Ensayo acerca de la obra "El pabellón número 6"

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¿Cómo afectan la inestabilidad emocional y los problemas psicológicos a la cosmovisión de los personajes del pabellón no 6?

“La línea que separa la cordura de la locura, es mucho más fina de lo que muchos piensan” – Anónimo

La inestabilidad emocional y a su vez los problemas psicológicos definen nuestra percepción de la vida y el entorno que nos rodea.

Antes de comenzar, es necesario entender cómo funcionan las emociones y la psiquis dentro de nuestras vidas y por consecuente, en la percepción individual del mundo que tenemos a nuestro alrededor. Las emociones son señales que impulsan una reacción, orientan nuestras decisiones, son una guía de nuestro comportamiento y de nuestra satisfacción o insatisfacción en la vida. Todo desequilibrio de las emociones desemboca en un problema psicológico, afectando nuestra cosmovisión, “el que está triste ve el mundo entero bajo la óptica de la tristeza y convierte al mundo en algo triste, pues se relaciona con los otros desde dicha posición, transmitiéndoles dicho sentimiento, o haciéndoles huir o haciéndoles responder con enfado, con compasión u otras posibilidades que podamos imaginar” (Rodríguez Sutil, 2013)  tal como se refleja dentro de la obra con el personaje principal, el doctor Andréi Efímich, tema que se abordará en este ensayo.

Desde el siglo XVI hasta el siglo XX, Rusia (anteriormente llamada imperio ruso) pasa por una época en la que le da la espalda a la industrialización y al modernismo occidental, esta época es llamada zarismo. Es en este periodo que, junto con el ingreso del capitalismo y del socialismo, entre otras formas de gobierno, aparece, no solo dentro de Rusia, sino en todo el mundo, la necesidad de aislar a los enfermos mentales del resto de la población, pues se pensaba de ellos como degenerados morales que posiblemente contagiarían su estado. Aunque las enfermedades mentales existen desde los inicios de la humanidad misma, no es hasta el siglo XVIII que se publican estudios psiquiátricos meramente rusos “así como para que se abran los primeros centros destinados a enajenados mentales” (Valentín Otero Pérez, 2012). Estos centros, albergaban pacientes con distintos cuadros clínicos y algunos otros que ni siquiera padecían una enfermedad, ya que en ese tiempo era común que se confundiera la enfermedad con disidencia y la locura con libertad de expresión.

“La medicina es mi esposa y la literatura mi amante, cuando me canso de la una, paso la noche con la otra” – Antón Chéjov

El comienzo del desarrollo de la psiquiatría científica en Rusia tuvo varias dificultades, la más grande es que entre los siglos XVIII y XIX los problemas psiquiátricos y psicológicos no tenían su propio campo de estudio, formando parte de la medicina general, siendo estudiados principalmente por los médicos de esta área. Es bajo este contexto, que vemos cómo el autor del cuento largo “Pabellón no 6”, Antón Chéjov retrata como médico los problemas, malos tratos, falta de profesionalismo, de vocación y corrupción de la época, siendo una crítica hacia la sociedad y a la vez, encuadrando una corriente psicológica, tanto del realismo, como del naturalismo.

En la obra, las experiencias médicas, son retratadas por el personaje principal, el doctor Andréi Efímich, debido a esto, se consideran como una interpretación de las vivencias del mismo Antón Chéjov, ya que, el autor sí ejerció su carrera, aunque fuese por escasos años. Andréi Efímich es presentado en primera instancia como “un hombre notable en su género”, una persona amable y muy devota en su juventud, que tenía intención incluso de formarse en una carrera eclesiástica, aunque su padre, un hombre de ciencia y médico cirujano, lo manipulase para que ingresara a estudiar medicina, a pesar que, Efímich, confiesa que jamás tuvo confianza, interés o vocación por esta carrera, hecho que lo marca el resto de su vida, lo hace sentir apresado, desencadenando los problemas de los cuales ahondaremos más de cerca, conforme avanza la historia.

Continuando con su descripción, podemos ver que el doctor Efímich es un hombre sumamente inteligente, amante de la filosofía y de la lectura, de personalidad reservada, aunque carente de cualidades de gestor, falto de autoconfianza y carácter, a pesar que, su descripción física nos grita todo lo contrario. El cambio que ve Andréi Efímich en su entorno, comienza cuando ingresa a desempeñar el cargo de doctor en un hospital, el “establecimiento filantrópico” se encuentra en un estado deplorable, con plagas, corrupción por parte del equipo médico, falta de indumentaria y un terrible trato hacia los enfermos, sobre todo a los pacientes del “pabellón de los locos” que era el área donde se encontraban prácticamente presos los pacientes con enfermedades mentales. “Alonso Fernández (1989) indica que cuando la actividad sanitaria pierde su sentido y se torna monótona y aburrida, aunque sin abandonar sus niveles de responsabilidad y exigencia, se potencian los efectos estresantes psicopatológicos.” (Valentín Otero Pérez, 2012). Esto es lo que empieza a ocurrir dentro de la mente del doctor Efímich, poco a poco se endurece, aburriéndose de los asuntos del hospital y de su vida, se tornan cada vez más monótonos, inútiles y engañosos, dejando al pobre doctor sin libertad, como un pequeño pájaro en una inmensa jaula de Cristal. Además de esto, su estoica forma de pensar lo lleva a autoconvencerse que no había nada más que hacer, que la única solución para los males de los enfermos que llegaban era la muerte como desenlace natural. Para este hombre, “en este mundo todo es insignificante y falto de interés salvo la suprema expresión espiritual de la inteligencia humana”.

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