioso Juan.

Si, vivo a 20 min de aquí. —inquirí. El enarco una ceja.

Valla jamás había oído hablar de ti. —inquirió.

Bueno, no soy muy social que digamos. —repuse. Él se quedó pensativo como si intentara acordarse de algo. El silencio se hizo hasta que por fin dijo:

O. ¿tú no eras la novia de Marco Sánchez? — Me quede helada, no sabía que contestar, de pronto sentí el agujero en el pecho, sentía un nudo en la garganta. Él se dio cuenta de mi reacción y comprendió que me lastimaba hablar del tema o escuchar su nombre.

Sí. yo era su novia. —inquirí.

Wow! Qué suerte la de él. —repuso Juan.

Si tal vez. Bien me tengo que ir. -- inquirí.

Bueno, hasta mañana. —repuso.

Si, hasta mañana. —dije dándole un beso en la mejilla.

Camino a casa no podía pensar en otra cosa que no fuera Juan. Cada mirada de él me hacía sentir cosas en el estómago, era tal lindo. Llegue a casa y mis padres no estaban. Fue una noche corta, sabía que me gustaba Juan pero no quería aceptarlo. A la mañana siguiente me levante temprano, me arregle y baje a desayunar.

Hola. Buenos días. —dije alegremente.

Hola. ¿Cómo amaneciste? —inquirió mi padre.

¿Dormiste bien? — pregunto mi madre.

Si, estupendo. —conteste a los dos. Podía ver sus expresiones, todavía no podían creer que yo volvía a ser la misma de antes.

Voy a salir. No les importa ¿o sí? —pregunte.

No, adelante. — repuso mi madre.

Me alegro de que vuelvas a ser la misma de… -- dijo mi padre. No completo la frase pero yo sabía cuál era. Enarcé una ceja.

Papá, por favor no menciones nada sobre eso de ¿acuerdo? —le dije con un hilo de voz.

Está bien Aylin. No era mi intención.

Nosotros iremos de compras. —dijo mi madre.

A okey. — repuse inmediato.

Terminamos de comer y cada quien se retiró. De camino a casa de luisa, iba pensando en lo de ayer, ¿acaso esto era el comienza de algo nuevo? ¿Estaría bien intentarlo? ¿Qué pasaría si pasara lo mismo que paso con mi ex novio? ¿Volvería a deprimirme? El solo hecho de pensarlo me hacía estremecer. Todo estará bien dije para mis adentros, no te preocupes, recuerda lo pasado pasado, pensé. Llegue a casa de luisa.

Hola. —me saludo luisa.

Hola.

Qué onda. —inquirió Juan. — Wow que hermosa te ves hoy. —dijo. Pude sentir como me enrojecía.

Gracias, que lindo. —dije. No podía creer lo guapo que era Juan, esos ojos que hacían que mi corazón latiera desbocadamente. No quería verlo a los ojos porque sabía que me perdería en ellos.

Y bien, ¿cuál es el plan para hoy para hoy? —pregunte curiosa.

Bueno yo me siento mal, tengo gastroenteritis, así que no puedo salir, ¿porque no vas con Juan de excursión o algo así? —inquirió luisa tan bajo que muy apenas y pude escucharla.

Sí. Bueno a mí me parece buena idea. —contesto Juan.— ¿qué te parece ir de excursión? —pregunto.

Genial. —repuse inmediatamente.

Juan me tomo de la mano y nos despedimos de luisa. Durante el camino íbamos platicando sobre luisa, de pronto solo se escuchó el rugido de mi coche. Al llegar al bosque de la push, nos bajamos y caminamos.

Y, ¿tienes novio? —pregunto tratando de ocultar su curiosidad.

No. -- repuse. ¿Porque me preguntaba eso? ¿Acaso yo le gustaba?

Aylin, me gustas y quisiera conocerte más.

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