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Escala De Valoracion En El Acv


Enviado por   •  19 de Octubre de 2013  •  1.773 Palabras (8 Páginas)  •  367 Visitas

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Justificación del papel autónomo del Tecnólogo en Emergencias Medicas en el Emergencia Prehospitalaria: ACV

TEM. Vladimir Quishpe

Objetivo:

El principal objetivo de esta consideración será el papel del Tecnólogo en Emergencias Medicas en un ACV.

Tomando en cuenta la importancia que se está dando por la implementación del sistema ECU 911 en nuestro país, el objetivo de este documento es dar a recordar del soporte vital básico temas que nos ayudan a la evaluación más precisa y a la vez mucho más rápida al momento de asistir a un pacte con Accidente Cerebro Vascular ACV.

Palabras clave:

ACV,

Material y métodos:

Puesto que el tiempo es reducido y el soporte vital es un concepto muy amplio, tomaremos como ejemplo práctico el ACV. Analizaremos el ACV bajo el punto de vista de las recomendaciones 2010 de la American Heart Association (1).

Desarrollo:

Según las recomendaciones 2010 de la American Heart Association, el ACV se define como la interrupción de la irrigación de una región del cerebro que causa una alteración neurológica.

Terminología:

El término enfermedad cerebrovascular (ECV) se refiere a todo el proceso que afecta a parte de la vasculatura cerebral y al tejido cerebral que irriga, desde mucho antes de las manifestaciones clínicas, cuando se inicia el proceso trombótico o de daño endotelial, y el término accidente cerebrovascular (ACV) se refiere al ictus o evento neurológico agudo que afecta en forma súbita al tejido cerebral y compromete el estado neurológico del paciente, causado por una oclusión súbita de un vaso de origen trombótico o embólico (isquémico) o por una hemorragia intraparenquimatosa, subaracnoidea o intraventricular, de origen aneurismático, hipertensivo o secundario a un tumor o malformación arteriovenosa (hemorrágico). Algunos autores, sin embargo, utilizan ECV indistintamente para indicar ambos procesos patológicos.

Los ACV se pueden clasificar en dos tipos principales: isquémicos y hemorrágicos. Alrededor del 85% son isquémicos. Los ACV isquémicos se producen fundamentalmente por oclusión de un vaso sanguíneo que irriga el cerebro, habitualmente por un trombo o un embolo. Los ACV hemorrágicos son el resultado de la rotura de una arteria cerebral.

La clínica clásica consiste en alteración neurológica dependiente de la localización de la lesión a nivel cerebral, pudiendo acompañarse de alteraciones cardiorrespiratorias que son la principal causa de muerte precoz.

El objetivo principal de la atención prehospitalaria consiste en la identificación rápida de los signos y síntomas que indican un ACV (ver tabla 1 y 2), el traslado preferente y apoyar las funciones vitales.

Las actuaciones que conforman la asistencia al ACV seguirán la secuencia del CAB de la atención crítica (Circulación, Vía Aérea y Buena respiración), además de controlar los signos vitales y la función neurológica. Así mismo se pueden iniciar otras medidas de apoyo, como acceso iv, manejo de convulsiones y diagnostico y tra2. Reanimación y limitación del daño

En el examen inicial debe evaluarse especialmente el "CAB" de la reanimación, buscar señales de trauma y tratar al paciente de acuerdo a las pautas del Advanced Cardiac Life Support (ACLS), y el Advanced Trauma Life Support (ATLS) , buscando con esto asegurar la máxima perfusión cerebral y una adecuada oxigenación, con el objeto de limitar la extensión del daño cerebral. Esta evaluación y manejo deben realizarse antes de iniciar otros estudios diagnósticos como la escanografía, e incluye:

Vía aérea

El manejo de la vía aérea debe ser siempre el primer paso, inspeccionando la orofaringe para cuerpos extraños y la habilidad del paciente para manejar las secreciones. Evaluar aquí su estado de conciencia y realizar rápidamente las maniobras necesarias para asegurar una adecuada ventilación incluyendo la intubación orotraqueal si es necesario (en caso de ser requerida, esta debe efectuarse preferiblemente bajo sedación y relajación para evitar el aumento súbito de la presión intracraneana). Una vez la vía aérea es segura, deben efectuarse gases arteriales (o por lo menos medición de la saturación de pulso) para comprobar la adecuada ventilación y oxigenación (la saturación debe ser de por lo menos 95%).

Si el paciente presenta compromiso de la conciencia al ingreso debe sospecharse hipertensión endocraneana aguda y posible hernia cerebral (generalmente subfalcial o transtentorial). La escala de Glasgow, diseñada especialmente para trauma, ha probado también ser de utilidad en la evaluación de pacientes con ACV. Un puntaje menor de 9/15 está asociado frecuentemente a hipertensión endocraneana y a más pobre pronóstico. En estos pacientes debe considerarse además del manejo inicial de la vía aérea con intubación orotraqueal bajo sedación y relajación, la necesidad de ventilación mecánica y el ingreso a UCI, incluso antes de efectuar la escanografía cerebral y otros estudios. Es por lo tanto muy importante realizar aquí una cuidadosa evaluación del estado previo del paciente, las complicaciones asociadas, el estado neurológico actual y el beneficio de una terapia intensiva agresiva.

Circulación

La evaluación de la circulación incluye tensión arterial media (TAM), frecuencia cardiaca, y pulso en todas las extremidades (la disección aórtica puede presentarse como un evento neurológico). colocar monitoreo cardiaco si hay arritmias o cambios que sugieran isquemia miocárdica.

El rango donde se sabe que la tensión arterial media después de ACV asegura una adecuada perfusión cerebral en el área isquémica es de 90 a 110 mmhg para un sujeto sin hipertensión arterial sistémica crónica (en aquellos con hipertensión arterial sistémica

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