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Historia De Amor


Enviado por   •  19 de Agosto de 2014  •  2.919 Palabras (12 Páginas)  •  219 Visitas

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“La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”.

- Gabriel G. Márquez.

Hay quienes dicen que para vivir, hay que amar, algunos solo afirman que para existir, tenemos que amar. Yo, pensaba de la misma manera, aunque a ciencia exacta y firme, me he dado cuenta que para amar, hay que vivir, vivir en compañía de algún semejante que le encuentres algo bello todas las mañanas al despertar y por la noches al dormir, borres todo aquello que te parezca malo.

Me permito, ya que es el fin, mencionar que todas las mañanas me enamoró de una sola mujer. Y que sin temor a equivocarme, es la única femenina en mi corazón y mente. Te amo con todo mi corazón, Mariana García Mérida.

Déjame mostrarte cada mañana qué parte de la lista de “cosas que tengo que hacer antes de morir” ocupas tú; la numero 1 sin duda. Que denominé… “Busca alguien a quien amar durante muchos años”.

Lo hago, con gusto y por convicción. Cuando las personas comunes aman, tienden a perder la inteligencia. Cuando decidí amarla, lo hice de una manera inteligente, sin olvidar que mi cerebro manda al corazón, sin dejar de repetirme que todos los amaneceres quiero respirar su aire una y otra vez. Porque las estaciones del año cambian, las canciones en radio cambian, pero mi amor hacia ti no cambia. Tal vez crece, pero la raíz del pequeño chico enamorado siempre está ahí.

YO

Nacido de la mejor madre que puede existir, una mujer llena de enseñanzas y sabiduría. Por allá del 2 de marzo de 1995 nací, en un hogar lleno de esperanza y riquezas espirituales. Como cualquier niño promedio mexicano, crecí. Lleno de penas y dudas existenciales, soñando a ser un gran hombre todas las noches repletas de estrellas imaginarias, eso es lo que en mi casa inculcaban.

Al paso de los años, llegaron los días difíciles, esos momentos donde me preguntaba qué sería de mí, sin una figura paterna que me guiara por el camino de la vida, pero para qué hablo de más.

Los años escolares, donde no conocía eso del famoso amor, fueron travesuras y cero preocupaciones, ocasiones que son la raíz de mi ser, el ser que hasta el día de hoy le pertenece a una mujer.

Hombre poco común, autodenominado. Hombre fiel y leal, durante toda mi corta vida. Hombre real e inteligente, etiquetado por los demás. Alguien que día a día planta y alimenta algo que en los próximos años quiero, de eso se trata la vida.

Todas las noches, al intentar dormir, quiero regresar al lugar que provengo, al sitio tranquilo donde el sol no quema, la luz brilla, la lluvia adorna, y sobre todo, donde el amor inmenso se nota hora tras hora, minuto tras minuto, puerta tras puerta. Creo que nunca sé es lo suficientemente viejo para hablar de una tema tan grande como el amor, o tan joven para opinar de lo mismo; aleluya.

De ahora en adelante quiero tener mil amigos, quiero tomar café al lado de mis seres queridos viendo el amanecer de las Bahamas, o simplemente quiero ser recordado por lo que viví, no por lo que pude haber hecho. Hoy, quiero ser fuerte antes de ir a la cama, nadie sabe que es un infierno dormir deseando que la mujer de tus sueños no pueda acompañarte, no romperé mi carácter.

Tengo mucho corazón por compartir, muchas fuerzas por vencer… Cuando tengo a mi lado a Mariana puedo demostrar de qué estoy formado realmente. ¿Es un sueño o realidad? Aunque para este momento me daré a la tarea de resumir quién carajos es Mariana; aquella niña que pudo lograr lo que yo no pude, que me enseño lo que sé, que sencillamente me alivió cuando mis rodillas se doblaban… Alguien que me transmitió cariño puro y caliente. Gracias Marianita, porque donde quiera que estés, tú me dijiste que para poder amarte, tendría que ser el mejor regalo de cualquier diciembre.

Suficiente para mí es tener el poder de probar tus labios, de tocar tu mano y ver la sonrisa que destella tu cuerpo, sentir el sudor frío que emancipa de tu cuerpo. Eso es más que suficiente para mí.

Esto es lo más grande que he tenido, tal vez pequeño, pero es nuestro y lo cuidaré más que cualquier piedra preciosa. Esto es por ti, por mí y por nosotros. Para tener una vida tranquila se necesita algo qué hacer, alguien a quien amar y una esperanza. Ese yo se está completando, tengo que amar día a día, tú eres la indicada y estar contigo toda la vida es mi razón para mover mi ser.

Le agradezco a la noche, le agradezco al sol, le agradezco a la naturaleza y al ser supremos por ser tú la mujer con los ojos más dulces que jamás haya visto. Ese es mi parecer y pensamiento, eso es lo que desde pequeño me ha hecho ser yo.

2012

Era tiempo de despertar, la hora de ir a la escuela había llegado, 5to semestre de prepa. Cansado, develado porque una noche antes me quedé despierto hasta muy tarde observando y revisando mi tarea. Cuando me levanté de la gloriosa cama –con quien mantengo un romance secreto- todo era frío y maldiciones. Maldiciones porque era el primer día de aguantar maestros y materias a las que no encontraba gusto alguno. Diciéndole a los días difíciles que podrían volver por donde habían llegado. Los nervios y miedo de ser el nuevo en el grupo, un grupo donde –suponía yo- todos eran amigos regidos por paz, me equivoqué.

7A.M. Hora de hacer acto de presencia, comenzando por comer el desayuno sin compañía alguna sentado en una banca rota de la biblioteca escolar. Teniendo que aguantar aquel sueño incontrolable que socorría mi cuerpo. Al término del horario de clases, la prueba había sido superada. Primer día y el regreso a casa fue tranquilo y sin novedades. Creo que así fue durante todo el semestre, porque valdrá la pena adelantar un poco al final, por el mes de octubre. Aquí comienza lo importante.

Una mañana cualquiera de llegar la escuela, saludar a todos e ir a un aula a tomar notas y más notas. Para mi suerte, ese día iba a ser increíble y único.

Caminando y rondando por los pasillos, sentí un frío tremendo en mi pecho, temblor indefinido en mis piernas, ella estaba ahí, parada con sus bellos chinos y su sonrisa marcada.

Aquella mañana comprendí lo que es voltear y no querer que tu cabeza regrese a su lugar, comprendí y entendí lo que es pensar en el amor imposible, porque sí, dicen los que saben

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